➹ Believe.

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②⑧

Seungmin se despertó más temprano de lo normal, eso significaba: No llegaría tarde, por primera vez en su vida, pero eso tenía una razón.

Planeaba comprar otras flores, de nuevo... Pero pensaba que debería comprar unas más hermosas todavía, ya que las otras las perdió. A menos de que siguieran bajo el puesto de Jeongin.

En fin, sólo quería impresionarlo y demostrar lo mucho que lo quería y pensaba en él.

Era la primera vez que iba puntual.

—¿Otras?

—No quiero escuchar cómo te quejas. ¿No puedes ser un poco romántico en tu vida?

Hyunjin rodó los ojos.— Sólo tenía curiosidad porque ayer compraste otras.

—Ya, ya... Es que ayer Jeongin no vino, así que aproveché para comprar otras más bonitas.

—Aw, ¡eres tan repulsivo y cursi a la vez!— dijo mientras apretaba con fuerza sus dos mejillas, hizo que se adoleciera fácilmente.

—¡Ouch!... Él único que puede decirme así, es él... Por eso lo hace constantemente.

—No me meteré en su relación extraña, tengo cosas más importantes que hacer.— le hizo un pequeño gesto de despedida antes de desviarse e irse a su salón. Seungmin siguió derecho.

Cuando Seungmin estaba llegando al salón del chico, vió a este mismo salir de allí. Iba rápido, no parecía tan feliz.

Aún, con las flores en las manos, caminó hacia él y se lo encontró de frente.

—¡Innie!

Antes de que pudiera decirle algo más, Jeongin tiró sus flores al suelo y siguió de largo. Esto confundió demasiado a Seungmin, pero su primera reacción fue ir trás él.

—¡Espera! ¿Estás bien?— tomó su brazo, deteniendo su andar.

—No me hables, imbécil.

—¿Eh?— soltó a la vez que su rostro comenzaba a mostrar preocupación—... ¿Qué te pasa, Yang?

—¿Cómo mierda eres tan descarado?— preguntó con rabia, para luego intentar seguir caminando.

Seungmin lo rodeó con sus brazos al ver esto, deteniéndolo.— Innie, Innie, por favor, explícame.

—Suéltame... Bien lo sabes, Seungmin.— se soltó del agarre, comenzando a correr para dejar al chico atrás.

El castaño se quedó más que desconcertado, no entendía absolutamente nada. Sólo le quedó girarse hacia el pasillo, notando las flores blancas que había comprado, en el piso.

Soltó un suspiro pesado antes de caminar hacia ella y agacharse para recogerlas.

Cuando se resignó a seguir el paso, se detuvo frente al salón de Jeongin...

¿Es esto en serio? »

Era una escena absurda, ridícula, una broma asquerosamente mala. Las paredes estaban llenas de varias fotos de Jeongin, esas mismas que él mismo tomó. Ahora entendía.
Lo peor era que dichas fotos estaban rayadas a modo de burla, con frases tontas, insultos... Estaba muriendo de rabia.

Entró al salón como si fuera el suyo, exclamando: "¡¿Quién fue?!"
Aunque, era obvio que nadie respondería. De hecho, dejaron de reír al momento que ingresó.

Lovers Rock | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora