➷ ¡Kim!

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—¡Kim!

El chico se giró un poco sorprendido. «¿Realmente acaba de...?»

—¿Acabas de gritar? O mejor, ¿acabas de decirme Kim?

—Lo siento.— aclaró su garganta— Es sólo que pensé que seguirías caminando y no quería correr atrás de tí, cosa que tú sí haces mucho.

—Bueno, tienes razón.— se devolvió hacia él con una sonrisa.
—¿Me necesitas?

—¿Necesitarte? No, sólo quería avisarte algo.

—¿Qué es?

—Hoy no podré acompañarte en el club. Tengo muchas cosas que hacer y muy pocas ganas de hacerlas tarde en la noche.

—¿Qué cosas?— cuestionó un poco confundido— Mañana es sábado, así que probablemente no sean trabajos.

—Hey, ¿te doy un poco de confianza y ya quieres saber mi vida entera? Claro que no. Además, sí son cosas de la universidad... Y otros temas.

—Podrías hacer eso después... Hoy íbamos a practicar otras cosas.

Jeongin miró hacia otro lado.— Te diré la verdad, ¿bien?— giró de nuevo y vió a Seungmin asintir con la cabeza— Me voy porque tengo muchas ganas de llorar desde el receso, y lo peor es que no he podido saltarme ninguna clase para ir al baño y hacerlo. No sé si me entiendes, y la verdad no me importa mucho.

—Yang, te-

—No comiences a sentirte mal por mí, no necesito escucharlo.

—No, Yang— dijo frenándolo con una mano, ya que tenía intenciones de irse— Deja de estar a la defensiva todo el tiempo, por favor. Iba a decir que te entiendo perfectamente, ¿aunque es de verdad una mejor idea estar solo a intentar sentirte mejor?

—No entiendes...

—No, no mucho, pero estoy intentando. Todos prefieren estar bien, ¿no?

—Claro que sí, pero no es tan fácil.

—Lo sé... ¿Es bueno que llores a solas en tu casa? ¿O es mejor hacerlo mientras te distraes en otras cosas?

—No sé de qué mierda hablas, pero se siente ridículo intentar entender. ¿Cómo lloro y me distraigo a la misma vez?

—Podemos poner música triste a todo volumen.

—Pero eso no te hace sentir mejor... ¿Sabes? Mejor no, Seungmin. Además, no me gusta que me vean llorando.

—No te diré nada, está bien estar mal a veces.

—Lo estoy todo el tiempo— susurró para sí mismo— No, no... Ni siquiera eres sólo tú, también está ese chico... ¿Qué importa? Nos vemos el lunes y ya está.

—¡Espera un momento!

Jeongin frenó su paso con una expresión seria.— ¿Ahora qué?

—Déjame acompañarte a casa, ¿sí?

—No.

—¡Por favor!

—Está bien.

—Oh... ¿En serio?— soltó un poco extrañado por la facilidad que tuvo para convencerlo.

—No, claro que no es en serio.— frunció el ceño. Parecía querer sonreír, aunque fuera para burlarse, pero era como si reprimiera eso siempre.

Seungmin caminó trás él hacia la salida.
No pensó mucho en que Felix tal vez estaba esperando a que abriera el club. «Que se vaya con alguien más y ya está» Opinaba en su mente.

› › ›

—¿Vas a seguirme hasta mi casa?

—¿No...? Sólo estoy esperando a que aceptes para poder acompañarte con tu consentimiento.

—¿No es eso lo mismo? Si no acepto, seguirás atrás de mí.

—Déjame ir... ¿Acaso mi compañía es muy molesta? ¿Yo lo soy?— preguntó mirándolo fijamente con los ojos bien abiertos. Sentía que si respondía de mala manera, probablemente heriría sus sentimientos.

—No... Realmente no lo eres— respondió con una mirada inexpresiva, haciendo que Seungmin soltara un suspiro de alivio.

—Gracias a Dios... ¿Entonces sí voy contigo?

—Aceptaré porque lo que sí es molesto es escuchar tu voz repetir eso una y otra vez. Ven aquí— dijo señalando el lugar a su lado, ya que el castaño estaba siguiéndolo desde la parte trasera. No podía haber peor manera de seguir a alguien.

Dió unos saltos de alegría antes de hacerle caso. Jeongin lo miró con esa típica expresión de disgusto leve, pero ocultaba que ya se iba acostumbrando a su comportamiento.

Seungmin caminaba al paso del contrario. De vez en cuando se giraba para ver qué tal estaba, o si tal vez había llorado por alguna razón. Estaba listo para dar otro discursito.

Llegaron rápido a la casa del menor, ya que el castaño salía corriendo de repente tratando de hacer que Jeongin lo siga, pero la mayoría de veces terminaba devolviéndose porque no le seguía el juego.

~

—Ya te puedes ir.

—¿Ah? ¿Así nada más?

—Bien.— desvió la mirada— Gracias por acompañarme... Aunque no te lo pedí. Nos vemos después.

—Yang...— soltó en un tono quejumbroso al ver como el chico se giraba entrar a su casa.

—Dime.

—¿Puedo entrar?

Jeongin se quedó parado en silencio por unos segundos mientras lo miraba a ceja alzada.— ¿Por qué eres así? Todo el tiempo quieres estar cerca, no te entiendo. ¿No es suficiente con que me niegue todo el tiempo para que entiendas como soy?

Seungmin negó con la cabeza.
Al ver esto, Jeongin soltó un suspiro y se adentró en la casa, dejando la puerta abierta. «¿Tal vez es su forma de aceptar sin tener que decir nada?»

Quería entrar, pero tal vez sí estaba siento intenso, aunque sus intenciones no fueran esas.

No se movió, estuvo quieto por varios segundos. Se vió obligado a reaccionar cuando el peliblanco retrocedió y se acercó de nuevo a la puerta.

—¿Te quedarás allí?

Alzó la mirada y se quedó otros segundos mirando el rostro del chico, realmente no sabía a lo que se refería.— ¿Estás diciendo que me largue de aquí o que puedo entrar?

Jeongin se encogió de hombros y dió un paso atrás para volver a entrar. Seungmin se quedó fuera.

Este chico es estúpido fuera de bromas. »

—¡Claro que estoy diciendo que entres!— alcanzó a gritar.
—Dios mío...

Lovers Rock | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora