Lunas Galileanas

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Cuando Titán le contó su plan de formar un Club Lunar, a Luna le había parecido una idea muy rara, y cuando le dijo que quería hacer una protesta con carteles para demandarle a los planetas más respeto, a Luna le pareció una completa locura. No creía que eso fuera a funcionar ni tampoco estaba seguro de querer participar, sin embargo, no dijo nada. Phobos y Deimos por otro lado habían aplaudido cada idea que había propuesto Titán, asegurándole que lo seguirían en todo lo que hiciera, y fue este apoyo más que nada lo que llevó al satélite más grande a comenzar a trabajar en sus carteles, haciendo que los otros tres lo ayudaran.

Luna reconocía las buenas intenciones de Titán, pero también sabía que las protestas rara vez funcionaban. Las había visto innumerables veces en la superficie de Tierra con los terríbolas y en la mayoría de veces solo servían para hacer ruido, pero no brindaban una solución real, salvo quizá la de exponer el problema y hacer un llamado al diálogo para buscar una solución. Titán por supuesto no tenía forma de saber esto, esa era información adicional que tenía Luna por ser el satélite de Tierra y estar tan cerca de la Bola Humanidad, pero él aún así no tenía ganas de matar la emoción y el positivismo de sus compañeros por lo que continuó guardando silencio mientras trabajaba en su cartel.

Al ver su pancarta con el eslogan "¡Merecemos respeto!" , Luna recordó algunas protestas de los terríbolas que habían salido mal. A pesar de que les tenía mucho aprecio él no se olvidaba de su naturaleza iracunda y su propensión a las peleas, eso hacía que muchas situaciones se les salieran de control y terminaban con resultados que nadie quería; no importa que una protesta inicie de forma pacífica, siempre existía la posibilidad de que termine en violencia. Luna siguió viendo su cartel y se sacudió esos pensamientos de la cabeza, tenía que recordarse a sí mismo que los cuerpos celestes no eran como los terríbolas y de que ellos no tenían esa naturaleza conflictiva, por tanto, no había forma de que la idea de Titán terminara en desgracia. Ellos no cometerían los mismos errores que la Bola Humanidad.

Estuvieron así un buen rato hasta que todos sintieron una perturbación en el espacio, una anomalía gravitacional que indicaba la presencia de más cuerpos celestes. Al principio todos creyeron que algún planeta había encontrado el escondite que ellos tenían en el Cinturón de Asteroides, pero quedaron muy sorprendidos cuando descubrieron que se trataba de cuatro satélites muy grandes, y se sorprendieron aún más cuando ellos dijeron que estaban buscando a Titán, todo este asunto con esas lunas de Júpiter era extraño y Luna no estaba entendiendo nada.

—¿Por qué ustedes se ofrecerían a buscar a Titán? —había preguntado Luna con cautela.

—Aburrimiento —respondió de forma muy desinteresada un satélite al que habían presentado como Calisto.

—Pero, si Saturno ha empezado a buscarte, eso significa que llevas mucho tiempo fuera de tu órbita —empezó a razonar Luna después de escuchar a los recién llegados, miró a Titán con una ceja alzada esperando respuesta y este puso una expresión de desesperación.

—¡No llevo tanto tiempo fuera! Pero Saturno es muy empalagoso conmigo y no me pierde de vista, a veces siento que me asfixia —explicó el satélite incómodo, el hecho de que Saturno siempre le estuviera prestando atención le había traído varios problemas a su vida, y parece que ahora ni siquiera podía escapar de su vista porque ya tenía a varios satélites buscándolo—. Escuchen, por favor no le vayan a decir a Saturno dónde estoy, no quiero que encuentre este escondite ni tampoco a mi —pidió a las nuevas lunas con un tono de súplica.

—Relájate, venimos por voluntad propia y también podemos cambiar de opinión si queremos —habló esta vez el satélite más grande que parecía ser el líder, su nombre era Ganimedes—. Pero, ¿De qué se trata este escondite de todos modos? ¿Qué son esos carteles de ahí? —preguntó señalando todas las pancartas que ellos habían hecho, a lo que Titán respondió explicando su idea de formar un Club Lunar y llevar a cabo una protesta para exigirle respeto a los planetas.

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