Angie rebuscaba en la despensa aceitunas sin hueso rellenas de anchoa... Realmente las necesitaba, pero no había.
Se frustró demasiado y comenzó a hacer la lista de la compra, y se dio cuenta de que no solo faltaban sus necesitadas aceitunas, si no de casi todo.
Éramos demasiados en casa, pero a veces no coperábamos cuando se trataba de decir aquello que se acababa...
Mi mujer tenía que encargarse de ello, después nos tocaba el sermón, y con derecho.
Sara apareció muleteando hacia su madre, necesitaba que le firmara un papel.
-Angie: ¿Qué es esto? (Preguntó curiosa)
-Sara: Un tema sin importancia del colegio... (Respondió)-¿Podrías echarme un autógrafo? (Sugirió)
-Angie: Espero que no te haya vuelto a escribir otra nota Yolanda... (Se puso a leerla)-(Fingió sorpresa sarcástica)-Hemos llegado a un nivel en qué "Estimada Angélique Ferrer" es el sello del colegio... ¿¡Le has dicho "Arpía" a la profesora de economía!? (Continuó leyendo)
-Sara: Encima de que me levanté con todo mi esfuerzo, y una pierna rota... Me dice que si lo único que sé es llamar la atención, y pues yo le respondí.
-Angie: Debería castigarte por ello.
-Sara: Pero no fue culpa mía... Bueno no del todo... (Replicó)
-Angie: Sara, nunca es culpa tuya... (Respondió molesta)-No puedes insultar a un profesor, por poca razón que tenga, para eso estamos Yolanda y yo.
-Sara: ¿Podéis insultar a los profesores? (Enunció emocionada)
-Angie: No dicho así, pero tenemos el poder de darles un toque de atención... Pero Chispitas, ya es tarde... (Suspiró)-Ojalá yo tuviera un sello con mi firma. (Dijo tras agarrar un bolígrafo de su estuche)
Al día siguiente en el colegio, Iván y Paula estaban tan acaramelados en el pasillo que hasta resultaba ser empalagoso.
Hasta la pelirroja se había olvidado de lo que pasó con su amiga Martina semanas antes.
Ellos habían decidido dar rienda suelta a su relación a escondidas de sus padres, así que por el momento yo no sabía nada... Aunque uno no es tonto, pero tampoco quiere tener a sus hijos en un burbuja.
-Iván: Te amo tanto, Sirenita...
-Paula: Y yo a ti...
Sara suplicó paciencia, mientras esperaban a su melliza, junto con Elsa y Noah.
-Sara: ¡Paula! (Dijo molesta)
-Paula: Tengo que irme te veo luego... (Le dijo a Iván agarrando sus manos)
Siguieron acaramelados, parecía que salían corazoncitos de ellos... Estaban demasiado enamorados el uno del otro.
-Sara: ¡Zanahoria, o mueves tu culo o te prometo que te achicharro tu pelo cobrizo con mi mano!
-Iván: Ni que tuviera poderes para hacer eso...
-Paula: Si, ¿Verdad?... Qué ingenua mi melliza... Adiós.. (Se fue nerviosa)
La pelirroja aún no había sacado el valor para contarle que era Peculiar, era un tema complicado, y no es fácil decirle a alguien algo como eso... Aunque creo que lo peor era asimilarlo, ni yo lo he terminado de asimilar... Pero de eso se trata el amor, de aceptar a tu pareja a pesar de todo.
Lo que me extrañaba, era que no tuviéramos como mascota a un monstruito de Angie en vez de un perro normal... Aunque Aslan el pobre, había sido un digno hombre lobo en muchas ocasiones.
ESTÁS LEYENDO
Nuestras Aventuras
FantasyDesde pequeño siempre tuve una vida diferente a cualquier otra, pero no como cuando conocí a mi mujer... Era feliz, no digo lo contrario, pero tuve que intentar adaptarme a muchas cosas, porque desde aquel día, dejé de ser una persona normal... Y...