EXTRA XVI: 𝐋𝐀 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐀𝐁𝐄𝐉𝐀𝐒. |pt. 2|

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Christopher.

—¿Entonces?

Enarco una ceja.

—¿Entonces?

—¿Me vas a decir por qué le dijeron eso a mi hermana?

Suelto un bufido.

—¿Para que quieres saber tu eso?, con que ella lo sepa está...

Se cruza de brazos, frunciendo el ceño.

—Anika es amiga de Andrea —masculla—. Y ella me molesta, pero puede que...

—Tu hermana dijo que lo resolvería sola —mascullo de regreso—. Si nos metemos, nos deja de hablar. Es capaz de rayar todos los autos y de tirarte las consolas.

Se encoge de hombros.

—Te puedes comprar más. Y me puedo comprar más.

Ruedo los ojos.

—No, Owen, no vas a meterte. Tu hermana le prometió algo a tu madre, si no dejan de molestarla, es que vamos a intervenir. Tu madre y yo.

—¿Entonces me quedó de brazos cruzados viendo cómo la...?

—Owen —frunce el ceño—. Tu hermana sabrá que hacer. Y ve por ella que se está haciendo tarde.

Suelta un quejido.

—¿Cómo es eso mi culpa?

—Ve por tu hermana y deja de rezongar —lo empujó, provocando que me regrese el empujón.

Malditos mocosos ya no respetan a su padre.

—¿Otra vez peleando? —la voz de mi esposa llega desde el piso de arriba, trae al mocoso en los brazos mientras Olivia y Rachel empiezan a bajar las escaleras.

—Papá empezó —señala Owen de inmediato—. Dile algo a él.

—Un día de estos... —suspira, empezando a bajar—. ¿Ya están las loncheras de las niñas? —me mira a mi.

Tuerzo los labios.

—Ya.

—Ve por ellas.

Observo con una mueca como es que se pone a acomodarle la ropa a los cuatro. Suelto un suspiro, yendo a la cocina. Tomo las dos bolsas violeta sobre la barra del desayuno al igual que el vaso con leche de fresa.

No entiendo por qué carajos le gusta eso al mocoso, sin embargo, tampoco puedo hacer mucho.

—... Me dirás cualquier cosa, ¿De acuerdo?, estaré pendiente del teléfono.

—Que si —se irrita la otra—. Ya, papá, vámonos.

Suelto un suspiro, poniendo las bolsas en las manos de Rochelle y Olivia, le doy el vaso al mocoso que me lo quita con desconfianza, como si le hubiera echado veneno.

Un día de estos, si me sigue haciendo caras, lo voy a terminar haciendo.

Gashas —masculla, ocultándose en el cuello de mi mujer.

Suspiro, dándole un beso a ella y tirando del cabello del mocoso, provocando que se vuelva a mi para intentar asesinarme con la mirada. Le alboroto el cabello antes de salir con mis otros hijos.

Rachel va a una rueda de prensa. Yo a hacer mis asuntos en la central, así que la opción de hoy es que yo me lleve a los mocosos a la academia. Se lleva a Ethan

Acomodo a las niñas en sus sillas, Milenka desde ayer está algo callada, así que se sube en la parte trasera, dejando que Owen se siente al frente conmigo. Lo que me hace apretar de más el volante.

Si Rachel no hubiera ido con Stefan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora