𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔 (lunay-Jefnier Osorio )

Cap 50

Giro la cabeza en dirección de la voz. Es Jefnier. Está a mi derecha y parece que ha dejado de lado toda su chulería.

—Jessica: "¡Gracias, pero no!"—

—Jefnier: "Ya está, ¿has terminado?"—

—Jessica: "¿Qué quieres que te diga? "Sí, Jefnier, quiero que me acompañes, así podrás disfrutar de tu trofeo un poquito más!"—

Se echa a reír y luego se acerca a mí. La situación es más bien graciosa. Los dos estamos cansados, pero parece que no lo suficiente como para parar de pincharnos.

—Jefnier: "Estábamos bromeando, nada más. Pero confiesa que la manera en que te tiraste a mis brazos..."—

—Jessica: "¡¿Qué!?"—

Puntúo mi réplica con un golpe en su brazo. Jefnier se echa para atrás, fingiendo que le ha dolido.

—Jessica: "¡Di que sí! ¡Ríete aún más de mí! Casi ni te he rozado..."—

—Jefnier: "Venga, ven, ¡no te vas a quedar aquí! Empiezas a trabajar en unas horas."—

—Jessica: "Gracias por recordármelo, lo había olvidado por completo!"—

Mi sarcasmo le arranca una sonrisa y termina por darme la mano. Me quedo mirándole levantando una ceja. ¿De verdad se cree que le voy a coger la mano después de lo que ha dicho esta noche?

—Jessica: "¿Qué haces con tu mano?"—

—Jefnier: "¡Eres agotadora! Me rindo. Venga, vamos a casa."—

Asiento. Jefnier mete las manos en los bolsillos y me invita a seguirle con un gesto con la cabeza. Vamos hasta el Lamborghini que está aparcado un poco más lejos. Nos vamos de inmediato y me sumerjo en todo lo que hice esta noche.

—Jefnier: "Hemos llegado a tu casa."—

Miro hacia él. Hemos hecho todo el trayecto en un silencio sobrecogedor. Sabe que estoy cabreada con él. Creo que si me hubiera dicho cualquier cosa, habría explotado. Ha hecho bien callándose.

Con un gesto con la cabeza, le doy las gracias a Jefnier por haberme acompañado. No me apetece entretenerme más. Pongo una mano en la manilla dispuesta a salir cuando Jefnier me retiene.

—Jefnier: "Espera."—

Me quedo quieta y espero. ¿Qué quiere ahora?

—Jefnier: "No te entretengo mucho."—

Suspiro largo y tendido antes de abdicar y girarme hacia él.

—Jefnier: "Vamos a tener que volver a ver a mancini ahora que tenemos algo de dinero."—

Me señala con el mentón el sobre que tengo apretado contra mí. Bajo la vista y me entra una risa nerviosa.

—Jessica: "¿Crees que vamos a poder negociar con 5,000 dólares?"—

—Jefnier: "No te preocupes por eso. Pero esta vez, cuento contigo para meter la lengua debajo del zapato."—

—Jessica: "Creo que he captado el mensaje. Con una vez tengo suficiente."—

Agotada del todo, señaló la acera a través del cristal.

—Jessica: "¿Puedo irme ya? Porque trabajo en menos de cuatro horas y me gustaría mucho cerrar los ojos unos minutos."—

—Jefnier: "No he acabado del todo."—

Bajo la vista, derrotada por su insistencia.

—Jessica: ¿Qué pasa?"—

—Jefnier: "Dos cosas. La primera, es para tu hermano."—

Levanto la vista para ver como me tiende un fajo de billetes. Me quedo de piedra.

—Jefnier: "Supongo que lo vas a rechazar viniendo de mi parte, así que imagina que es un bonus por el trabajo de esta noche."—

Estoy totalmente en shock. No me esperaba que me diera su parte sin pedirme nada a cambio.

—Jessica: "No sé qué decirte..."—

—Jefnier: "No digas nada. Coge el dinero y ya está."—

Como ve que estoy dudando, me coge el sobre de las manos y mete el fajo antes de ponermelo todo en las rodillas.

—Jefnier: "Es tuyo ahora. Y no se hable más.Yo hago lo que me da la gana, ¿te acuerdas?"—

—Jessica: "Jefnier..."—

Le doy las gracias con una carita dulce que parece incomodarle. Mira para otro lado y masculla algo entre los dientes.

—Jefnier: "¿Qué?"—

—Jessica: "Gracias, te lo devolveré."—

—Jefnier: "Ya... venga, vete, antes de que cambie de idea."—

Asiento, pero no me muevo.

—Jefnier: "¿Y qué esperas? ¿A qué te invite?"—

—Jessica: "No. Pero me has dicho que tenías dos cosas que decirme."—

—Jefnier: "Veo que tienes buena memoria a pesar del cansancio... La segunda cosa, te concierne a ti directamente."—

Sus ojos se entristecen. Su mirada se vuelve aún más profunda. Sus manos ejercen suavemente una presión sobre mis hombros para tirarme hacia él. Nuestras caras se aproximan, nuestras frentes se tocan. Nuestro aliento se entrelaza, jadeante. Muy despacio, los labios de Jefnier se acercan a los míos. Empiezo a cerrar los ojos, pero mi razón me llama al orden.

¿Besarle? ¿Después de lo que me prometí? Ni hablar.

Al final me aparto rápidamente de él, como cuando te da una descarga. Jefnier se echa para atrás, sorprendido por mi repentina resistencia a besarle. En cuanto a mí, carraspeo, un poco incómoda.

—Jessica: "Creo que me voy a ir yendo, se está haciendo tarde..."—

Se me queda mirando de lado antes de girarse hacia el volante. Hace como si no hubiera pasado nada, pero supongo que se ha molestado.

—Jessica: "Buenas noches, Jefnier. ¿Nos llamamos?"—

—Jefnier: "Si. Buenas noches."—

Salgo del coche y me quedo en la acera mirando como se aleja el Lamborghini. A Jefnier no le ha gustado nada que me haya escapado de sus labios, pero yo sé por qué lo hice.

Ya se le pasará. ¿Y quién sabe? La próxima vez, tal vez se digne a considerarme como algo más que un simple objeto. Sobre todo delante de Joe.