Extra X: La niña más jodidamente amada del mundo.

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Rachel.

Acaricio mi vientre con lentitud, masajeando algunas partes mientras esparzo la crema para evitar estrías. Esto siempre lo hace Christopher, pero hoy no está.

Hace media hora me envió un vídeo donde se le ve con Patrick, Simón y Parker. Me da risa, por qué no creo que lo haya hecho muy consiente que digamos. Sabía a lo que iba, sé cómo va a regresar, pero no tengo objeción.

Mi marido no es solo eso, también tiene amigos y tiene derecho a salir un rato a divertirse con ellos, así como yo salgo con mis hermanas y las chicas

Solo espero que no llegue cayéndose. Aunque parece muy poco posible si tiene a Patrick y a Simon a lado.

—¿Extrañan a papá? —susurro, veo muy poco el movimiento, pero para mí es una afirmativa—. Si, es toda una agonía que no esté a nuestro lado, pero hay que dejarlo salir a divertirse un poco, yo creo que lo tenemos harto con tanta cosa que nos inventamos.

Suelto una risa cuando está vez es más perceptible el movimiento.

Sigo diciendo que aquí adentro hay dos niñas. Si no es que, si quiera, hay una.

Me lavo las manos y después la cara para ponerme una mascarilla en la misma. Me hago una foto con una mueca y la reservo para mandársela después a mi marido.

Cómo estoy aburrida sin nada que hacer y tengo que esperar a que se seque la mascarilla, voy a la habitación que será de los bebés por un tiempo antes de tener que separarlos y ponerlos en diferentes habitaciones.

Christopher no me deja hacer nada aquí, por qué la última vez que lo hice, dice que deje todo hecho un espanto. Solo le puse algo de amarillo.

Hay que aprovechar su ausencia.

Muevo algunos muebles con rueditas a dónde los quería desde el principio, acomodo los velos de las cunas, saco toda su ropita para acomodarla dónde quiero y por colores, al igual que me pongo a ver los zapatitos en sus cajas.

Es que son preciosos, mi marido compro algunos y los escondió antes de que los viera, así que aprovecho para revisarlos.

Parpadeo cuando encuentro unos zapatitos rosas con florecitas. Sonrío, mirándolos con detalle, tienen una M muy marcada en la suela, pero hay algo medio borroso, creo, parece ser que está hecho así a propósito.

Ladeó la cabeza, entrecerrado los ojos para identificarlo.

Milenka.

Es un nombre... ¿Ruso?, si creo que si... ¿Que significaba?

Me incorporo, pasando a guardar los zapatos donde estaban y de forma para que no vea que los agarre.

Me muevo al mueble donde está la libreta con los nombres y significados que hemos estado viendo, voy a la parte de niñas y a la M, estoy segura que lo escribí ahí.

Me muerdo el labio mientras busco.

—¡Aquí esta, mis niños! —celebro cuando lo encuentro.

Milenka: Mi pequeña.

Ay. Siendo que se me cristalizan los ojos. Yo sé que si le ilusiona la idea de una niña. Una bonita niña.

Si Rachel no hubiera ido con Stefan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora