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La siguiente recámara no era distinta a la anterior: tenía luces de neón y estaba llena de graffitis, pero ésta tenía dos camas. Kael estaba sentado en una de ellas, moviendo su pierna de forma impaciente, y se levantó de un salto cuando sus ojos color miel me vieron del otro lado de la puerta.

- ¡Hailey!- sonrió, y corrió a abrazarme. - Me alegra tanto de que estés bien. Estas personas son horribles y no saben cómo tratar a un invitado.- dijo frunciendo el ceño.

- Estoy aquí, ¿sabes?- recalcó Volt con frialdad. - Ahora que pudiste ver a tu amiga, ¿nos explicarán cómo descubrieron este lugar?- preguntó mirándonos con desconfianza.

- Estábamos escalando una montaña en medio del bosque, lejos de la ciudad.- comenzó Kael.

- La escalamos y nos encontramos con un lago lleno de estrellas, nos sumergimos y aparecimos en este lugar.- terminé.

Volt soltó una leve risita y bajó la cabeza, cubriéndose los ojos con los mechones sueltos de su cabello.

- ¿Estás burlándote de nosotros?- pregunté ofendida. - ¿Tienes alguna idea de lo confundidos que estamos por aparecer aquí?-. Volt se acercó a mí con rapidez y me miró con ojos frívolos.

- Así que estás confundida; déjame decirte algo, zibá, ustedes son los que decidieron volver a infiltrarse en este mundo, ¿creen que esto es un juego o una aventura divertida?. No somos niñas exploradoras, somos guerreros y defendemos este lugar.-. Se recostó sobre la pared y nos dió una mirada desganada. - No saben en lo que se han metido, virikjas; es mejor que se vayan.-.

Volt se alejó hasta la entrada de la habitación y cerró la puerta detrás de él, dejándonos a Kael ya mí solos.

Miramos la habitación: Trajes enterizos de tela fina de distintos colores, equipamientos, drones, chips, plaquetas y aparatos tecnológicos que colgaban en la pared, haciendo el espacio más pequeño.

Kael y yo nos miramos con sonrisa pícara.

- ¿Estás pensando en lo mismo que yo?-.

- Tal vez.- respondió.

- Entonces tu idea es fantástica.-.

✧─── ・ 。゚★: . Lexi  . :★. ───✧

- Es una idea terrible.-. Volt caminaba en círculos, rascándose la nuca mientras pensaba en un plan. - ¿Por qué no podemos hacerlos desaparecer, Lexi?-.

- No es una buena idea, ellos deben volver con sus familias- discutí mientras afilaba mi navaja crónica . - sus padres y hermanos estarán tristes si desaparecen.-.

- ¿Por qué diablos te importan tanto sus familias?-.

- ¡Porque yo sí sé lo que es perder a alguien importante, Volt!- grité, clavando mi navaja contra la mesa de metal.

Él aclaró la garganta, mirando la perforación que le había hecho a la mesa.

- Solo... llevemoslos a sus casas e impidamos que vuelvan.- dije con voz entrecortada. Volt soltó un suspiro.

- Está bien.-. Fue hacia la puerta y, antes de cerrarla, se detuvo y bajó la cabeza. - Tal vez yo no haya perdido a mi madre, pero sí sé cómo se siente una pérdida.-. Cerró la puerta detrás de él y me senté en mi cama.

Pase una mano dentro de la funda de la almohada y saqué mi diario.

"Mamá, cómo me encantaría que estuvieras aquí".

Cerré la libreta abruptamente al oír un ruido fuerte en una de las habitaciones. Corrí por el pasillo, abrí la puerta y quedé atónita al ver la escena: Kael tenía un chaleco negro al revés y Hailey, que llevaba puestas unas botas 3 tallas más grandes de lo necesario, había dejado caer un hacha crónica.

Presioné mis dedos contra el tabique de mi nariz y cerré los ojos mientras contaba hasta 5 para calmarme.

- ¿Qué rayos hacen con esas cosas?- gruñí, caminando hacia ellos.

- Es que, emm... decidimos quedarnos a ayudar.- dijo Hailey.

- No, no pueden quedarse. Tienen que volver rápido a sus hogares, aquí es muy peligroso para ustedes.- dije con seriedad mientras dejaba todo lo que habían tirado en su lugar.

- ¿Qué?, pero nosotros tenemos derecho a quedarnos aquí; este mundo no es suyo.- refutó Kael.

- Oh, que inteligente, ¿por qué no vas a hablar de tus derechos a otra parte?- dije con un tono sarcástico que le hizo fruncir el ceño. - Ya me escucharon. Lárguense de aquí.-.

- No.-. La chica, de baja estatura pero gran determinación, presionó los puños a los costados del cuerpo. - Nosotros también queremos defender este hermoso mundo; Después de todo, podrían necesitar ayuda.-. Se acercó y tomó una pequeña cuchilla crónica entre sus finos dedos.

Suspiré. Volt va a matarme si acepto que se queden. Pero... definitivamente necesitamos ayuda ahora.

-Bien. Pero quítense esas porquerías, parecen payasos mal vestidos.- ordené mientras me acercaba al hueco en la pared metálica que usábamos como ropero. - Ivara confeccionó varios modelos de trajes, quizás alguno les quede.-.

- ¿Quién es Ivara?-. Kael me miró confundido, y yo solo sonreí de lado.

- Ya lo verán.-.

Tenebris: del otro lado del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora