Una vida juntas.

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-Te amo, Himeko.

-Chikane yo...

-Tenemos una oportunidad, seamos felices.

Chikane la besó como si su vida dependiera de ello y Himeko le correspondió de la misma manera, cerca del marco de la puerta de la cocina, estaba Chizu, escuchando toda la conversación que Himeko tenía con Chikane, vio como Chikane besaba a su mamá y sintió nauseas.

-¿Por qué los adultos se besan así? 

Himeko se sorprendió, estaba tan metida en el beso que no se dio cuenta de que Chizu las observaba, se sonrojo y solo pudo esconderse en el pecho de Chikane sintiendo vergüenza por lo que su hija acababa de ver.

-Es algo normal que hacemos.- Contesto Chikane.

-Espero no crecer a mí me da asco, tan solo verlo en las películas.

-Es porque aún no te has enamorado.

-¿Tú amas a mi mami?

Himeko miro a los ojos de Chikane, sabía que podía perderse en esos ojos zafiros. Y sí, sabía que si Chikane afirmaba amarla enfrente de su hija perdería la cordura, aceptaría a Chikane sin condición, porque ella la amaba también.

-Creó que llego la hora de hablar. 

Chikane tomo de la mano a Himeko y se acerco a Chizu, también entrelazando las manos, las guió al comedor y se sentaron. 

-Verás hace unos años yo conocí a tu madre y por...

-Por intereses diferentes dejamos de vernos.- Sintió aquella mirada de Chikane en ella.

-Yo me enamoré perdidamente de ella, pero tuve que dejar Francia y jamás volví a verla.

-Y yo me mude a Estados Unidos sin haberle dicho algo muy importante.- Fue Himeko quien retomo la conversación.

-¿Algo? .- Preguntó la pequeña.

-Estaba embarazada y no sé lo dije.

Chizu no pudo dejar de ver a su madre, esa confesión la tomaba por sorpresa. 

-¿De mí?

-Así es.

-¿Chikane es mi mamá?

Himeko asintió y Chizu no contuvo las lagrimas, se bajo rápido de la silla y se fue con Chikane, la cual la cargo con gusto, sabía que Chizu era demasiado madura como ella, como cuando sus padres murieron y tuvo que hacerse cargo de la empresa. Sintió las lagrimas mojarle la camisa, intento verle la carita, pero no accedió.

-No le gusta llorar enfrente de nadie, se parece a ti.

Chikane se había llevado en brazos a Chizu, tenía que acostarla, había sido demasiada la emoción que Chizu no se despego del pecho de Chikane y se quedo dormida. Chikane regreso a la sala y vio a Himeko, sabía que no había podido salir mejor. Su hija la había aceptado y ella definitivamente velaría siempre por su hija, ahora lo más relevante era recuperar a Himeko, quien se encontraba sentada en el sofá.

-Duerme como un angelito.- Dijo Himeko.

-Como yo.- Afirmo segura de sí, Chikane.

-Qué ego te cargas.

-Es felicidad, Himeko.- Diciendo esto se sentó a lado de Himeko

-Yo sigo pensando que es ego.

Himeko no fue capaz de entender el movimiento de Chikane, le había tomado del hombro y la había besado, un beso que era tierno e incomodo, Himeko se separo y se puso de pie.

-Debes pensar con la cabeza, Chikane.

Chikane se puso también de pie y se quedo enfrente de  Himeko, ¿Cuanto media? ¿1.55? Se veía tan linda con esos labios.

-Necesito besarte.

Y antes de que Himeko pudiera responder, Chikane la beso. Unas horas atrás la había besado con pasión y años atrás la había besado en numerosas ocasiones que sabía en que estado emocional se encontraba y justo ahora, Chikane estaba mojada.

-¿Qué es lo que quieres de mí? .- Preguntó Himeko.

-Quiero todo, te quiero a ti en mi cama, te quiero solo a ti en mi vida.

-Te olvidas de algo.

-¿El qué? .- Seguía besándola mientras sentía como la respiración de Himeko se entrecortaba.

-La cama es mía.

No tuvo que decirle más, Himeko la había aceptado en la cama y ella no esperaría más. La tomo en los brazos y entraron en la habitación. No se había percatado en el momento que Chikane le había despojado la ropa, ni cuando ella se quito toda las prendas, Chikane dejo delicadamente a Himeko en la cama y se poso encima de ella, sosteniéndose con un brazo.  El deseo se apoderó de Himeko en cuanto vio la cara de Chikane, estaba excitada. Con la cabeza apoyada en la almohada observo como Chikane se hacía con ella, le recorrió el cuello con besos tiernos logrando robarle gemidos, sintió las yemas de los dedos en la barbilla mientras le devoraba un pezón.

Oleadas de placer atravesaron cada parte de su cuerpo, como si hubiera sido atravesada por una katana. Himeko fue consciente de como Chikane llego a aquel punto de su cuerpo que ardía más que cualquier otro, su cálido centro. Chikane dirigió un par de dedos con diligencia hacia su clítoris, todo el cuerpo de Himeko tembló, no iba a aguantar los preliminares, hacía tanto que no estaba con nadie.

-Te deseo.- Chikane volvió a besarla de manera apasionada.

Himeko estaba tan poseída por el deseo que no fue capaz de hacer nada para detener aquel sentir de emociones. Chikane se inclino y capturo la boca al mismo tiempo que entraba en el cuerpo de Himeko. 

Chikane escucho gritar a Himeko, era como la primera vez. ¿Nunca estuvo con nadie? 

Chikane dejo de besarla e hizo que Himeko le mirara también.

-¿Nunca estuviste con nadie más?

-No pude.

-Sabes que te amo, ¿verdad?

-Yo también te amo.

Al día siguiente Himeko despertó con un leve dolor en la entrepierna, sabía a que se debía, volteo y se sorprendió al ver que estaba sola. Simplemente no podía ser un sueño. No. Salio de su habitación una vez vestida y observo a Chikane con Chizu en la sala, viendo la televisión.

-Buenos días, cariño.

-Buenos días, mami.

-Buenos días Chikane, Hija.

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Perdón si me tardo, últimamente...

No he tenido cabeza para escribir xD

Y como saben, el final se acerca u_ú

Espero les guste este capítulo :)

¡Nos vemos!


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