Mamá Osa

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Una mañana casi perfecta de Noviembre, día soleado con pocas nubes y temperaturas agradables... " ¿Qué aventura nos traería?..."

A mis hijas no les hacía mucha gracia el tener que levantarse temprano para ir al colegio... Pero sí para cualquier otro día... Curioso oye...

―Mamá, de verdad, que no me encuentro bien. Tengo fiebre... Mira estoy caliente. ―dijo cogiendo la mano de su madre y poniéndola en su frente.

Mi mujer sabía a la perfección que lo que tenía la niña era Cuentitis Aguda, así que cómo no iba a entrar a razones con ella, le tocó usar su arma más poderosa...

―Pues sí que estás bastante caliente, cielo. ―fingió preocupación―Es mejor que te quedes en casa. ―la niña sonrió―aparecí en ese instante―Adri cariño, ¿Te importa llevarla al médico?

―No, al médico no. 

―Pero habrá que bajarte esa fiebre.

―No, al médico no. ―repitió.

―No estarás muy mal. ―la niña frunció el ceño―Sube al coche. ―ordenó.

―No me vas a llevar al médico... ¿Verdad?

―No, vamos al colegio Ari... Venga que llegamos tarde... Cómo siempre... ―murmuró.

No me dio tiempo ni siquiera para darle la razón a mi mujer, porque ella consiguió en segundos lo que quería, así que Ariadna se fue algo enfadada al colegio, y mi mujer con la mochila de las pequeñas entre sus manos, me besó para despedirse.

Las mayores hicieron un examen hacía una semana, y el profesor de Lengua comenzó a repartirlos, todos estaban satisfechos con sus notas excepto Paula, así que al terminar la clase se dirigió a hablar con el profesor.

―Disculpa Salvador, tengo una duda con el examen.

―Espera... ―respondió afilando uno de sus lápices con un sacapuntas eléctrico.

Mientras el ruido continuaba durante unos segundos Paula esperó rogando paciencia en silencio.

―Es que mira result-... (El profesor la interrumpió dándole un poco más de punta)

―Bien, ¿Qué pasa?

―Te has equivocado al ponerme la nota, me has bajado un punto en esta pregunta. (El profesor la miró molesto)-En fin, mira aquí... ―dijo marcándola con su dedo y él miró curioso―Me lo has puesto mal.

―Está mal. ―afirmó.

―Pero la respuesta correcta es la B. ―replicó.

―Sí, pero no has rodeado bien, así que está mal.

―se rio falsamente―¿Es broma? ¿No?

―No, no es broma. ―respondió con seriedad.

―Ya... Bueno... ¿Pero me va a cambiar la nota? ¿Verdad que sí?

―No, para nada.

―Pero no es justo. ―contestó indignada.

―Hay muchas cosas que no son justas en esta vida señorita Lascuráin... Y rodeando bien el circulito, no pienso cambiar la nota. Estoy ocupado, tengo más exámenes que corregir.

―Pero... Es... ―tartamudeó.

Vio el lápiz afilado sobre su mesa, se lo mostró y le partió la punta con la misma... El profesor la miró molesto y le puso una nota que al día siguiente tenía que traer firmada, si no sería un motivo de expulsión.

Angie desconocía lo que había ocurrido puesto que no coincidió con el profesor en todo el día, sin embargo, Paula no se lo dijo hasta volver de su extraescolar de arte.

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