Se fue. Dejando desconcertada a Chikane, ¿Qué mujer se le había resistido? Todas siempre caían a sus pies... ¿Acaso al estar casada perdió el toque? No, definitivamente no.
Siguió yendo los días posteriores omitiendo la idea de pagarle el desayuno.
Trato en ocasiones de no regresar y el día que no iba a la cafetería aquella mujer extraña se le aparecía en los sueños. ¿Acaso era su castigó por mantener aquel matrimonio perfecto con Kuu?
Hoy simplemente no iba ser así, en cuanto la vio salir de la cafetería la siguió, sí, quizá sembraria pánico en aquella mujer de cabello rubio, pero tenía que intentarlo.
-Sí me esperas puedo llevarte a donde vayas.
-Gracias, pero no te conozco- la observó disimuladamente.
-Soy Chikane...-No podía decirle el nombre completó- Chikane Ayatsuji, un gusto en conocerla ¿Señorita?
-No me sonría así... me llamó Kurusugawa Himeko...
-Bien y ahora qué sabes mi nombre y se el tuyo, ¿puedo llevarte?
-No, sólo era ser educada.
-¿Enfermera?-siguió caminando a lado de Himeko, quizá no era normal que una total desconocida se te acercará e hiciera preguntas pero... ¿Acaso no la había visto todos los días ahí metida en la cafetería? Parecía que no.
-Último año de pediatría- demasiada información, estaba dando demasiada información pensó.
-Eso está muy bien, te felicito.
-Gracias.
-Eres muy bonita-la vio descomponerse.
-Gracias...
-¿Segura que no quieres que te lleve?
Entonces Himeko paró en secó y le enfrentó con la mirada.
-Estoy muy segura y también del echó de que quiero que deje de seguirme, me da miedo, parece que quiere secuestrarme o robarme, así que no lo haga, no me siga más, no me busque más.
Rechazada. Apartir de hoy día así se llamaría. Aunque Himeko tenía razón, que una persona extraña se te acerqué con buenas intenciones eso es muy raro y de temer.
Tenía que admitir le estaba encantando lo poco que conocía de aquella chica de cabellos rubios y ojos amatistas.
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Ella
FanfictionHacia un tiempo que no se sentía bien, no entendía lo que le pasaba, ver a su esposa ya no le emocionaba como antes y los asuntos de trabajo se le hacían más aburridos que nunca. Tomando la decisión de querer cambiar su forma de llevar las cosas dec...