Milenka.
—Escúchame bien, idiota —doy un paso adelante—, vuelve a hacer eso y juro que haré que te arrepientas el resto de tu jodida vida. Que seas una estúpida y pobre mocosa no te da derecho a intentar invadir mi privacidad.
—Puedo hacer lo que quiera.
En un movimiento rápido, estiro la mano y halo de su coleta, haciéndola soltar un jadeo ahogado.
—¿Ah, sí? —me burlo, disfrutando el temblor en su cuerpo—. ¿Hacer lo que quieras? Qué lindo, pero qué triste, porque ni siquiera tienes a alguien que te ponga límites, ¿no? Ni un padre que te enseñe modales. ¿O es que se largó porque sabía que ibas a salir así de patética?
Ella intenta zafarse, pero la jalo con más fuerza, obligándola a mirarme a los ojos.
—Mírame cuando te hablo, basura. No eres nada, ¿me oyes? Nada. Si crees que puedes joderme, te juro que te haré la vida imposible.
—No me intimidas, Morgan —sisea, con la mandíbula tensa—. Hago lo que se me da la gana. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que yo hago las cosas por mí misma, no hago que mi papi las haga por mí...
Elevo la comisura con burla.
—Sí, cariño —me encojo de hombros—, no puedes hacerlo, ¿sabes por qué? —Presiono mi mano en su hombro, inclinándome apenas para verla mejor—. Porque... tu papi te abandonó cuando tenías... ¿Cuántos? ¿Tres añitos? —hago un falso puchero, disfrutando la manera en la que su expresión se crispa—. Una lástima.
Sus ojos se ponen acuosos. ¿Me interesa? Jodidamente no. Ella empezó.
—Vete a la mierda, Morgan —escupe, intentando soltarse—, yo no tendré a mi papá, pero por lo menos mi mamá no es una maldita drogadicta.
Frunzo el ceño.
—¿Segura, Carter? —mi sonrisa se ensancha con veneno—. Por la forma en que se la pasa con la mano en la nariz... Te recomendaría revisar toda tu casa, quizá y no es lo que piensas...
—Deberías hacer lo mismo —contraataca, con una sonrisa venenosa—, parece que tu mami es más fan de las inyecciones que del polvo... Seguro encuentras su adicción fácilmente.
No me lo pienso dos veces. Es como si activará algo dentro de mi cabeza. Mi brazo se levanta y el golpe suena seco contra su cara. Su nariz comienza a sangrar casi al instante. No le doy tiempo de reaccionar antes de que mi puño vuelva a impactar en su mandíbula. La agarro del mentón, obligándola a sostenerme la mirada mientras su rostro se llena de lágrimas y sangre.
—Lávate la boca antes de hablar de mi mamá —gruño. Ella suelta un grito ahogado, sollozando entre dientes.
Me inclino hacia su oído, siseando con veneno:
—La última vez, Carter. Y si vuelvo a descubrir que intentas colar una maldita cámara en mi vestidor, la nariz no va a ser lo único que te va a sangrar.
—¡Teniente! —grita con fuerza—, ¡Milenka Morgan me acaba de golpear!
Ruedo los ojos. Chillona.
La teniente entra corriendo a los vestidores, me observa y observa a la mocosa llorona y sangrante. Enarco una ceja, soltándola y dejándola caer, ya que sus estúpidas piernas parecen fallar. La mujer se apresura a nosotras, revisándola en seguida.
—¡Morgan, a la oficina del coronel!
Sonrío.
—¿No va a preguntar por qué le pegue, Teniente? —me mira por encima del hombro, levantando a Carter y presionando ligeramente un punto en su nariz, echando su cabeza hacia atrás—. Bueno, le comento yo, ya que parece no tener intenciones de hacerlo. Alice Carter volvió a intentar colar una cámara en mi vestidor. Iré a la oficina del coronel —me encojo de hombros;— Pero si me disciplina a mi, hágalo también con ella. La envidia entre colegas no se ve bien.
ESTÁS LEYENDO
Si Rachel no hubiera ido con Stefan.
FanfictionPlot twist de la primera pedida de Matrimonio para Rachel de Chris ⚠️⚠️⚠️FANFIC DE LA TRILOGIA PECADOS PLACENTEROS DE EVA MUÑOZ⚠️⚠️⚠️ •Contiene diálogos de la obra original.
