Punto crítico (1/2)

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Taiwán estaba feliz y emocionado, hoy era un día especial. Mientras esperaba en el aeropuerto de su país no podía dejar de pensar en la importante visita que iba a recibir, y cuando vio el avión estadounidense aterrizar, su corazón saltó ansioso. Rápidamente se dispuso a darle la bienvenida a su buen amigo Estados Unidos de América y por sobretodo a su acompañante Nancy Pelosi, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos cuya visita era significativa por ser la primera vez que alguien con ese cargo aterrizaba en su isla en los últimos 25 años.

Cuando los vio bajar del avión se puso a pensar en lo buen amigo que era América. Como si no bastara la relación cercana que tenían, hace algunas semanas le dijo que podían estrechar aún más sus lazos, Taiwán le preguntó de que forma y él propuso esta visita. Por un momento le preocupó que China lo tomara como una provocación pero USA le aseguró que sería una visita únicamente para apoyarlo como su aliado y si algo pasaba siempre estaría en su defensa, así que confiando en esa promesa fue como concretaron una cita con Nancy.

—Es un placer recibirlos en mi humilde hogar —saludó Taiwán con toda la amabilidad que pudo, tenía una sonrisa que cubría su rostro y el brillo de sus ojos delataba lo feliz que se sentía—. Por favor sean libres de pedir cualquier cosa que necesiten.

—Vamos Taiwán no seas tan formal —bromeó Estados Unidos mientras palmeaba su espalda—. Ni que fuéramos extraños… bueno, Nancy lo es, pero tampoco le gustan los formalismos.

—Ay amigo, ese viaje fue casi tan largo como patear un gol de campo desde tu propia línea de dos yardas —exclamó la mujer quejándose por la incomodidad que generaba un vuelo así de largo. USA se rió entendiéndola por completo mientras Taiwán se quedó perdido—. No me vendría mal estirar un poco los músculos.

—Podemos caminar y hacer turismo si eso la ayuda —le ofreció el Country anfitrión.

—¿Turismo? Eso me gusta, sería un desperdicio venir hasta aquí y no visitar tus atractivos ¿No lo cree señor América?

—Mmm, si, podemos hacer un poco de turismo. Será divertido.

—Bueno, en ese caso…

Taiwán estaba a punto de sugerir algunos lugares hermosos que podían disfrutar mientras daban un paseo, pero toda palabra quedó atrapada en su boca cuando fueron interrumpidos por un ensordecedor estruendo de aviones militares dejando caer bombas a la distancia. Esto hizo que las tres personas se sobresaltaran y dieran un respingo en sus lugares.

—¿Estamos bajo ataque? Vamos malditos bastardos me los llevaré a todos al infierno —exclamó Nancy mientras invocaba un arma y le apuntaba al cielo.

—Ahrg, no estamos bajo ataque —le respondió Taiwán con el humor cambiándole de feliz a enojado, incluso el brillo de sus ojos se transformó en una llama de irritación—. Solo es la maldita China.

—¿Pero que está haciendo? —preguntó confundido América, estaba seguro de que China no sería tan estúpido como para bombardear Taiwán mientras él se encontraba de visita, debía haber otra explicación.

—¡Está colmándome la paciencia, evidentemente! —le respondió su compañero ajeno a las preocupaciones que este tenía. Para Taiwán la única razón de China de enviar esos aviones militares era molestarlo—. Si China cree que puede intimidarme con esta CLARA agresión está muy equivocado, lo único que conseguirá es que le de un puñetazo en el…

—Alto ahí, mi querido amigo taiwanés —lo calló Nancy poniendo un dedo en sus labios invadiendo su espacio personal. América tenía razón cuando dijo que no le gustaban los formalismos—. No todo se tiene que resolver con violencia, talvez sea hora de tener una reunión pacífica con China.

Dos mundos, un universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora