Te invito a cenar.

605 45 5
                                    

Tenía que admitir que cuando su amiga le dijo que aquella mujer de cabello negro azulado había tenido la amabilidad de pagarle el desayuno se sintió tan bien.

Y que la primera vez que la vio le pareció ver un ángel, pero en una ciudad como aquella no podía ser simplemente así, ya había pasado con anterioridad, una chica desapareció y nunca más se supo de ella, todo por hablar con alguien extraño, esperaba no fuera el caso con aquella mujer, pues se veía de clase... se veía toda una magnate y sus facciones, sencillamente no sabía cómo describir la belleza de esa mujer.

Cuando le pagó el desayuno pensaba en las palabras correctas que podría decirle, más sin en cambió cuando tuvo la mirada zafiro detallandola se quedó sin habla y sin poder pensar.

¡Vaya nerviosismo!

No pudo ni siquiera decir su nombre y sabía que quizá no la volvería a ver, pero no fue así, cada día para cuando ella entraba esa mujer ya estaba ahí, era como tener una cita sin hablarse.

¿Qué era aquello? Con su novio no sentía lo mismo, sí, lo quería, era un gran amigo y justo esa era la razón por la cual había aceptado al chico.

Pero no sentía esa sensación extraña de necesidad, era todo lo contrario, con su novio era como estar con un ¿Hermano? Tanto así.

Chikane le gustaba y mucho.

.

.

Como ya era costumbre verla y que al salir de la cafetería Chikane la acompañará para esperar el colectivo cada día se levantaba de ánimo, una nueva monotonía, Chikane se había transformado en su sombra y eso le agradaba.

-Te invito a salir.

-Lo siento pero no salgo con desconocidos.

-¿Que tal sí me aceptas una cena?

Vio aquellos ojos zafiros que tanto la hipnotizaban... la aventura quizá no era lo de ella ¿y si moria? Antes conocería el paraíso...

-No...

-Iremos a donde tu quieras, aunque me gustaría llevarte a donde me gusta ir.

-No lo sé, sabes estudió y tengo prácticas...

-Puedo hacer que confíes en mi si me das tan sólo una oportunidad, no te fallare.

Se lo estaba pensando demasiado, demasiado-Hmm... esta bien, el Sábado podría ser.

-Gracias-tranquilidad, es lo que sentía ahora- haré que valga la pena está oportunidad que me estás dando.

Entonces toda la tranquilidad que había logrado tener se desvaneció.

-¡Himekooo! ¡Amooor!

-Souma...

-...

Estaba segura, ahí alguien estaba demás.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora