Cap 11

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Entro en un amplio salón repleto de muebles que tienen pinta de costar una buena fortuna.
¡es cierto, mi piso enterito cabría en esta pieza, pero no me dejo desestabilizar!

—Joe: "¡Tienes visita, amigo!"

Con la música como fondo sonoro, ha gritado como nunca junto a mis oídos. Mis tímpanos se resienten. Sin embargo, ¡estoy acostumbrada!
Espero hasta la llegada del gran Manitu, echando una mirada a Joe que se acerca al equipo para cortar la música.

Mientras tanto, me pregunto qué voy a poder contarle a Jefnier... creo que voy a contárselo todo.. Jeimax , mi hermano, el lío con Mancini. ¡Y me da igual si no le gusta!
De todos modos, en cuanto aparezca Jeimax, quedare al descubierto. Mejor confesárselo todo ahora mismo.

En el momento en que unos ruidos de pasos se acercan, miro de reojo en dirección de Joe que me está sonriendo y me guiña un ojo.

(¡No me lo puedo creer! ¡Si pudiera evitar ponerme aún más incómoda de lo que estoy, se lo agradecería muchísimo!)

Jefnier aparece de repente al final de un pasillo. Sus ojos se fijan en mí y se dibuja en su rostro una sonrisa un tanto en rapaz. Le mantengo la mirada y fuerzo la vista, como desafiándole.
Aunque hace mucho calor de repente, no quiero dejar ver nada y me pongo mi máscara de chica inquebrantable.

—Jefnier: "Pero mira quién esta aquí: ¡la fierecilla fanática de las grandes cilindradas!"

Su comentario me saca de quicio y me divierte a partes iguales. No puedo evitar contestarle en el acto.

—Jessica: "Pero Mira quién está aquí: ¡el chulito incapaz de conducir un bólido digno de ese nombre!"

—Joe: "¡Guau! ¡Parece que hay guerra por aquí!"

Miro a Joe, que me hace una sonrisa de pega.

—Jessica: "¡Y aún no has visto nada!"

—Joe: "Ya veo. ¡Con estas bonitas palabras, los dejo hablar de lo de ustedes! Tengo cosas más interesantes que hacer que hacer de árbitro."

Antes de desaparecer, Joe se me queda mirando una vez más de pies a cabeza y me guiña un ojo. Joe es misterioso y más bien simpático. Pero ahora mismo es Jefnier quien me interesa.

—Jefnier: "Siempre tan amable, por lo que veo..."

—Jessica: "Solo me adapto a la persona que tengo en frente..."

Jefnier me analiza, enigmático, luego se dirige hacia un mueble-bar con una sonrisilla en los labios.

—Jefnier: "¿Tienes sed? ¿Te sirvo algo?"

—Jessica: "Si, con mucho gusto."

—Jefnier: "¿Que tomas? ¿Whisky? ¿Ron? ¿Vodka? ¿O tal vez un pequeñito kir para la señorita?"

—Jessica: "¡El pequeño kir es demasiado estereotipo! ¡Sírveme un ron! Mientras tanto, tengo algo que proponerte, si te apetece... ¿Que me dirías de dar una vuelta en el bólido que está esperando afuera?"

Hago un gesto con la cabeza para señalar afuera. Jefnier levanta las cejas y su mirada se entretiene en mi, un tanto intrigado.

—Jefnier: "¿De modo que la fierecilla solo viene por el coche?"

Le mantengo la mirada y le desafío a rechazarme este favor. ¡Exactamente, solo vengo por el coche!

—Jessica: "Puede que si, puede que no..."

—Jefnier: "Conmigo no te andes con esas, mami."

—Jessica: "No me llames nunca más así, ¡¿me oyes?!"

—Jefnier: "Como quieras... Mami."

Se me ponen los pelos como escarpias mientras que a Jefnier parece divertirle mucho esto. ¡Menudo insolente! ¡Me encantaría hacerle tragar sus palabras! A menos que...

—Jessica: "Nunca Ja-MÁS..."

—Jefnier: "¿Es una amenaza?"

Se acerca hacia mí con un andar de depredador. Estoy empezando a perder los papeles ante la seguridad que desprende. cuándo su rostro está apenas unos centímetros del mío, algo se incendia en mis partes bajas y siento que he caído en la trampa.

A pesar del escalofrío que me inunda, le mantengo la mirada ardiente con determinación.

—Jessica: "Las amenazas son para los débiles..."

No replica. Su sonrisa se hace aún más grande y pasa  de repente su mirada a mis labios y de mis labios a mis ojos.
Como diría aquel, ¡el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil! En este preciso momento, tengo ganas sobre todo de ver hasta dónde puede llegar dándose estás.

Nos quedamos un momento sumergidos el uno en la mirada del otro hasta que carraspeo, incómoda.
Como quien no quiere la cosa, Jefnier da un paso atrás y se pone la máscara del tipo imperturbable. Pega un trago de alcohol y posa su vaso en el mueble.

—Jefnier: "Dale, fierecilla. ¡Va por una vuelta en coche! Pero no mucho. ¡Estoy esperando visita!"

¿Visita? ¿Qué tipo de visita?

—Jessica: "Ya veo... ¿una fan que quiere hacer rugir tu motor?"

Jefnier se echa a reír después de haberme lanzado su eterna mirada maliciosa. Tengo que confesar que me gusta cuando se ríe, parece mucho menos arrogante.

—Jefnier: "A mi hermano le va a encantar la comparación..."

Así que está esperando a Jeimax... Me muerdo los labios para no echarme a reír. ¡Jeimax como fan, no tiene precio!

—Jessica: "¿Tu hermano?"

—Jefnier: "Si. Me ha llamado para decirme que se pasaría con una amiga."

—Jessica: "¡Oh! Ya veo... ¡Cuantos más seamos, mejor!"

—Jefnier: "Jeimax no es así, querida."

Le mantengo la mirada sin mediar palabra.

𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔 (lunay-Jefnier Osorio )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora