El amanecer nos encontró todavía en la playa, envueltos en una manta y acurrucados el uno contra el otro. El cielo se estaba tiñendo de rosa y naranja, los primeros rayos del sol iluminando el mar con un brillo dorado. Era un nuevo día, un nuevo año, y sentía que también era un nuevo comienzo para nosotros.
Demian estaba dormido, su cabeza apoyada en mi hombro. Miré su rostro tranquilo, las pestañas largas que oscurecían sus mejillas, los labios ligeramente entreabiertos. Sentí una ola de cariño hacia él, tan fuerte que me dejó sin aliento.
Despertó poco después, sus ojos cafés encontrándose con los míos.
—Buenos días—murmuró, su voz ronca por el sueño.
—Buenos días—respondí, acariciando suavemente su mejilla—. Feliz Año Nuevo, Demian
Él sonrió, su mano encontrando la mía y entrelazando nuestros dedos.
—Feliz Año Nuevo, Seri—dijo. Y aunque era una frase simple, sentí el peso de sus palabras, la promesa implícita en ellas.
Ese día, pasamos la mayor parte del tiempo en la playa, disfrutando del sol y del mar. Hablamos de nuestros sueños y esperanzas para el nuevo año, de las cosas que queríamos lograr y de los lugares que queríamos visitar.
Sentía una emoción invadir mi cuerpo cada vez que me mencionaba en sus planes a futuro.
A medida que el sol se ponía, pintando el cielo con tonos de rosa y naranja, Demian y yo nos sentamos en silencio, simplemente disfrutando de la belleza del momento. Su brazo estaba alrededor de mis hombros, su calor y presencia proporcionando un consuelo que no sabía que necesitaba.
—¿Sabes?—comenzó Demian, su voz suave contra el sonido de las olas—. Siempre soñé con un momento como este. Un momento de paz, de tranquilidad, con la persona que amo a mi lado
Le miré, sorprendida por su confesión.
—Yo también—admití, apoyando mi cabeza en su hombro—. Siempre soñé con un amor como el nuestro.
—Entonces supongo que ambos estamos viviendo nuestro sueño—Demian sonrió, su mirada llena de cariño.
Asentí, sintiendo una sensación de contento llenar mi pecho
—Sí, lo estamos
Esa noche, mientras las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo, hice una promesa. Prometí que, sin importar lo que sucediera, siempre lucharía por este amor. Porque Demian no era solo mi primer amor. Era el amor de mi vida, el amor de todas mis vidas. Y eso era algo que nunca cambiaría.
Finalmente, cuando el cielo se volvió oscuro Demian y yo decidimos que era hora de volver. Nos levantamos de la arena, sacudiendo la manta y recogiendo nuestras cosas. Luego, tomados de la mano, comenzamos el camino de regreso a casa.
El camino fue tranquilo, con solo el sonido de nuestras respiraciones y el suave murmullo de la brisa nocturna. A pesar del silencio, no fue incómodo. Al contrario, fue un silencio cómodo, lleno de entendimiento y amor.
Cuando llegamos a mi casa, Demian me acompañó hasta la puerta. —Gracias por todo—dijo, su voz suave—. Fue... el mejor inicio de año.
—No, gracias a ti—Sonreí, apretando su mano—. Hoy fue uno de los mejores días de mi vida.
Demian sonrió, sus ojos brillando con cariño. Luego, se inclinó y me dio un suave beso en los labios.
—Buenas noches, Seri—murmuró, su aliento cálido contra mi piel.
—Buenas noches, Demian—respondí, viéndolo alejarse.
Justo cuando Demian estaba por doblar la esquina, sentí un impulso repentino.
—Espera—le llamé, corriendo hacia él.
Se detuvo y se volvió hacia mí, una expresión de sorpresa en su rostro.
—¿Seri?—preguntó, claramente desconcertado.
—Dame un último beso—dije, sin poder evitar la sonrisa que se formaba en mi rostro.
Demian sonrió, su expresión suavizándose.
—¿Esto se va a convertir en una costumbre?—preguntó, su tono juguetón.
Asentí, sin poder contener mi risa.
—Sí, así que bésame por última vez.
Demian no necesitó más invitación. Se acercó a mí, sus manos encontrando mi cintura mientras se inclinaba para besarme. Fue un beso suave, lleno de promesas y amor. Un beso que, sabía, recordaría por el resto de mi vida.
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Así que bésame por última vez
Romance¿Alguna vez han sentido cómo una persona repara lo que jamás rompió? Demian lo hizo, y sobre mis heridas, marcó besos que jamás se desvanecerían.