"Esa mirada"
Hoy estoy en la sala de meditación, terminando la jornada, cuando Poe suelta una maldición hacia una esquina. Liam ha aparecido sin avisar y creo eso lo ha asustado. Sí, ver su cuerpo hecho sombra antes de tomar forma asusta un poco.
—Hombre, necesitas una manera de anunciarte. —Poe suspira y me levanto del suelo, alzando la mirada hacia un Liam algo pálido. Luce bastante cansado y tiene ojeras bajo los ojos. Hacía más de una semana no lo veíamos.
—Traje lo que necesitaban. —Se limita a decir Liam, dejando en el escritorio de Poe una bolsa de cuero con cosas dentro. Poe se pone a descubrirlo. Son tres pergaminos y un diario.
—¿Liam? —Lo llamo, acercándome, notando que las puntas de sus dedos se han quedado en estado de sombra. Él reacciona a mi llamado un poco tenso, pero evita mirarme directo a los ojos en todo momento. Trae un abrigo de piel bastante grueso y el cabello despeinado—. Ven a mi habitación, te hace falta un baño.
Salgo primero de la sala y voy directo a mi cuarto. Desde la boda, mi habitación ahora es la que tiene la cama matrimonial y tiene su propio baño con tina. Me dedico a llenarla con agua tibia y encontrar toallas nuevas. También preparar los jabones y a encender la caldera.
—Debió ser un viaje muy largo —comento cuando noto su presencia detrás de mí. Él se quita el abrigo y lo deja en el suelo, luego me alejo para darle privacidad.
Dura casi una hora entera y cuando lo llamo para saber si está bien, no hay respuesta. Asomo sólo la cabeza, no muy segura de qué puedo alcanzar a ver. Entonces no lo encuentro, pero escucho un burbujeo.
Maldigo cuando entiendo que está hundido bajo el agua, ¿ahogándose?
No, parece estar meditando.
Desde fuera, lo veo hecho un ovillo, abrazando sus piernas. Los dedos de los pies y de las manos son completamente negros, como si se hubiesen manchado de tizne. También le veo algunas cicatrices en el torso.
Cuando abre los ojos de golpe, me aparto y él sale del agua, tomando una bocanada de aire.
—Perdón, me quedé dormido. —Murmura, apartándose el cabello de la frente. Yo por la impresión estoy recargada en la pared, con las manos en el pecho.
—Te traeré un cambio de ropa. Han traído la comida, por si tienes hambre. —Me escabullo aún pegada a la pared, con el corazón palpitando fuerte. Le encuentro un cambio de ropa en los cajones de Poe y se lo dejo sobre un buró.
—¿Por qué tus dedos están pintados? —Pregunto, del otro lado de la puerta.
Escucho cuando el agua escurre al momento que sale de la tina y aguardo paciente su respuesta. Lucía como gangrena.
—Pasé mucho tiempo como sombra —dice. Su voz suena ronca—. Me recuperaré con un largo descanso.
—¿Duele?
—Se me pasará. —La puerta se abre y pierdo el equilibrio. Liam sale con una toalla alrededor del cuello. El cabello le está goteando. La ropa de Poe le queda algo holgada, pero es lo que hay.
Liam camina derecho hasta la mesa con comida y se echa una alfombra frente a la chimenea cuando agarra un plato hondo con cereales. Veo que cierra los ojos y se queda muy quieto, masticando con lentitud. Parece agotado. Me hace sentir mal que haya hecho algo tan difícil por nosotros.
Veo que la puerta se abre y Poe entra con la mochila de cuero. Llega hasta la cama y se pone a revisar los pergaminos. A mí me llama mucho la atención los negros. La tinta con la que escribieron encima es plateada, por lo que necesita el brillo de una vela para poder descifrarse.
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Eloína
FantasíaNina es la Arconte de Râqîa, una ciudad donde la paz y la armonía reinan. Su deber es proyectar su alma al mundo espiritual y vigilar que todo esté en orden. Pero Nina odia su trabajo. Le parece aburrido, solitario y doloroso. Ella solo quiere ser u...