XXIV

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Y ahí estaba, sentada en el asiento de su coche mirando hacia el frente desde hacía por lo menos 10 minutos. A pesar de todo tenía miedo de entrar y desvelar para lo que había ido. Se miró en el espejo del parasol, el café por lo menos la había despertado un poco. Pero en su mirada seguía reflejándose el cansancio acumulado. En un acto de valentía cogió aire y se bajó del coche. En cuanto se acercó al portón de la casa Niebla empezó a ladrar al reconocerla. No hizo falta llamar ya que los ladridos de la labradora alertaron a Julia de que Violeta había llegado.

La puerta se abrió y Niebla se abalanzó sobre la morada, sacándole una sonrisa. Cuando entró en la casa Julia la recibió con un vaquero viejo y una sudadera holgada.

-Buenos días -dijo Julia mientras posaba sus manos sobre sus mejillas y dejaba un pequeño beso en sus labios. -No tienes muy buena cara la verdad ¿Que haces tu despierta a estas horas? -preguntó mientras caminaba por la casa, y Violeta la siguió.

-Es que ayer me acosté temprano y ya no tenía más sueño -mintió. -¿Qué estabas haciendo?

-Terminando de desayunar, ¿vienes? -preguntó la chica

Violeta se limitó a asentir, pero su mirada delataba la incomodidad que llevaba consigo.

-¿Cómo es que tus padres no están en casa? -preguntó Violeta con curiosidad

-Mi madre trabajando, como siempre. Y mi padre está en casa de mi tio ayudándolo con la reforma.

Ambas chicas se sentaron en el banco que Julia tenía en el Jardín mientras Niebla se dedicaba a pedirle mimos y caricias a la pelirroja.

La tensión flotaba en el aire mientras Julia hablaba de la ausencia de sus padres. Violeta, sin poder demorarlo más, decidió enfrentar la verdad que ambos sabían.

-Julia -Comenzó Violeta, mirando a sus ojos. -Tenemos que hablar.

La expresión de la rubia cambió, la preocupación se apoderó de su rostro. Niebla, como si entendiera el cambio de atmósfera, se alejó un poco.

-Claro, ¿estás bien? -Preguntó Julia, cogiendo a Violeta de la mano.

-Si, osea no. No estoy bien. -Admitió la pelirroja. -Hace tiempo que creo que las cosas no son como deberían de ser. Siento que nuestra relación está cambiando.

Julia frunció el ceño, con la defensiva emergiendo en su actitud. -¿Qué quieres decir con que está cambiando? ¿Qué pasa?

-No sé cómo explicarlo exactamente. -Suspiró, buscando las palabras adecuadas. -Pero ya no siento lo mismo que antes. Y creo que tú también lo notas.

Julia, inicialmente herida, procesó la información antes de responder.

-¿Estás intentando decirme que ya no me quieres?

-No, no es eso. -Se apresuró a explicar. -Claro que te quiero, y mucho. Simplemente, creo que nuestras vidas están tomando caminos diferentes, y eso nos está distanciando. Ya no conectamos como antes...

-¿Así que es eso? -La mirada de Julia pasó de la confusión a la aceptación. -¿Has decidido que ya no quieres estar conmigo?

Violeta, indecisa, se quedó en silencio.

-Lo sabía. -Dijo Julia, apretando los dientes. -¿Cuánto tiempo llevas sintiendo esto?

-Vamos Julia, no es algo que haya decidido de la noche a la mañana. Ha sido un proceso gradual. -Explicó Violeta. -Además, no intentes hacerme quedar a mi como la única que nota y siente esto. Porque desde que te has marchado de aquí has sido tú la primera en cambiar.

Julia asimiló la información, y finalmente evitando la pullita de su novia, suspiró. -Entonces, ¿qué? ¿Vamos a dejarlo?

Violeta se encontró sin palabras, incapaz de articular una respuesta clara. Julia, sintiendo la indecisión, continuó hablando suavizando esta vez sus palabras hacia su pareja.

-Yo también he sentido que algo cambiaba, pero he intentado ignorarlo. Pensé que podríamos intentarlo una última vez, y que acabaríamos superándolo. Estaba dispuesta a esforzarme, pero veo que ya ni siquiera quieres intentarlo. Es eso, ¿verdad?

Violeta bajó la mirada, incapaz de enfrentar completamente la verdad.

-Julia -Comenzó reforzando el agarre de sus manos. -No es eso, pero poco a poco hemos ido perdiendo eso que tanto nos unía, que nos hacía conectar. Cuando juntamos nuestras miradas... Poco a poco he ido sintiendo como el brillo se iba apagando. No tiene que ver con el cariño ni el amor. Simplemente creo que ya no es momento de seguir juntas. -Terminó Violeta con una lágrima resbalando por su mejilla.

Julia se quedó en silencio asimilando las palabras de su pareja.

-Realmente yo también creo que es lo mejor para las dos, quien sabe... quizás en un futuro volveremos a reencontrarnos. -sugirió Julia mientras las lágrimas brotaban de sus ojos y Violeta le dedicaba una sonrisa triste.

-Te quiero -confesó Violeta

-Yo también te quiero

Y así, mientras sus miradas conectaban una última vez fueron acercándose poco a poco. Julia enredó sus manos en el pelo de Violeta mientras esta posaba las suyas en su cintura, y con suma delicadeza juntaron sus labios para fundirse en un último beso melancólico. Las lágrimas de ambas brotaban de sus ojos mezclándose con el beso.

Al separarse Violeta tomó la iniciativa.

-A pesar de todo no me gustaría que nos llevaramos mal ni nada por el estilo.

-A mí tampoco. -confesó Julia.

-No creo que debamos ser amigas por ahora, pero podríamos en un futuro -dijo Violeta con una sonrisa triste mientras Julia se limitaba a asentir.

Después de un largo rato hablando se despidieron con un abrazo, a pesar de todo Violeta se sentía bien por haberlo acabado todo de forma razonable y adulta, ya que sus expectativas eran bastante bajas. Se montó de nuevo en el coche mirando por última vez la casa de su ahora exnovia, Niebla estaba apoyada en la verja mientras la miraba con la lengua hacía fuera. Con una mirada triste puso las llaves en el contacto y arrancó el coche para dirigirse a casa, dejando atrás un montón de recuerdos que guardaría con cariño a pesar de todo.

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Venga, otro de regalo :)

Nuevos Sentimientos (Chiara y Violeta/Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora