Chiara se levantó esa mañana más contenta de lo que habría esperado hacer hace unos días, se tocó los labios al recordar el beso con Violeta, un sentimiento de calor inundó su cuerpo. Ese sentimiento al que tanto temía y tanto le gustaba. Quería más con Violeta, pero tenía claro que la pelirroja debía ganarse su confianza.Cuando terminó de arreglarse para marchar Martin todavía seguía en cama, ya que ella había quedado antes con Paul para poner en común los últimos retoques de la letra. Ya en la universidad se dirigió a la sala del piano, al entrar observó que su amigo todavía no había llegado. Y aprovecho para ir practicando.
Se sentó frente al piano, dejando que sus dedos acariciaran suavemente las teclas. Cerró los ojos y se sumergió en la melodía, dejando que la música fluyera de manera natural. El sonido resonaba en la sala, envolviéndola como un abrazo cálido. Cada nota parecía una extensión de sus emociones, y Chiara se dejó llevar por la conexión única que sentía con el instrumento.
Sus dedos danzaban sobre las teclas con destreza, transmitiendo una mezcla de melancolía y esperanza. Se perdía en la música, sintiendo cómo cada acorde vibraba en su ser. Era como si el piano entendiera sus pensamientos más profundos y los expresara con cada nota.
En medio de su interpretación, la puerta se abrió suavemente, revelando la figura de Paul. Observó en silencio, respetando el momento de su amiga antes de interrumpirla. Cuando finalmente levantó la vista y notó la presencia de su amigo, Chiara dejó que la melodía se desvaneciera con suavidad.
Paul, con una sonrisa, se acercó a ella y esperó a que terminara de tocar antes de aplaudir suavemente.
-Me encanta, ¿Es nuevo? -Preguntó el chico con emoción.
-Si, lo pensé ayer por la tarde y creí que podría quedar bien, ¿Te gusta? -Preguntó la inglesa emocionada.
-Mucho.
Chiara sonrió agradecida y se levantó del piano. Paul la abrazó con cariño.
-Tócala otra vez y luego te enseño lo que he pensado.
-Vale. -Asintió con la cabeza
Después de que ambos le enseñaran al otro lo nuevo que habían pensado se tomaron un momento para hablar sobre los ajustes finales en la letra y compartieron ideas creativas.
La música los unía de una manera especial, ambos eran dos apasionados por la música. Y podían pasarse horas sentados frente al piano componiendo con solo una libreta, un bolígrafo y la presencia del otro. Sus amigos siempre decían que Chiara y Paul eran la definición de música y artistas en su pura esencia.
Chiara continuaba tocando el piano practicando la última parte de la canción, sumergida en la melodía que fluía de sus manos. Cada nota parecía contar una historia, y ella se dejaba llevar por la corriente de emociones que emanaba de las teclas. La música llenaba la sala, creando una atmósfera íntima.
En medio de su interpretación, la puerta se abrió suavemente. Al principio la morena no prestó atención, concentrada en las teclas bajo sus dedos. Sin embargo, unos segundos después, sintió el cálido peso de unos brazos que se apoyaban con suavidad en sus hombros. El contacto la hizo tensarse por un instante, pero al oler el inconfundible aroma mezclado con tabaco reconoció de quien se trataba, y la tensión se disipó.
Los dedos de Chiara continuaron acariciando las teclas, y sus ojos se mantuvieron cerrados, como si estuviera inmersa en un trance. Violeta, con delicadeza, acariciaba sus hombros, observando con admiración los movimientos de sus manos sobre el piano. El roce de las manos de la reportera contra su piel envió un escalofrío por la espalda de la británica.
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Nuevos Sentimientos (Chiara y Violeta/Kivi)
FanfictionVioleta y Chiara dos chicas que han descubierto que algunas veces el destino es caprichoso , y ellas lo vivirán en primera persona.