Chiara y Martin volvieron a casa después de la intensa charla que habían tenido con Ruslana mientras tomaban café. Al llegar a su habitación, se sentó en la cama con su guitarra dispuesta a pasar el rato hasta que llegara Ruslana. La oferta inesperada de Martin de pasar la noche juntos para animar a la morena la sorprendió, pero aceptó agradecida.
La habitación de Chiara estaba sumida en la suave penumbra de la noche. La luz de la luna se colaba por la ventana entreabierta, iluminando ligeramente la estancia. Se encontraba sentada en su cama, con su fiel guitarra entre las manos, tocando melodías suaves y nostálgicas.
Mientras sus dedos se deslizaban por las cuerdas, la morena se distrajo por un momento, dejando que su mirada se perdiera en el cielo estrellado. Un suspiro escapó de sus labios, y sin darse cuenta, sus pensamientos la llevaron a Violeta. Esta vez, la tristeza y la decepción se reflejaban en sus ojos.
Inconscientemente, sus dedos continuaron acariciando las cuerdas de la guitarra, produciendo acordes que resonaban en la habitación. Era como si las notas fueran la expresión musical de sus emociones, una melodía que fluía naturalmente desde lo más profundo de su ser.
Fue entonces cuando Chiara se dio cuenta de que los acordes que estaba tocando tenían una armonía especial entre ellos. La guitarra se convirtió en su confidente, capturando la esencia de sus sentimientos. En un acto impulsivo, Chiara cogió su móvil y lo puso a grabar, decidida a dejar que la música llevara la voz de sus emociones.
Las notas se entrelazaban, formando una composición que resonaba con la melancolía y la esperanza. La voz de Chiara se unió tímidamente a la guitarra, dando vida a las palabras que fluían de su corazón.
"La última vez que te vi, baby .
Estabas despidiéndote de mí, esta vez sí que si.
Y yo fingía una sonrisa para que veas que estoy bien"
El encuentro de la pelirroja con su pareja resonaba en su mente mientras cantaba.
La habitación se llenó con la melodía íntima, Chiara cerró los ojos, entregándose por completo al proceso creativo. Las palabras fluían como un río de emociones, plasmándose en una canción que contaba la historia no contada entre la chica de ojos color miel y los suyos propios.
"Que mala costumbre hacer como si nada,
cuando las dos sabemos que las cosas se hablan.
Pero no me resistí a tu miradita, tu miradita."
Los recuerdos entre ellas volaban ferozmente por su mente. A pesar de las ganas de verla y gritarle por las cosas que había hecho, un sentimiento que Chiara no era capaz de descifrar resonaba dentro de ella.
"Que mala costumbre hacer como si nada,
cuando las dos sabemos que las cosas se hablan.
Todo lo que repetimos una y otra vez
hace que no vea el final del túnel."
Al finalizar, Chiara detuvo la grabación, sintiendo un alivio en su pecho. Miró la pantalla de su móvil con una mezcla de sorpresa y satisfacción. Había creado algo hermoso a partir del torbellino de sus sentimientos. Guardó la canción con el título "Que mala costumbre" y se quedó allí, en la quietud de su habitación, con la guitarra en las manos y el eco de la canción resonando en el aire. Era un momento de catarsis musical, una manera de liberar lo que pesaba en su corazón.
Pero la voz de Martin la sacó de sus pensamientos.
-Pues sí que te ha afectado lo de Violeta. -Comentó Martin apoyado en el marco de la puerta de la habitación de la ojiverde.
Chiara lo miró, algo sorprendida.
-¿Por qué supones que es por ella? -Preguntó la británica.
-Bueno... Es obvio, ¿no? -Respondió Martin mirándola a los ojos intentando transmitirle la confianza necesaria para que ella se sincerara.
Antes de que Chiara pudiera contestar, el telefonillo sonó, interrumpiendo la conversación. Chiara aprovechó el momento que el destino le había regalado.
-Ya abro yo. -Dijo mientras se levantaba dejando a Martin solo en la habitación. Chiara pensó que el timbre la había salvado de responder a esa pregunta incómoda.
Ruslana llegó al piso y saludó a Chiara y Martin. Ambas chicas se acomodaron en el sofá para ver una serie, mientras Martin se ocupaba de sus cosas.
-Venga va, ¿qué te apetece ver? -preguntó la pelirroja
-¿En serio vas a dejarme escoger? -preguntó de vuelta Chiara ilusionada
-Si... pero solo por esta vez. No te acostumbres. -Respondió su amiga
Chiara cogió el mando de la mesa para abrir Disney+ y poner Glee. Mientras la morena ponía la serie Ruslana aprovechaba el momento para sacar una foto y subirla a BeReal.
-Buah, nunca me acuerdo de subirlo. I'm a disaster. -Chiara cogió su móvil para sacar la foto.
Cuando ya la tenía subida se puso a ver lo que habían subido sus amigos. Paul estaba sentado con un chico viendo un directo de Illojuan. Cuando estaba llegando al final vio el de Violeta. Estaba sentada en su coche en lo que parecía un mirador, pero no logró distinguir que era debido a la oscuridad del lugar. Posaba con un pitillo entre los labios medio consumido, no le gustaba que fumara, pero se veía tan sumamente atractiva que Chiara se quedó observándola un rato. Analizaba cada centímetro de su piel. No podía ver sus ojos ya que llevaba sus características gafas de sol, pero se intuía una mirada triste. Le extrañó esa mirada triste y que no estuviera con su novia, pero no quiso darle más vueltas al asunto y dejó el móvil encima de la mesa para darle al play al capítulo de su serie favorita.
Al cabo de un rato Martin se unió a ellas en el sofá, se sentó en una esquina y aprovechó el momento para soltar la pregunta que llevaba un rato pensando.
-Oye chicas, había pensado en invitar a Juanjo. ¿Os importa? -Preguntó Martin tímidamente.
-Sin problema. -Respondió Ruslana.
-¿Te molesta que venga Juanjo? Es el mejor amigo de Violeta y no sé si... -Preguntó Martin dirigiéndose a Chiara
-No hay problema. -Respondió Chiara interrumpiendo a su amigo con una sonrisa en sus labios, tratando de aparentar normalidad.
La noche continuó con la serie, risas y charlas, pero Chiara, en silencio, seguía pensando en cómo enfrentar las conversaciones pendientes con Violeta y el desafío emocional que se avecinaba.
Al rato Juanjo llegó y detrás de él el repartidor con la cena. Los 4 se sentaron en el sofá a cenar mientras esta vez ponían una película. Aunque a la película poca atención le prestaron, ya que estuvieron la mayor parte del tiempo charlando entre ellos. Chiara tenía la mirada fija en Juanjo, se moría de ganas de preguntarle por la morada, pero sabía que no sería la mejor idea. Tenía que pasar de ella. Juanjo pareció darse cuenta de las miradas que la morena le dedicaba, pero este se limitaba a sonreírle cuando eso pasaba. Cuando se quisieron dar cuenta Juanjo y Martin se despidieron de las chicas para irse a la habitación del bohemio.
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Iba a esperar a mañana a subiros el cap y subiros dos juntos, pero bueno mira. Que nos queda menos de una semana con nuestras niñas, así que a disfrutar.
Como diría Violeta: "Pa' lo que me queda en el convento, me cago dentro"
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Nuevos Sentimientos (Chiara y Violeta/Kivi)
FanfictionVioleta y Chiara dos chicas que han descubierto que algunas veces el destino es caprichoso , y ellas lo vivirán en primera persona.