Rachel.
Dejando besos regados por su pecho, después de tres días, recuperada y sin la nariz congestionada, suspiro contra su piel cálida.
—Oye, hombre guapo —susurro—. ¿Recuerdas que te mencione que mis desapariciones en medio de la noche tenían que ver con que hacía tu regalo de aniversario?
Suelta un leve gruñido, apretándome contra su costado aún más.
—Te mueves y te arrastró de nuevo aquí.
Me río.
—¿No quieres ver mi regalo? —me subo sobre él.
—Me interesa más verte las tetas —sus manos van a mis caderas—. Pensé que preferías pasar todo cuando llegáramos a Ilhabela.
—Me desvele varias noches para poder entregarte el regalo el día de nuestro aniversario, no siete días después —murmuro—. Y no creo que te haga muy feliz abrirlo en el restaurante que reserve —sonrío—. ¿Se me permite entregarte tu regalo ya, mi amor?
—¿Por qué no me haría feliz eso? —frunce el ceño.
—¿Lo quieres recibir o no?
Eleva una ceja.
—Bien.
Formó una nueva sonrisa, alcanzando el teléfono para escribir a los escoltas que lo suban. El vitral fue bien cubierto antes de que ordenará a los escoltas subirlo al jet. Y sabré si fue abierto en algún momento, de esa forma, también sabré si necesito matar a alguien antes de que mi marido lo haga.
Me aparto de mi marido para bajar a vestirme con un camisón y una bata. Después de unos quince minutos, es que se me informa que llegaron. Respirando hondo. Espero que le guste.
—¿Y bien?
Brinco.
El hombre aparece en toda su gloria, haciéndome tensar las piernas para no lanzarme de nuevo a él y dejar que me folle hasta la inconsciencia.
—Ponte algo, joder —opto por protestar.
—No quiero —toma una manzana del bol en el centro de la barra de desayuno que hay en la suite.
—Te detesto —mascullo—. Pero... Acércate —suelto aire.
De repente los nervios me invaden.
—¿Ahora estás nerviosa? —si se acerca, pero me rodea la cintura con su brazo.
—Si —trago—. Este es tu regalo, mi amor —señalo el marco cubierto.
—Pensé que mi regalo era follarte el...
—¡Christopher! —protesto.
Después de darle una mordida a la manzana se acerca. La deja sobre la barra de nuevo, llevando las manos al papel que cubre el vitral.
Hago todo lo posible por no mordeme las uñas mientras remueve el papel, pero no logro controlarme al final. Cuando se aparta y las luces de la habitación se reflejan sobre los diminutos cristales de colores, mis uñas se comienzan a ver apetecibles.
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Si Rachel no hubiera ido con Stefan.
FanfictionPlot twist de la primera pedida de Matrimonio para Rachel de Chris ⚠️⚠️⚠️FANFIC DE LA TRILOGIA PECADOS PLACENTEROS DE EVA MUÑOZ⚠️⚠️⚠️ •Contiene diálogos de la obra original.
