Nuevos Sentimientos (Chiara y Violeta/Kivi)

I

Encuentro Inesperado

La estación de tren resonaba con el traqueteo característico de los raíles y el bullicio de los pasajeros que se apresuraban a abordar. Violeta y Julia se encontraban en medio de ese vaivén de emociones, enfrentando la difícil despedida que el destino les imponía.

Julia sostenía una maleta en una mano y la otra estaba entrelazada con la de Violeta. Su mirada reflejaba una mezcla de tristeza y emoción, pues el viaje que se avecinaba prometía nuevas experiencias, pero también significaba alejarse de la seguridad y la calidez de su vida compartida con Violeta.
Esta, por su parte, intentaba sonreír, pero sus ojos revelaban la tristeza que embargaba su corazón. Había algo más en la atmósfera, una sombra de miedo y decepción que se posaba sobre ella como una nube gris.

-Te voy a echar tanto de menos, -murmuró Violeta, tratando de disimular la pesadez en su voz.

Julia le sonrió con cariño, apretando suavemente la mano de Violeta.

-Yo también voy a echarte de menos amor. Pero piensa en todas las cosas emocionantes que nos esperan. Va a ser una nueva etapa para ambas.

-Para mi no tanto, murmuró Violeta en un intento por disimular aquella pullita intencionada hacia su pareja

-Amor, ya hemos hablado de esto muchas veces, no creo que sea el momento y el lugar para volver a discutirlo.

Violeta asintió, pero sus ojos buscaban respuestas en los de Julia.

-¿Estás segura de que esto es lo que quieres? Digo, mudarte tan lejos para estudiar...

Realmente no se iba tan lejos, solo eran unos cuantos cientos de kilómetros y la vería varias veces al mes, pero estos eran suficientes para que las inseguridades de Violeta salieran a la luz.

Julia suspiró, sintiendo la tensión en el aire.

-Lo sabes, Violeta, esto es algo que siempre he querido hacer. Pero tú eres lo más importante para mí, y aunque estemos lejos, podremos afrontarlo, vale? Cuando menos te lo esperes estaré de vuelta .

A pesar de sus palabras reconfortantes, Violeta no podía dejar de percibir un atisbo de duda en los ojos de su novia. Era como si hubiera algo más que Julia no estaba expresando completamente.

Violeta odiaba admitirlo, pero sentía que ella era la única que sufría con esta situación.

-Lo sé, dijo Violeta con una sonrisa forzada. Solo... prométeme que hablaremos todos los días.

Julia asintió solemnemente.

-Pues claro, amor. No importa la distancia que nos separe, siempre estaré contigo, te quiero y nada ni nadie va a hacer que cambie de opinión.

El anuncio del tren resonó en la estación, y Julia y Violeta se abrazaron con fuerza. Durante unos segundos todo el bullicio del andar de la gente a su alrededor desapareció para que ambas se fundieran en un beso melancólico cargado de emociones, se miraron fijamente y Violeta soltó todo el aire que había estado reteniendo sin ni siquiera darse cuenta.

-Te quiero, nos vemos en unos días.

Y Julia volvió a cortar la mínima distancia que las separaba para darle un último beso fugaz.

La tristeza se apoderó de Violeta mientras veía cómo Julia subía al tren. La decepción persistente se aferraba a su corazón, pero también sabía que era el momento de dejarla ir y confiar en que el amor que compartían pudiera superar cualquier distancia.

El tren partió lentamente, llevándose consigo a Julia y dejando a Violeta en la estación, con una suave caricia bajó sus gafas de sol para evitar que se viera su mirada con lágrimas en los ojos y el eco de promesas susurrando en el aire.