Mi trabajo a veces es complicado, porque no sabes que te vas encontrar ni quien va entrar por la puerta de comisaría siendo arrestado.
Al vivir en Marbella, escuchar que había carreras automovilísticas tanto ilegales como legales, no era sorpresa. Aunque más bien la mayoría no estaban concertadas.
Venían personas de muchas partes del mundo, pero había más gente que tenía una gran fortuna.
Mi mujer había salido a recoger a las mayores. A Paula y Elsa de la casa de una compañera de clase para hacer un trabajo, y a Sara de fútbol. Mientras me quedé con las pequeñas en casa.
Sara estaba un poco enfadada porque habían perdido contra el otro equipo, y apenas abrió la boca.
Un Ferrari color amarillo, se paró detrás del coche de Angie, y eso captó la atención de Sara, en cambio mi mujer no le dio importancia, y aprovechó esos minutos hasta que cambiara el semáforo de color para mirar el teléfono.
Cuando lo hizo, el Ferrari adelantó a Angie y le sacó el dedo del medio haciendo que eso le enfadara.
-Angie: ¿Lo habéis visto?... Será Cabrón... Pero eso sí que no, cariño... (Dijo metiendo marcha)
Mi mujer aceleró consiguiendo ponerse al mismo nivel que él. El Ferrari aceleraba y ella repetía lo mismo, hasta conseguir adelantarle.
Angie aprovechó que no había nadie para dar un volantazo, haciendo que su coche derrapase en la carretera, después siguió hacia adelante dejando atrás al otro coche.
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Nuestras Aventuras
FantasíaDesde pequeño siempre tuve una vida diferente a cualquier otra, pero no como cuando conocí a mi mujer... Era feliz, no digo lo contrario, pero tuve que intentar adaptarme a muchas cosas, porque desde aquel día, dejé de ser una persona normal... Y...