Cap 31

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A la mañana siguiente, cuando llego a Tanner corporation allá sobre las 9h, tengo la impresión de pisar suelo extranjero. Es como si la tarde en casa de Jefnier me hubiera lobotomizado el cerebro. ¡Todo es tan diferente del universo en el que él se mueve!

(i¿Qué delirio es este?! No debería acostumbrarme mucho tampoco a los ambientes jefnilescos...)

Subo directamente al despacho. Me muero de ganas de interrogar a Jeimax para saber más sobre su pasado. De todos modos, hemos previsto vernos esta tarde con Lisa. Y además, creo que he visto la silueta de Casandra por aquí. O sea, que más vale que no me quede mucho por aquí.

Me adentro en la cabina sin perder más tiempo. Cuando se cierran las puertas, me quedo tiesa. (¡Uf! Ni rastro de Dylan Tanner en la costa...)

¡Una vez pero no más! Ya me he ridiculizado bastante delante de él. Necesito credibilidad para no perder el puesto.

Voy contando las plantas golpeando la cabeza contra la pared del ascensor. (¡Sobre todo, tómate tu tiempo!) 42 plantas, ¡ahí es nada! Cuando uno lo piensa, mira que deben de haber pasado cosas aquí... y no estoy hablando de una simple partida de Monopoly...

Cuando la cabina se detiene en mi planta, ya estoy lista para salir afuera. Voy directa hacia la puerta del open space y abro, dirigiéndome enseguida hacia mi mesa. Echo un vistazo rápido hacia el box de Jeimax, pero está vacio. ¡Está claro que no es un madrugador! ¡Me fastidia! Estaba dispuesta a sonsacarle la información...

Dejo mis cosas en mi mesa e inicio mi sesión, cuando oigo un ruido de pasos que se acercan. Levanto la cabeza, con una sonrisa triunfante en los labios. Pero se borra ligeramente cuando me cruzo con la mirada azul de mi mánager.

—Jessica: "Buenos días, Gabriel."—

—Gabriel: "jessica. ¿Cómo te encuentras hoy?"—

Me sorprende que ahora se interese Gabriel por mí.
Normalmente, cuando tus superiores se preocupan por ti, es mala señal...

—Jessica: "Estoy bien, gracias."—

Constato que parece incómodo de repente. (¡Vaya! Despacito, Gaby, ¿qué te pasa ahora?)

—Gabriel: "Sabes que cuentas con mi entera confianza y que aprecio el trabajo que haces, ¿verdad?"—

—Jessica: "Sí, lo sé, ya me lo has dicho."—

Le analizo atentamente, mientras él se pone a enredar nerviosamente con su sello.

—Jessica: "¿Hay algún problema?"—

—Gabriel: "Aún no lo sé, pero quería que supieras que te apoyo incondicionalmente."—

Bueno. ¡Así que sí hay algo! ¡No entiendo por qué se anda con rodeos cada vez que tiene que decirme algo!

—Jessica: "Mira, Gabriel, si pasa algo, más vale que me lo digas ahora mismo. Porque ahora me voy a poner a hacerme preguntas."—

Le veo mirar a nuestro alrededor antes de dirigirse de nuevo a mi. (i¿Pero qué le pasa?! ¡¿Me va a decir qué sucede o qué?!)

—Gabriel: "Tal vez no sea el mejor lugar para hablar de ello. Si no te importa seguirme..."—

Me señala la puerta de su despacho, un poco más allá. Bueno. Ahora está claro, aquí huele a chamusquina.

—Jessica: "Te sigo."—

Dejo todo lo que estaba haciendo para seguirle. Gabriel cierra la puerta justo después de mí y se me planta en frente.

(¿Nos sentamos? ¿No? ¿Tal vez?... ¡Pues no!)

Estoy empezando seriamente a acojonarme. ¿Qué me va a anunciar ahora?

𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔 (lunay-Jefnier Osorio )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora