Extra XII | Happy Birthday, nena

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Rachel.

Me dejó caer sobre el cuerpo desnudo de mi precioso marido, mi respiración es un asco al igual que mis extremidades, pero estoy más allá de satisfecha.

Le doy un beso que corresponde, llevándome contra la cama de nuevo. Sus labios llenan de besos mi rostro y terminó riéndome, empujándolo un poco, lista para la misma frase que siempre me dice y de todas formas no deja de ser mi favorita.

Pero no hay nada.

Siento que mi sonrisa cae un poco al mismo tiempo que él regresa a la cama, llevándome con él y pegándome a su cuerpo.

Parpadeo, frunzo el ceño y todo termina con un beso en la coronilla.

—Descansa, nena. Mañana tienes cuatro reuniones en la central y una rueda de prensa.

¿Las sigo teniendo?

Miro su rostro, pero él me pega más a su cuerpo. Otro beso. Me acomoda. Un beso más. Cierra los ojos.

¿Y mi: "Feliz cumpleaños, nena. Otro año más jodidamente enamorada de mi"?

Exageras.

¿Si?

Es que... En los últimos once cumpleaños la línea se repetía. Y se siente muy bien escucharla. Significa que nuestro amor es tan fuerte que estamos así siempre para recibir mi cumpleaños. Y después mis hijos me traen algo de desayunar o me vienen a despertar con mil besos en la cara...

Joder.

Sacudo la cabeza para mis adentros. Es una exageración, quizá tenga preparado algo para mañana con mis bebés y por eso no me dijo nada.

Quiero creer que es así.

Me quedo dormida sobre su pecho, aún con la molesta espinita, pero me conforta el que mi marido no es capaz de olvidarse de mi cumpleaños. No es capaz.

。⁠.゚⁠+⁠

Cuando despierto, estoy sola en la cama. Y son las 9:30 am.

Alcanzo mi teléfono, frunciendo el ceño. Abro los mensajes que veo que tengo, pero me voy directo al de mi marido.

Mi amor. ❤️

Los niños se fueron con Alex a pescar, dijo que los regresará a las 8:00 pm.

Veré si puedo alcanzarte en la rueda de prensa.

Tuve que salir de la ciudad de emergencia a la central de Manchester.

Te veo en la noche, nena.

Es todo.

Me acomodo mejor en la cama, sintiendo algo raro en el pecho.

No se pudieron olvidar de mi cumpleaños, ¿Verdad?

De los cuatro, ninguno debió...

Voy al chat de Alex... Pero optó por salirme, si mis hijos se fueron con él el día de hoy es por qué querían un día con su abuelo, no tengo que molestar.

Me levanto, sintiendo algo de decepción en mi pecho. Quería pasar el día con mis hijos y mi marido.

Sacudo la cabeza, yendo al baño, dónde me doy una ducha rápida, paso al vestidor, poniéndome un vestido azul ceñido a mi cuerpo, marcando así mi pequeño vientre donde está mi quinto bebé. La verdad no sé por qué se ve tan pequeño si tiene ya cinco meses ahí dentro. La doctora dice que probablemente en unos cuantos meses más, me convertiré en una pelota de playa, por qué mi bebé querrá dejar de esconderse.

Si Rachel no hubiera ido con Stefan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora