Cap 20

193 8 0
                                    

—Jefnier: "Te llevo a tu casa."—

Jefnier me mira de repente de manera traviesa y levanta las llaves del coche a la altura de mi cara antes de agitarlas ante mis narices. Le saco la lengua pero no se da cuenta y rodea el coche hasta la puerta del conductor.

Yo voy del otro lado, sintiendo como va desapareciendo la tensión acumulada. Pongo las manos en el techo del Lamborghini y hago una pausa, con la cabeza agachada.

Me tomo un segundo para vaciar la mente. La perspectiva de volver a mi casa me reconforta.

—Jefnier: "Hey."—

Jefnier vuelve a mi lado para ver qué hago. Su voz no es agresiva. Es casi dulce.

Levanto la cabeza hacia él y me sorprende lo que veo en su mirada. Parece compasión.

—Jefnier: "¿Te pasa algo?"—

—Jessica: "Estoy bien, solo estoy agotada."—

No dice nada. Me levanto valientemente y me aparto para que Jefnier pueda abrirme la puerta.

Me siento en el asiento del pasajero mucho menos excitada que hace un rato. Jefnier se sienta detrás del volante y se me queda mirando.

—Jefnier: "¿Te preocupas por tu hermano, no?"—

—jessica: "Sí, me preocupo constantemente por él. No pasa un día sin que piense en él. Es mi hermano pequeño. Es normal que me preocupe."—

—Jefnier: "Ya veo."—

—Jessica: "Estoy dispuesta a todo por él. ¡Y no es ese hijo de puta quien me va a asustar!"—

—Jefnier: " Mancini. Evita llamarle así. No creo que le guste que traten a su madre de mujer de vida alegre."—

—Jessica : "Lo siento, no puedo más. Ya sé que no es una palabra muy elegante, pero es el único calificativo que se me ocurre ahora mismo."—

—Jefnier: "Ya, entiendo. Creo que yo reaccionaría igual si se metiera con mi hermano."—

¡Lo sabía! A pesar de lo que he visto esta noche, estaba segura de que estos dos están unidos por un lazo fraternal inquebrantable.

—Jefnier: "Abróchate el cinturón, fierecilla. No me apetece que Jeimax me de una paliza si te rompes una uña durante el trayecto. Te llevo a
casa."—

Me pongo el cinturón y me dejo llevar en el asiento deportivo sin una gota de energía. Jefnier arranca y el coche ruge suavemente.

Me encanta este ruido de fondo. Podría quedarme dormida con él a modo de nana. Me giro hacia Jefnier y le espeto de buenas a primeras:

—Jessica: "Siento mucho lo que ha pasado, Jefnier. Fue estúpido y pueril."—

—Jefnier: "¿Estás pidiendo disculpas o yo alucino?"—

—Jessica: "¡Claro que no! Soy una orgullosa."—

Guardo silencio un minuto sin dejar de verle.

—Jessica: "Está genial que me ayudes. Gracias. No lo olvidaré."—

Sus ojos se fijan en mi y me analizan atentamente.

—Jefnier: "¿Se acabaron las mentiras?—

—Jessica: "Se acabaron las mentiras."—

Se me queda mirando aún un momento, luego, asiente con una pequena sonrisa en los labios. Acto seguido se gira para concentrarse en conducir.

Circulamos a una velocidad moderada por la autopista y me relajo un poco. Empiezo a sentirme un poco mejor. Pensar que Jefnier va a ayudarme me quita un poco el peso de encima.

Estoy impaciente por ir a ver a Jason y decirle que todo se va a arreglar.

Llegamos enseguida al centro y voy guiando a Jefnier hasta mi inmueble. Al final, se detiene junto a la acera. A pesar de las circunstancias, estoy contenta. ¡He dado una vuelta en Lamborghini dos veces en una sola noche! Qué suerte!

—Jefnier: "¡Aquí estamos! La señorita ha llegado a su destino. ¿Necesitas que te escolte hasta tus aposentos?"—

—Jessica: "¡Qué amable es el señor! Pero creo que a la señorita no le gustaría cansar a la bestia por tan poca cosa....Y además, sería una lástima que el aparato del señor se oxidara a fuerza de quedarse afuera mucho tiempo...."—

Jefnier se echa a reír suavemente antes de inclinarse. Su mano roza mi mejilla y me entra un escalofrio por la espalda.

—Jefnier: "Descansa. Tienes pinta de estar agotada."—

Abro la puerta y salgo del coche antes de cerrarla delicadamente. Jefnier baja la ventanilla del pasajero y se inclina para echarme un
último vistazo.

—Jefnier: "Por tu culpa, he tenido que aplazar la fiesta a mañana. Espero que me honres con tu presencia para que te perdone."—

Tras estas palabras, sube la ventanilla y se va sin esperar mi respuesta. Yo me quedo aquí, impresionada, al pie de mi inmueble.

(ivaya noche! No la voy a olvidar...)

𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔 (lunay-Jefnier Osorio )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora