IV

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Durante la cena, los tres compartieron anécdotas y risas. Conversaron sobre temas ligeros y también sobre experiencias más personales, creando un ambiente íntimo y cómodo en la mesa. Violeta, Paul y Chiara descubrieron que, a pesar de sus diferencias, tenían mucho en común.

Sin embargo, la velada se vio interrumpida cuando el teléfono de Paul empezó a sonar y se levantó de la mesa excusándose. En un par de minutos regresó anunciando que debía marcharse antes de terminar la cena. Chiara, preocupada, le preguntó la razón.

-Ruslana ha discutido con su novio, Omar, y necesita a su amigo -explicó Paul.

Chiara, visiblemente preocupada, instó a Paul a mantenerla informada de lo que sucedía.

-Chiara, no te importa volver sola a casa ¿verdad?

Violeta, mostrando amabilidad, intervino.

-No te preocupes, Paul. Yo la acompañaré a casa, ¿te parece bien? -dijo Violeta, dirigiéndose a la ojiverde con una sonrisa tranquilizadora.

Chiara solo sonrió aceptando la propuesta inesperada de la chica. Paul se despidió, agradeció a ambas por entender la situación y se marchó del restaurante, dejando a las chicas a solas en la mesa.

-No hace falta que me acompañes si no quieres. Pero gracias por ofrecerte Vio. -Habló Chiara mirando a la pelirroja.

-Boh, no digas tonterías. No es ninguna molestia. Bueno, a menos que te incomode que una chica tan guapa como yo te acompañe a casa -dijo Violeta con tono airoso

Chiara respondió tarándole una patata frita que había en la mesa, continuaron hablando entre risas mientras llegaba el postre.


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El ambiente fuera del restaurante estaba impregnado de una confianza recién descubierta entre Violeta y Chiara. Como si llevaran años conociéndose, compartían risas y comentarios tontos mientras se dirigían hacia el coche, en un momento caminaban tan pegadas que sus manos se rozaron, haciendo que ambas se sonrojasen. El tonteo entre ellas era palpable, y la complicidad fluía de manera natural.

Al llegar al coche Violeta encendió el motor, se puso el cinturón y conectó el móvil al coche para poner música. Cuando estaba todo listo para arrancar se giró hacia Chiara con una sonrisa.

-¿What happen? -preguntó la morena confusa

-Pasa que no se llegar a tu casa, ¿podría usted concederme el honor de guiarme hacia su lugar de residencia? -vaciló Violeta

Chiara no tardó en comenzar a reírse, provocando la risa también en la pelirroja. Ya empezado el transcurso de camino a casa Violeta comenzó a conducir por las calles, y Chiara, con su móvil en la mano, intentó guiarla usando las indicaciones que este le decía. Sin embargo, la combinación de calles oscuras y giros inesperados hizo que Chiara se sintiera cada vez más confundida.

-Gira a la izquierda, here... no, wait, ¿o era a la derecha? - Chiara murmuraba para sí misma, mirando su teléfono con expresión concentrada.

Continuaron así unos minutos más hasta que Chiara, sentada cómodamente en el asiento del copiloto, rompió el silencio.

-¿Sabes? I think I'm lost. -admitió riendo al terminar la frase.

Violeta, riendo también, detuvo el coche en el arcén y miró a Chiara.

-¿En serio? ¿Te has perdido aún usando el maps? -preguntó sonriendo

-Si, es un talento especial que tengo - Chiara respondió con una sonrisa cómplice.

-Bueno, el primer paso es admitirlo... te voy a matar-confesó violeta apoyando sus dos manos en el volante y soltando un pequeño suspiro, habían estado casi media hora dando vueltas en circulo.

Chiara esta vez dejó de sonreír al ver la cara de Violeta apoyada en el volante, la pelirroja al notar el silencio en el coche miró la cara triste de la ojiverde.

-Tienes cara de cachorrito abandonado -rió Violeta.

-I'm sorry Vio -se disculpó la morena.

-Oye, no pasa nada -dijo Violeta intentando consolar a Chiara mientras pasaba su mano por su mejilla para que la mirara. Cosas de guiris, don't worry -soltó Violeta mientras se reía.

Chiara que no se esperaba la coña de la pelirroja y antes de que empezara a sonrojarse por donde había puesto su mano la pelirroja se la apartó mientras empezaba a darle golpecitos en el brazo

-Serás gilipollas, habló la reportera de guerra. -dijo riendo con tono burlón. -Y por que no quedan patatas fritas, que si no también te las tiraba.

-No, si tu buscas cualquier excusa para tirarme cosas -admitió Violeta guiñándole un ojo

-Vaya creída. You would like it, beautiful. -terminó Chiara dándole un toque en la nariz con su dedo.

Las dos chicas rieron juntas, disfrutando del momento y de la complicidad que la situación había creado. Violeta decidió tomar las riendas y, le preguntó:

-Vale, a ver. Dime el nombre de la calle, yo me encargo, ¿vale?

Chiara asintió y le dió las indicaciones necesarias. Violeta conducía con destreza, la música llenaba el espacio y Chiara, ahora más tranquila, se dejaba llevar por la seguridad de Violeta al volante, disfrutando del trayecto a su lado.

-¿Te importa si hacemos una parada en la gasolinera? -preguntó Violeta.

-Claro -respondió la pequeña con una sonrisa.

Violeta se despidió momentáneamente con una última sonrisa. Entró en la garita para pagar y mientras esperaba el recibo de la máquina desvió la mirada hacia el coche. Chiara estaba sentada en el asiento, con una mano apoyada en su cabeza observando el lugar en el que se encontraban. Echando ya gasolina recordó la tarde que habían compartido: las risas, la música, las miradas cómplices. Pero, curiosamente, la imagen de Chiara ocupó sus pensamientos de manera más intensa que la de Paul, dejando a este en un claro segundo plano.

Justo cuando Violeta se estaba poniendo roja por sus propios pensamientos, su teléfono sonó con un mensaje de Julia, su novia.

-Hola amor, ya he terminado de cenar así que cuando quieras hacemos videollamada y me cuentas que tal tu día -el mensaje de su novia llegó después de que esta llevara sin dar señales de vida desde ayer

La realidad la golpeó con fuerza y sintió cómo el mundo se le venía encima. Se sentía culpable por no haber pensado en Julia durante toda la tarde, mientras compartía risas y complicidad con Chiara. Se subió al coche, con la mirada perdida, y la morena, notando el cambio, le habló con una sonrisa.

-Vio, ¿estás bien? parece que hayas visto un fantasma

Violeta, evitando el contacto visual, murmuró un "sí". Chiara intentó recuperar el tono ligero de la conversación, pero sus intentos fueron en vano. La complicidad que habían compartido minutos antes parecía haberse desvanecido.

El resto del camino transcurrió en un incómodo silencio, con Chiara intentando recuperar la chispa que habían perdido, pero rindiéndose a los pocos minutos. Al llegar a casa de Chiara, se despidieron con un adiós extraño. La conexión que habían compartido durante toda la tarde parecía haberse desvanecido, dejando un vacío tangible entre ellas.

La morena se quedó en la puerta de su casa viendo el coche alejarse sin comprender del todo qué había sucedido. Mientras tanto, Violeta, al volante, se sentía atrapada en un torbellino de emociones conflictivas. El tonteo y la cercanía con Chiara habían sido increíbles, pero la realidad de su relación con Julia había vuelto a ponerse en primer plano, dejándola con una sensación de confusión y culpabilidad que pesaba más que nunca en su conciencia.

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No sabría deciros cuál de las dos se ha quedado más chafada esta noche, kiki o vio?

Bueno aquí os va, hemos llegado a 2000 visualizaciones en 3 días! Muchas gracias y espero que os esté gustando :)

Nuevos Sentimientos (Chiara y Violeta/Kivi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora