Estudiando planetas.

535 33 62
                                    

—Por fin, mi primera misión espacial.

Astrobola estaba fuera de su nave aproximándose a un asteroide, el primero de muchos a los cuales extraería muestras. Él mismo estudiaría algunos de estos ejemplares y el resto se los enviaría a NASA para que pueda realizar sus análisis; los asteroides parecían cosas muy sencillas, pero la verdad permiten entender cómo se formaron los planetas al contener los materiales más antiguos del sistema solar de manera inalterada, así que por eso él estaba emocionado de realizar estos estudios.

—Muy bien, aquí vamos —entonces, con sus herramientas en mano, comenzó el proceso de extracción. Era un trabajo arduo pero lo estaba disfrutando, casi podría decir que era relajante, y él hubiera deseado seguir con esa tranquilidad pero la Luna tenía otros planes. Astrobola debería empezar a acostumbrarse a ser interrumpido siempre.

—¡Hola pequeñito! ¿Cómo estás? —saludó alegre la Luna sacándole un susto al terríbola—. Es un poco triste que las cosas estén volviendo a la normalidad, le dimos una lección a la Tierra cuando me fui, eh? —comentó con cierta decepción. Su amigo estuvo regañándolo un rato sobre lo importante que era que no se fuera por mucho tiempo, por un momento le dijo que lo necesitaba, pero luego simplemente volvió a olvidarlo.

—Ok, lo mejor será que no le hables, no le contestes, no le contestes, no le contestes… —Astrobola no quería ser participe de otro conflicto, ahora que sabía que no estaba alucinando no estaba dispuesto a decir algo mal y provocar que la Luna se vaya otra vez.

—¡Oye! Puedo oírte, ¿tienes algún problema conmigo? —a Luna esto no le gustaba ¿Ahora también el pequeñito iba a ignorarlo?

—La última vez que hablamos te fuiste y pusiste en peligro al mundo, así que disculpa si no lo hago —él buscaba terminar esa conversación lo más pronto posible, pero no esperaba que la Luna se ofendiera.

—¿Sabes que? ¡Bien! Si no quieres hablar has lo que quieras. Pensé que a los terríbolas les gustaba pasar el rato conmigo enviando gente a mi superficie, pero ahora resulta que no soy digno ni de un saludo —la verdad, eso le había dolido.

—Espera… ¿Recuerdas el alunizaje?

—Si, fue algo especial para mí recibirlos en mi superficie, creí que también había sido especial para ustedes pero al parecer ya lo olvidaron ¿Por qué no mejor se quedan en la Tierra? En lugar de estar siempre saliendo al espacio—respondió un poco resentido, también había recordado la ocasión en que dijo que el aterrizaje en Marte sería el evento más importante en la historia, como si el alunizaje no significara nada.

Astrobola quedó sorprendido, no se había detenido a pensar en que los planetas siempre estaban viendo a los astronautas ir y venir de la estación espacial internacional, mucho menos en que la Luna había vivido lo del Apollo 11. No, hizo más que vivirlo, fue el mismísimo protagonista. Se llenó de emoción al notar las palabras de la Luna cuando dijo que fue algo especial para él así que, enviando a la basura su decisión de no hablarle, se acercó un poco más para conversar.

—Si lo fue, también fue especial para nosotros. De hecho, la razón por la que estoy en el espacio… eres tú.

—Nah, lo estás inventando para hacerme sentir mejor —Luna no le creía.

—No, es en serio, cuando era niño siempre miraba el cielo nocturno soñando con ir a la luna —Astro se puso melancólico recordando todas las noches que se dedicaba a mirar la Luna, tal como su hijo hacía hoy en día—. En una ocasión le pregunté a mi papá: “señor, alguna vez hemos visitado la Luna”. ¿Sabes lo que dijo?: “Claro que no, es solo una conspiración del gobierno dirigido por Kubrick”.

Dos mundos, un universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora