Vida.

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Himeko es una mujer hermosa, ¿Como no se le había ocurrido que tendría novio? Y bueno ella estaba casada.

Cabía la posibilidad de que Himeko lo cortara y eso le facilitaría las probabilidades de intentar algo, sí es que a Himeko le gustaba ella. Y sí no haría lo posible por intentarlo, lo haría o se dejaría de llamar Chikane Himemiya.

Por fin llegaba el Sábado, había planeado que saliera bien después de la cena la llevaría a dar una vuelta por un parqué o a un lugar tranquilo para tomar un café. Quería pasar el mayor tiempo posible con ella, le gustaba tanto.

-Himeko ha sido una cena fantástica.

-Sí ha sido muy linda.

-Bueno... hay algo que debo decirte.

-¿Qué es?- La miro pensativa.

-Regresaré a Japón en estos días.

-Oh ya ¿Trabajo?

-Sí, mucho y aunque no quiero irme, debo hacerlo.

-Lo entiendo.

¿Será su imaginación? O Himeko se puso triste, desilusionada.-También quiero decirte que me gustas... es decir quiero seguir tratándote las veces que venga.

Sonrió-Por mi esta bien.

La había llevado a casa, dándole un beso en la mejilla como despedida. Deseaba quedarse con ella, pero desafortunadamente no podia.

Para cuando llegó a Japón su aspecto daba a entender que estaba feliz y parecía plena.

En casa Kuu le había recibido con una cena como cuando los pesqueros se iban por temporada a trabajar en alta mar a diferencia claro, Kuu no sabía cocinar.

Fue agradable volverle a ver, pero sabia que despues de haber conocido a Himeko su vida no volvería a hacer tan fácil como antes.

-¿Y qué tal los negocios?- Dijo Kuu sirviendo 2 copas de vino blanco.

-Espectacular, firme varios contratos e inverti en dos hoteles más haciéndome socia.

-Entonces eso merece un brindis-Ambas alzaron la copa y brindaron. Claro Kuu quería algo más.

Pero Chikane no estaba mentalmente preparada para entrar en el cuerpo de ninguna otra mujer que no fuera Himeko... Dios sí alguien le hubiera dicho que se sacrificaria así por una joven mujer, no se lo creería.

-Regresare a Francia-Dijo una vez terminada la cena.

-Pero te has ido mucho tiempo-expresó su desconformidad.

-Y lo siento, pero negocios son negocios y lo sabes.-Enfatizó.

-Quiero ir contigo.

-No puedes ir, iré a trabajar no a divertirme, te aburriras en la oficina y en el departamento.-Pauso y bajo el tono de voz- Prefiero que te quedes en casa y que salgas con tus amigas.

-Como digas.

-Te compensare, lo prometo-error. Nunca debía prometer si sabía que no lo iba a cumplir. Se levantó y brindó un beso de afirmación en la frente de Kuu.

Quería a Kuu de eso no había duda, pero aún no sabía que sentía por Himeko. Le gustó desde la primera vez que la vio y la deseaba a rabiar desde que se acercó más a ella. Pasaría todo el tiempo posible con ella y tomaría todo lo que pudiera de ella. El final sería inevitable. Chikane no podía dejar a Kuu Shiratori.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora