Cap 42

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—Jefnier: "Está bien. Ha captado el mensaje."—

—Mancini: "Mejor. Porque nos volveremos a ver las caras."—

Jefnier asiente con la cabeza y se acerca un poco más a mí. Me hace un gesto para que salga yo delante y yo le obedezco. Volvemos por donde habíamos llegado para ir hasta el parking, escoltados por uno de los cancerberos del mafioso. Este último nos deja delante de la salida antes de volver adentro. Me quedo mirando esa maldita puerta un momento.

—Jefnier: "¿Te vas a quedar ahí plantada aún mucho rato? Venga, ven."—

—Jessica: "¿Nos vamos a ir así, sin más?"—

—Jefnier: "Sí. ¡Sin más!"—

Su mano me agarra por la muñeca para tirarme con fuerza hacia el Lamborghini. Forcejeo para que me suelte.

—Jessica: "Pero suéltame! ¡Sé caminar solita!"—

—Jefnier: "¡Entonces, camina! No me apetece quedarme aquí mucho tiempo."—

—Jessica: "¡Ya somos dos, te lo aseguro!"—

Visiblemente molesto, Jefnier se para, me suelta y se planta delante de mí.

—Jefnier: "¡No se puede ser más cabezota que tú! ¿Nunca escuchas cuando se te dicen las cosas?"—

—Jessica: "Depende."—

—Jefnier: "¿Depende?! Casi nos matan por tu culpa y tú dices: ¡depende! ¡Ni siquiera te das cuenta de la estupidez que has hecho, puñeta!"—

—Jessica: "Yo..."—

—Jefnier: "¡Cállate, jessica! De verdad. Esta vez no eres la persona más indicada para abrir la boca."—

—Jessica: "¿Tengo derecho a hablar, no?"—

Me agarra de la mano y me lleva casi brutalmente hasta el coche.

—Jefnier: "¡NO! Venga, nos largamos."—

—Jessica: "¿Cómo se supone que tengo que reaccionar? Explícamelo, porque me da la impresión de que no te das cuenta de la gravedad de las
cosas."—

Jefnier suspira de nuevo, irritado.

—Jefnier: "¿La grave...? ¿De qué estás hablando? ¡Eso no te ha impedido hacerte la Wonder Woman hace un rato! ¡Así que date prisa y móntate!"—

—Jessica: "Sabes qué, ni siquiera me apetece discutir contigo. Lo peor de todo es que parece que lo digas en serio."—

—Jefnier: "Bueno. ¿Te subes al coche o instalas una tienda de campaña en el parking?"—

Echo una vistazo rápido hacia el casino. La idea de quedarme aquí me pone la piel de gallina tanto como Jefnier ahora mismo. Pero si hay que elegir, prefiero la compañía de Jefnier más bien que la del parking del casino que pertenece a un loco desquiciado.

—Jessica: "'¡Bueno, bueno! Ya subo."—

Cuando Jefnier arranca, aún casi no me ha dado tiempo de abrocharme el cinturón. Tiene pinta de estar muy enfadado. Lo noto por lo crispadas que están sus manos sobre el volante. El coche derrapa y giramos bruscamente a un lado mientras
chirrían las ruedas. Sale humo de los neumáticos y oigo como ruge el motor. Jefnier libera la potencia del Lamborghini pisándole a fondo.

El bólido surge en la carretera en medio de un estruendo de motor y yo clavo las uñas en el cuero del asiento. Me gustaría decirle que se calme y que deje que la aguja baje. Pero viendo lo tozudo que es, sería una pérdida de tiempo.

—Jessica: "Jefnier..."—

—Jefnier: "¡Calla!"—

Refunfuño disgustada.

𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔 (lunay-Jefnier Osorio )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora