Las cámaras del lado exterior de la nave de Astrobola estaban enlazadas a los satélites que orbitaban la Tierra, los cuales a su vez enviaban la señal a cualquier medio de comunicación que estuviera en la superficie y al alcance de los terríbolas. Teléfonos, tablets, computadoras y la televisión transmitían en vivo y en directo las imágenes del cohete de Astro entrando en la atmósfera de Marte.
Ahora seguían la transmisión muchísimas más personas que las que estuvieron para ver la entrevista. Desde todos los rincones del mundo los terríbolas podían apreciar como uno de ellos llegaba por primera vez a un planeta vecino, les venían vendiendo desde hace años la idea de que podían colonizar Marte y que la Bola Humanidad algún día avanzaría y serían capaces de vivir en él. Y ahora, por primera vez, esa idea se sentía real. El aterrizaje exitoso de Astrobola sobre suelo marciano hizo sentir a todos los que lo vieron que realmente podrían lograr cualquier cosa, fue emocionante, hasta llegaron a olvidarse por un momento de que ese astronauta sufría alucinaciones.
Al ver a Astro salir de su nave y pisar la superficie de Marte por primera vez en la historia, la Bola Humanidad se sintió presa de una oleada de alegría y orgullo que se hizo sentir en todos los rincones del planeta. Una gran celebración colectiva invadió a los terríbolas, en todos los países se escuchaban vítores y aplausos e incluso fuegos artificiales que festejaban este gran logro conseguido, durante varios días no se hablaba de otra cosa que no sea el astronauta esquizofrénico que había logrado llegar a Marte.
Mientras tanto, durante todo ese tiempo Tierra estuvo escuchándolos. Escuchó cada grito de alegría que los terríbolas dieron cuando Astro aterrizó en la superficie de su mejor amigo, se tragó todo el humo de los fuegos artificiales que ellos explotaron en su festejo, y aguantó con paciencia todo el alboroto que ellos hicieron durante días incluso después de que la transmisión en vivo se cortó.
Hace mucho tiempo Tierra hubiera creído que la llegada de uno de sus terríbolas a otro planeta lo llenaría de orgullo y satisfacción, después de todo era algo que había querido, la expansión de sus creaciones por el sistema solar para que llevaran sus cosas buenas a los demás. Ciertamente cuando llegaron a la Luna se sintió muy orgulloso, pero la constante habladuría de ellos diciendo “terraformemos Marte” “mudémonos a Marte” “¡Vivamos en Marte!” Le estaba quitando la alegría de este acontecimiento histórico, ¿Por qué parecía que cada vez más deseaban a Marte como hogar? ¿Por qué ya no querían vivir en él? ¿Acaso estaba haciendo algo mal? La verdad ya no estaba tan seguro de querer que ellos se sigan expandiendo a otros planetas.
Pero lo que más le dolía eran esos “chistes” constantes de tener un lugar seguro para huir en caso de una guerra nuclear, algo no tan descabellado considerando los problemas políticos que estaban teniendo lugar actualmente, por eso la “conquista” de Marte se sentía más como un primer paso para abandonarlo que un gran paso para el desarrollo humano. Simplemente no entendía porque hablaban de dejarlo en lugar de tratar de resolver sus problemas, él luchaba por ser un buen hogar para ellos, entonces también ellos deberían luchar por la paz. Las cosas podrían mejorar muchísimo si tan solo fueran un poco más amables entre ellos.
Él conocía muy bien a su Bola Humanidad, conocía muy bien a sus Countryballs, pero a veces simplemente no los entendía.
+
+
+
+—¡Auch! ¿Qué rayos? ¿Qué fue eso?
Marte estaba tranquilo en su órbita disfrutando de un momento a solas cuando repentinamente sintió un dolor que atravesaba su atmósfera. No era lo mismo que cuando jugaba con Tierra a quemados con asteroides y uno lo impactaba; no, esto era algo más agudo, como cuando una persona recibe el pinchazo de una aguja, pudo sentir como un objeto se iba abriendo camino a través de las capas de su atmósfera y aterrizaba en su superficie. Habían sido movimientos calculados, como si el objeto tuviera control de su velocidad y antes de estrellarse la disminuyera para tener un aterrizaje suave. Nunca antes había sentido algo así pero no creía que fuera al azar, tenia que tener una explicación, acaso era…
ESTÁS LEYENDO
Dos mundos, un universo.
FanfictionHasta ahora, los terríbolas vivían tranquilamente su vida cotidiana y los Countryballs se ocupaban de sus asuntos y problemas comunes de una agitada vida política, todos ignorantes de una verdad que podría cambiar el estilo de vida que han llevado d...