-Hablo en serio Himeko, yo la vi con otra mujer en el centro comercial comprando ropa.
-¿Por qué eres así conmigo? –Quiso saber.
-Digo la verdad, pero si no me crees, te lo demostraré, buscaré pruebas- Souma tomo sus cosas y salió.
Himeko no quería creer en Souma, pero era su amigo, tendría que hablar con Chikane, anhelaba que eso fuera falso ya que había una noticia que darle. Esa semana Chikane le aviso que no tendría tiempo libre por lo cual no iban a poder verse, iba a viajar de Paris al principado del Mónaco.
¿Cómo es que la vio? ¿Cuándo regreso?
Tenía que ir al departamento de Chikane. Himeko tomo su bolso y se subió al taxi en dirección a donde posiblemente podría estar Chikane. Se registró y subió al ascensor colocando al piso que tenía que ir. Salió y camino por el pasillo en dirección a la habitación de Chikane. Observo la puerta abierta, pero no entro por lo que estaba escuchando adentro.
-Tienes que regresar a Japón hoy mismo, no puedo tenerte aquí.
-¿Por qué Chikane? ¿Acaso estas con alguien más? ¿Por eso la urgencia?
-No, no salgo con nadie, pero no tengo tiempo para andar cuidándote.
-¡Pues yo vine a darte una noticia muy importante, pero empiezas a tratarme mal y no llevo ni un día aquí!
Himeko estaba aterrada, su corazón se aceleró, sentía que se estaba rompiendo en cachitos por dentro.
-¿Noticia? ¿Qué noticia?
-¡Estoy embarazada!, vamos a tener un bebé.
Y Himeko supo que no tenía que seguir ahí, era cierto, Souma tenía razón. Tan solo escucharía un poco más. Chikane tendría que negar aquello, todo, lo tenía que negar.
-¡Por dios Kuu! ¡Eso es imposible!
-No, fue aquella vez que regresaste por fin, además estamos casadas, es muy posible.
Eso era todo. Souma nunca la engañaría y ella lo dejo. Tonta.
Salió a toda velocidad, tanta como sus piernas se lo permitían, tomo un taxi y se fue a casa, había sido un día fatal. Para cuando llego y vio que todo estaba oscuro, pensó que probablemente su amiga estaba durmiendo o se había ido de antro. Lo mejor era no verla, no quería llorar enfrente de ella, solo trataría de dormir un poco y pensaría qué hacer con respecto a Chikane.
Mañana ya sería otro día.
Se levantó, como si fuera cualquier otro día, pero a diferencia, hoy parecía completamente un despojo humano, tenía ojeras pues no había logrado conciliar el sueño también tenía los ojos hinchados. Tendría que maquillarse. Logro evadir a Mako-chan y salió de casa.
Fue directo a la Universidad para agilizar unos papeleos que tenía pendientes y de ahí se fue a sus prácticas, sabía que no tenía cara para poder ver a Souma, así que decidió estar en otro piso.
Cuando terminaron sus prácticas vio el auto rentado de Chikane, no había sentimientos, no sentía nada, Chikane salió del auto en dirección a Himeko y Himeko sintió que pronto saldría Souma, así que debería fingir, sí estallaría lo haría solo enfrente de Chikane.
-Te extrañe tanto- Chikane abrazo a Himeko y sintió algo diferente. Luego vio a Souma saliendo mientras se colocaba la bolsa. Jalo a Himeko para que entrara al auto con ella. La sintió como una marioneta que se dejaba guiar por el ventrílocuo.
Himeko permaneció callada todo el camino, reconoció las calles de a dónde iban, al departamento de Chikane. Cínica.
En cuanto Chikane cerró la puerta y le puso las manos en los hombros, vio que algo andaba mal.
-¿Hasta cuándo pensabas decírmelo? – mascullo entre dientes Himeko.
-¿Decirte qué?
-¡HABLARME DE TU ESPOSA!, ¿Pensabas que podría ser tu diversión mientras estabas en Francia? Sexo gratis.
-No sé de qué hablas...- Dijo temerosa, como podría saber sobre Kuu.
-Ayer vine aquí, para... y estabas peleando con ella. No hay nada más que ocultar, ya no hay nada –Himeko daba vueltas para evitar darle una bofetada a Chikane, aunque sabía que lo tenía bien merecido por haber jugado así con ella.
-Todo aquí tiene una explicación Himeko –Intento acercarse a Himeko, pero ella se alejó más.
-No quiero saber nada de ti, absolutamente nada, jugaste conmigo... vete al demonio Chikane Ayatsuji – Abrió la puerta y antes de salir le dijo unas últimas palabras – No vuelvas a buscarme porque estarás perdiendo tu tiempo, tu bebé te necesitará...
¿Había palabras exactas para subir el ánimo de una persona? No. Chikane no sabía qué hacer, Himeko se la sentencio, pero era probable que hablando y explicándole un poco, Himeko entendiera, pero lo haría mañana, tenía que dejar descansar a Himeko.
Esa misma tarde cuando llego a su apartamento y vio a su amiga, lloró, no aguanto más la presión que sentía y le conto todo. Makoto Saotome, su mejor amiga y sabía que ella le ayudaría.
-Es una desgraciada, solo déjame ponerle las manos encima y verás lo que le pasara – Hizo una descripción grafica de lo que le podría hacer.
-No, no es necesario, solo ayúdame a alejarme, sé que si me quedo ella insistirá
-Puedes ir a donde vive mi familia, ellos te apoyaran y no tendrás que preocuparte.
Himeko miro a Mako-chan. – No tienes idea de lo maravillosa que eres.
-Lo sé, pero dejaré que mi ego no crezca, te ayudaré a arreglar tus papeleos pendientes como la Universidad y las prácticas, seguro te consiguen algo para que termines y puedas darle una gran vida al pequeño ser que nace dentro de ti.
-Muchas gracias Mako-chan.
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Ella
FanfictionHacia un tiempo que no se sentía bien, no entendía lo que le pasaba, ver a su esposa ya no le emocionaba como antes y los asuntos de trabajo se le hacían más aburridos que nunca. Tomando la decisión de querer cambiar su forma de llevar las cosas dec...