✧─── ・ 。゚★: .Kael . :★. ───✧

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Mi cuerpo temblaba y la cabeza me daba vueltas sin parar. La mano de Klay apareció para ayudarme a levantarme.

Volteé a ver a Hailey; no podría aguantar otra pelea en ese estado, pero aún estaba de pie. Nunca se rinde, y eso es lo que me encanta de ella.

El segundo intento no fue mejor que el anterior; mi hombro "conoció" el puño de Klay de una forma poco amistosa, y Hailey apenas pudo dar un golpe.

- Otra vez.- repitió desganado. - Hasta que logren golpearme, o hasta que me canse, lo que pase primero.-.

Voy a sacarle esa sonrisa engreída de la cara.

Mis pies se sentían pesados, las manos me hormigueaban y no había forma de quitar la mirada de los ojos de Klay, uno de un color verde uva y otro de un marrón claro como las hojas en otoño. Se movía frente a mí, esquivando los débiles golpes de Hailey; al parecer su técnica era siempre la misma: izquierda, derecha, golpe; sin parar, como un boxeador. Acercarme mucho a él para atacar solo iba a darle ventaja.

Ahora que sé sus movimientos, quizás pueda golpearlo, al menos una vez. Mi arma crónica pasaba cada vez más cerca de él, pero Hailey entorpecía mis movimientos. El golpe que Klay le dió en las costillas la hizo caer al suelo, inmóvil.

- Fue suficiente.- bufé. Aceleré mis movimientos con lo poco que me quedaba de energía y fuerza de voluntad.

Izquierda, derecha... Pero lo que debió ser un golpe de Klay en el pecho, sólo alcanzó a rozarme. Estaba en la posición perfecta; un corte limpio y superficial en la mejilla lo detuvo.

- Hmm...-. Él se limpió la sangre con la mano mientras me daba una mirada fulminante. - ¡Bien!, eso fue interesante.- dijo con un tono... ¿alegre?

Nunca podré entender cómo una persona puede cambiar su mirada, tono y expresión tan rápido como Klay; la sonrisa orgullosa que mostró mientras me felicitaba no tenía nada que ver con la mirada asesina de hace apenas unos segundos.

- Fue un buen corte, aunque poco profundo; estoy seguro de que podrías hacerlo mejor.-. ¿Acaso quería que le rebanara la cara? - Pero, ¡ey, fue una gran mejora!-.

El arma crónica me pesaba tanto en la mano que tuve que soltarla para seguir de pie.

Mi "yo" de un par de semanas atrás nunca hubiera creído que podía hacerle daño a una persona; ni siquiera el hecho de tomar una cuchilla con mis propias manos se sentía real, pero el agudo sonido de la vaina, tan oscura como el onix, golpeando el suelo metálico cuando la solté, me hizo ver que esto no era un sueño, una ilusión o una simple aventura en la que Hailey nos había metido. Esto implicaba matar.

¿Voy a seguir quedándome atrás? ¿O voy a demostrarles a todos quién puedo llegar a ser?

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⏰ Última actualización: Jan 23 ⏰

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Tenebris: del otro lado del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora