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Tenía razón, nunca se le veía en el receso.
Por más que lo buscó, no apareció por ningún lado. Tal vez era verdad que pasaba el rato en el baño... ¿O estaba escondiéndose de él?

Tuvo que seguir buscándolo, hasta que se acabó el tiempo para descansar... ¿Por qué? «No lo sé».

—¡Hola!

El más bajó pegó un salto, ese grito de repente había reventado su tímpano al estar trás suyo y a la vez tan cerca.

—Joder...— susurró Jeongin, girándose hacia quien hablaba— ¿Qué? ¿Tú qué haces aquí?

—Conozco toda la universidad, ¿cómo que qué hago aquí? Ni siquiera necesité ayuda para encontrar tu salón... Hasta tengo amigos aquí.

—Ajá.— alzó una ceja— Esa no fue mi pregunta.

—Quería hablar contigo, y siento que no te veré nunca más, no sé por qué.

—¿Qué?

—Ah- lo del club, bueno... En fin...

—... ¿En fin qué?— soltó al ver que el castaño no daba indicios de querer hablar de nuevo.

—¿Sí- sí vendrás hoy también? Quiero creer que sólo eres tímido, pero realmente te veías incómodo ayer... ¿O eres muy, muy tímido? ¿Sí te gusta el rock?

—Sí, sí me gusta el rock. Claro que sí, pero empiezo a creer que eso de los clubs no es lo mío.

—No digas eso, Yang Jeongin— habló con una sonrisa que parecía muy feliz, aunque no hubiera razón para estarlo— Todos somos buenos en algo... Así que encajamos con personas que son buenas en lo mismo.

Definitivamente no. »

—Entiendo tu punto, pero no es del todo cierto. Creo que tú y yo no tenemos nada que ver, somos polos prácticamente opuestos.

—Los polos opuestos se atraen— murmuró con una mirada achantada, ese chico de verdad era difícil de convencer. Nunca le había costado tanto hacer que alguien cediera.

—¿De qué hablas?

—¡O sea!- No estoy diciendo que tú y yo nos vayamos a atraer.— soltó una risa nerviosa y negó con la cabeza— Me refiero a que tal vez, ¡Tal vez!... Podamos llevarnos bien, y tal vez te guste mi club. En serio, ha sido muy difícil encontrar a alguien con este mismo gusto.

—No soy para nada bueno, no nuestro interés en nada, aunque de verdad lo tenga. Soy aburrido, no me gusta hablar, odio a la gente que grita, la mayor parte del tiempo estoy triste, me incómoda estar rodeado de gente, odio que la gente se meta en mis asuntos, y, sobre todo, odio el escándalo. ¿Aún así me quieres en tu club?

Seungmin no lo pensó y asintió con la cabeza.
Realmente todo lo que él odiaba eran cualidades suyas, pero...
—Podríamos acoplarnos— dijo en un tono suave.

—¿Acoplarnos?

—Sí, puede que todas esas cosas no te gusten, pero no por eso puedes esperar a que todos cambien por tí. También es bueno aprender a tratar de estar cómodo en un lugar donde los otros también lo están.

Jeongin miró a los lados sin disimular, estaba esperando que el profesor decidiera llegar para que Seungmin por fin se fuera, pero justo ese día se estaba tardando demasiado. «¡Seguro seguirá hablando sin cansarse!

—Yang Jeongin, yo soy escandaloso y me encanta hablar. ¿Crees que me siento cómodo en un lugar donde todo está silencioso y tranquilo?

El chico mencionado rodó los ojos y luego negó.— Ya, ¿y qué esperas? ¿Que cambie y me vuelva como tú para poder estar bien?

—No, tampoco tienes que cambiar nada, ¡seguro que eres perfecto!

Como si antes no estuvieran mirando al par, más chicos giraron hacia ellos, y no solo chicas que parecían estar derramando la baba por Seungmin.

—No tienes que gritar... Es molesto.

—De eso es lo que te hablo. Es entendible, pero no está bien querer que la gente cambie para gustarte. Igual, no lo hago con intención de molestarte, sólo soy así.

—... Ajá.

—Eres muy tierno.

—¿Eh?— su expresión comenzó a volverse en una disgustada— No sé por qué dices eso.

—Es que no lo agregaste a tu lista de cosas sobre tí.

—Ah... Ya.— miró a la puerta, justo trás Seungmin, dónde estaba parado el profesor. «¡Por fin!»— Oh, parece que tienes que irte.

—Es cierto.— caminó involuntariamente después de sentir un pequeño empujón— Entonces, ¿nos vemos después?

—Claro— respondió sin siquiera dirigirle la mirada por estar yendo a su puesto.

› › ›

Ya, tarde, Seungmin estaba practicando unos acordes en su guitarra.
Estaba convencido de que estaría solo lo que restaba de la tarde, por lo que sólo se resignó.

Antes de que pudiera seguir, escuchó unos toques a la puerta, seguido de esta abriéndose completamente.

El peliblanco entró con un rostro inexpresivo, sostenía una cartulina y unos cuantos marcadores y útiles en su otra mano.

—¡Yang, viniste!

—No, soy producto de tu imaginación.

—Puede que seas muy lindo y parezcas un chico sacado de un sueño, pero sé que eres real— dijo con una sonrisa.

—¿En serio tienes que hacer comentarios de ese estilo? Tienes que estar ciego o algo así...

—¿Ciego? No, veo perfectamente.— dejó su guitarra en su lugar y se levantó para caminar hacia el menor, quien estaba parado frente a una pequeña mesa.
—¿Qué haces?

—Lo siento, pero tu cartel da lástima. No puedo seguir entrando a un sitio con esas letras mediocres— comentó sin reparos de ser sincero.

—Emh, tienes razón, lo hice apurado un día, y ni ganas de cambiarlo, la verdad.

Seungmin llegó a su lado y se recostó un poco, viendo al chico dibujar.

Tenía talento para aquello, estaba dibujando una guitarra, y hasta tenía un bonita letra. Era tan bueno haciéndolo, muy diferente al que estaba pegado en la puerta.

—Que lindo dibujas, pareces bueno para el arte.

—Sí, a veces me distraigo dibujando y pintando cosas.

—Sí... Pero no pienses en unirte al club de arte. Está llenísimo, ¡créeme!

Jeongin mostró una leve sonrisa, sin quitar la mirada del lo que estaba haciendo.— ¿Hablas del club con los miembros más vanidosos? No estoy interesado.

—Bueno, el líder es mi mejor amigo.— rió— Lo digo para que no te vayas, ya sabes...

—No, no, está bien. Supongo que me quedaré aquí por un tiempo más.

Lovers Rock | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora