XLII

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Violeta se encontraba de camino a casa con el resto de sus amigos, pero su mente estaba en otro lugar. Había sido una noche intensa, llena de emociones encontradas que la tenían dando vueltas en su cabeza una y otra vez.

Recordaba claramente el momento en el baño con Chiara, el calor de sus labios contra los suyos y la electricidad que había pasado entre ellas. Había sido un instante mágico, un destello de conexión que la había dejado sin aliento. Y aunque estaba feliz de que finalmente hubiera sucedido algo entre ellas, no podía evitar sentir una punzada de preocupación.

¿Y si Chiara se arrepentía de lo que había pasado? ¿Y si todo había sido un impulso del momento para ella, pero ahora se arrepentía de haberlo hecho? Esa idea le martilleaba la mente, llenándola de ansiedad y dudas. Ella es una chica muy segura de si misma, pero con Chiara siente que todo es diferente, y consigue sacar a la luz su parte mas vulnerable.

Decidió no contarle nada a sus amigos, por el momento. Se sentiría demasiado expuesta como para compartir sus emociones con ellos, necesitaba tiempo para procesar lo sucedido y ver la reacción de Chiara. Así que se refugió en sí misma, manteniendo sus pensamientos y sentimientos guardados bajo llave.

Denna, que había estado pendiente de ella durante la noche sabía que algo había pasado, ya que la conocía perfectamente. Y aprovechó el momento de despedida para utilizar su carta en el juego.

-Vio, ¿No te quedas a dormir en casa? -Preguntó extrañada la rubia, frunciendo ligeramente el ceño, ya que siempre que salen de fiesta tienen la costumbre de dormir en casa de Denna.

Violeta se quedó en silencio por un momento, sintiendo la mirada de su mejor amiga mientras buscaba las palabras adecuadas para explicarse.

-No...Gracias Denna. Pero prefiero irme a mi casa esta noche -respondió, tratando de sonar convincente.

La rubia arqueó una ceja con sorpresa, sin comprender del todo la negativa de Violeta, pero creyendo saber por dónde iban los tiros.

-¿Pero como te vas a ir a tu casa? Vio, vives a mas de una hora caminando, y a estas horas... -empezó a decir Denna, preocupada por la seguridad de su amiga.

Violeta le ofreció una sonrisa tranquilizadora, tratando de calmar las preocupaciones de su mejor amiga mientras apoyaba la mano en su hombro.

-Sí, no te preocupes. Mi madre viene a recogerme en un rato, así que no te preocupes por mí -respondió Violeta, intentando disipar cualquier duda que pudiera tener la rubia.

Denna la observó con escepticismo, sin estar del todo convencida por las palabras de Violeta, la conocía, y su madre no se despertaría a estas horas para venir a recogerla, aun así prefirió dejarle su espacio.

-Está bien, si tú lo dices. Pero en cuanto llegues a casa mándame un mensaje, ¿vale? Y si necesitas algo llámame, porfavor. -dijo Denna, con un tono de voz que dejaba claro que no aceptaría un no por respuesta en caso de emergencia.

Violeta asintió, agradecida por la preocupación de su amiga.

-Lo haré. Gracias, Almu -respondió, antes de despedirse con un rápido abrazo y dirigirse hacia sus amigos mientras Denna observaba su partida con una mezcla de preocupación y confusión.

Después de despedirse de su amiga  y de ver cómo Alex la acompañaba, Violeta se unió al grupito formado por Martin, Juanjo, Paul, Ruslana y Chiara. Notaba a la ojiverde algo distante desde que habían salido de la discoteca, pero no quería presionarla ni hacerla sentir incómoda. Así que se limitó a no darle mas vueltas de las necesarias, por ahora.

A medida que el grupo de amigos se iba dispersando y cada uno se encaminaba hacia sus hogares, el silencio de la noche envolvía las calles vacías de la ciudad, a excepción de sus voces. Solo quedaban Ruslana, Violeta y Chiara, caminando juntas por las desiertas calles.

Nuevos Sentimientos (Chiara y Violeta/Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora