➷ De nuevo.

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③⑤

Habían pasado un par de semanas. Hoy era el día de la presentación.

No eran los únicos que iban a mostrar algo en público, más bien, todos los clubs iban a hacerlo: Canto, baile, etc.

Jeongin estaba de nervios.

Le daba miedo subirse al escenario, por más que Seungmin le repitió una y otra vez que lo hacía genial. Nunca había recibido tantos besos en un solo minuto, pero era que su novio estaba intentando subirle el ánimo.

Sin importar nada, ya estaban los tres, parados frente a la universidad y unos cuantos directivos.

—Yang, cálmate un poco, ¿sí?— acarició su mejilla con suavidad antes de retroceder.

—Eso intento...— hablaba con la mirada baja.

—Respira y piensa en qué estás practicando en mi casa, ¿y adivina qué?— le sonrió y logró que Jeongin lo viera a los ojos por unos segundos— Lo haces genial, siempre.

Le sacó una pequeña sonrisa, y eso fue suficiente para que se colocara en su lugar y comenzara la cuenta regresiva para comenzar.

Jeongin tenía los ojos cerrados, pensando en cualquier cosa que no lo hiciera sentir tan nervioso... Pero no tenía mucho más de 5 segundos. Cuando abrió los ojos, fijo su mirada en el castaño que estaba en el centro. Logró tranquilizarse un poco.

Felix era quien comenzaba la canción, por lo que supo que tenía que seguir al momento que lo escuchó. Tuvo que intentar callar todas sus voces que le gritaban el por qué todo saldría mal y empezar a mover sus manos contra las cuerdas de la guitarra.

Cuando llevaba un minuto de canción, Jeongin sintió que se había equivocado con un acorde. No era tan notorio, pero el menor sintió que todo se iba a la mierda por su culpa. Con mirada de pánico, observaba al público. Si se estaban riendo, "era que seguro estaban riéndose de él". Eso sentía.

No quería parar e irse sólo porque Seungmin había hecho todo lo posible para dar un buen show, así que no iba a rematar el error haciendo tal cosa. Cerró los ojos con fuerza, ni siquiera quería pensar en más... Aún con sus párpados abajo, podía sentir sus ojos humedeciéndose un poco.

Por fin, la canción terminó... Ni hablar, estaba temblando peor que al inicio.

Felix se acercó al micrófono.— ¡Muchas gracias! Es nuestra primera vez haciendo esto, por lo que si hay errores, lo corregiremos en un futuro.

Seungmin miró con ternura al chico de pecas, esas palabras le habían parecido muy positivas. Girando al otro lado, notó la situación en la que estaba Jeongin. Su corazón sintió un dolor al verlo así.

Jeongin, intranquilo, se quitó la guitarra de encima, la soltó en el suelo y salió corriendo.

—¡Innie, espera!— exclamó el más alto, yendo trás él.

~

No se le hizo muy difícil encontrar el lugar donde se escondía Jeongin. Es más, alcanzó a detenerlo justo antes de que cerrara la puerta de dicho cubículo.

—¡Yang, por Dios!

—¡Déjame, déjame!— exclamó, intentando poner fuerza para cerrar la puerta, pero se rindió al segundo. No planeaba luchar contra el otro.

—¿Qué pasó? Dímelo, por favor.

—¡Soy una mierda, lo arruiné!— se tapó el rostro con ambas manos— Sabía... Sabía que lo haría mal, ¡pero se burlaban de mí, lo sé!

—No, no. Nadie se burlaba de tí.— apartó las manos del menor con las suyas para poder bajarlas y abrazarlo con fuerza. Logró que Jeongin se apoyara en su hombro.
—Si alguien se reía, seguro era Changbin y su tonto grupo... Pero sabes que les falla algo y se burlan de cualquier cosa. Lo hiciste genial.

—Claro que no... Me equivoqué, y hasta yo me di cuenta.— se apartó y lo miró con esa expresión dolida y sus ojos un poco rojos. Estaba torturando a Seungmin.

—¿Te equivocaste? ¿En qué?— preguntó, pasando su mano por el cabello blanco del chico, dejándole pequeñas caricias— No noté eso en ningún momento.

—Tú no, pero seguro que todos los demás sí...

—Oh, Yang. A los oídos correctos, tú siempre sonarás increíble.

Aprovechando su silencio, le dejó un pequeño beso en los labios, y con sus pulgares, limpió por encima el par de lágrimas que habían caído por debajo de sus ojos.

—Que vergüenza, Kim...

—No escuchaste cuando todos comenzaron a aplaudir por estar pensando en un par de personas que se reían.

Jeongin soltó un suspiro pesado.— No lo sé.

—Mira, dejamos a Felix solo allá. ¿Vamos?

El peliblanco mostró una expresión asustada de nuevo, moviendo su cabeza de lado a lado una y otra vez.— No, no, no quiero volver allá.

—Está bien, como tú quieras.

Se calmó del todo después de escucharlo, caminó fuera del cubículo y se paró frente a los lavabos.

—¿Qué tal si vamos a comer un helado para que pensemos en otra cosa?— propuso con una gran sonrisa.

—Me parece bien— respondió, mirándolo con una actitud totalmente diferente. Le subió el ánimo a Seungmin también.

› › ›

Un par de horas después, Seungmin y Jeongin pudieron salir juntos e ir a una heladería. Ordenó un helado de vainilla y uno de fresa, el cual se lo dió al otro.

—Creo que ganamos un premio, o algo así— comentó Seungmin.

—¿Premio? ¿Cómo así?

—Cuando te seguí al baño, Felix se quedó dando una especie de discurso.— soltó una risa— Nos premiaron por la presentación.

—Mmh, que bien— respondió en un tono suave— ¿Felix se quedó con el premio ese?

—Sí.— volvió a reír— Lo quiero mucho, es un buen amigo.

—Bueno, tienes razón... Me gustó que justificara mi error.

Seungmin alzó una ceja con un poco de confusión.— No creo que estuviera hablando específicamente de tu error, todos debimos de tenerlo. No somos profesionales aún.

—Bien, comprendo, ya.— le dió otra lamida a su helado.

—Pues me parece— admitió al final, viendo con atención al chico.

—Ajá... Oye, Kim. ¿Ya mandaste la prueba para la universidad? Cierran en unos días.

—Oh, justo ahora me acuerdas. Lo haré mañana. Ya le conté a mi madre, y dijo que está bien si quiero cambiar de universidad.

—¡Que bueno! Yo ya mandé mi prueba— mostró una sonrisa— Mi familia no es de dinero, por lo que tuve que esforzarme mucho... Espero me dejen entrar.

—Y yo espero lo mismo, aunque, yo no soy tan inteligente como tú.

—Pero tienes dinero.

—Ay, Innie... No todo se soluciona así.— agarró su mejilla, acariciándola. Aprovechando que lo tenía cerca, limpió un poco su labio inferior que estaba manchado de rosa.

—Mis intenciones son que en al menos dos semanas haya viajado para estudiar allá. Tengo un par de familiares que podrían recibirme— habló el menor.

—Vaya, eso está muy cerca... Mañana mismo mando la prueba— aseguró, cambiando un poco su gesto.

—Sí, hazlo, por favor. No puedes dejarme solo.

—No es lo que quiero hacer.— bajó la mirada un segundo— Lo que quiero es estar más tiempo contigo... No sé qué haría sin tí.

Jeongin le sonrió y asintió.

Lovers Rock | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora