"Un adiós"
Liam.
Aun no entiendo cómo es que mi poder se agota en tan poco tiempo. Hasta ahora, he podido durar unas tres horas encendido completamente. Entreno en eso en el exterior, lejos de cualquier cosa inflamable.
Me mantengo completamente envuelto en las llamas y descanso sentado en el piso, rodeado de un suelo completamente seco. La nieve alrededor de un metro se descompone y las rocas debajo de mí se prenden y mantienen como brazas. En este estado, es como si ya no estuviese en un paisaje nevado, sino en un desierto. Siento que me deshidrato, por eso antes y después debo tomar muchísima agua para no sufrir otra cruda.
También he aumentado un poco de peso, porque devoro mucha cantidad en una sentada. En esto me parezco un poco a Nina.
Ya he bajado diez veces al inframundo y no sé cuántos viajes me va a tomar limpiar por completo el puente.
Cuando me enfrenté a Elios, sentía que era imposible combatirlo, no sentía nada de especial en mí, pero Aurel me ayudó a despertar. No podía dejarme vencer por un infante.
Ahora, Aurel tiene un año. Es enorme. Suele escaparse del castillo con frecuencia. Nadie nota cuando desaparece y ya hemos dejado de preocuparnos, porque ha demostrado ser muy capaz para cuidarse solo..., y ser indestructible.
Se ha caído de varios metros, pero aterriza en cámara lenta. Y una vez lo encontramos dormido en una cueva con un oso hibernando. Supongo se trata de su animal espiritual favorito.
En mi estado de antorcha humana, descanso con los ojos cerrados. Los abro al sentir esa presencia señorial del bebé. Lo veo de pie, descalzo como le gusta andar, y trae un biberón. Se posiciona a mi lado y se sienta, como si quisiera acompañarme hoy. Normalmente yo lo busco para que me sane, ahora lo ha hecho él mismo.
Desde que él recarga mis fuerzas, Elios no ha tenido ese impulso asesino propio de él. Aunque por lo que ha contado Nina, sigue habiendo decesos.
Ella le avisó al rey que en poco tiempo bajaremos a purificar el inframundo. El rey lo anunció y por eso muchas personas están cometiendo suicidios, para esperar la purificación.
Ahora todo depende de mí, de terminar de limpiar el puente para que Nina lo cruce.
Mi llama parpadea y sé que he llegado a mi límite, así que me apago.
Aparezco desnudo, porque mi ropa no soporta las altas temperaturas. Lo único que sigue conmigo es el anillo de platino.
Alcanzo una capa que he dejado preparada y me cubro, entonces el pequeño se pone de pie y da pasos hacia mí. Me sana como ya sabe. No puedo evitar preguntarme qué tanto conoce este chiquillo. Es muy poderoso y nos ha estado guiando. Me pregunto también si él tendrá un cazador atado a él, uno que lo quiera como yo a Nina.
Él queda dormido al final y lo cojo en brazos para volver al castillo, donde todo mundo está atareado. Hoy quieren dar un gran banquete.
Ayer apareció la familia de Poe, y mi Lucy. Se demoraron en llegar porque volvieron a estallar guerrillas. Entre los que creen que el Arconte los salvará y los que creen es un cuento. Nina no se ha presentado ante nadie, y nuestra ubicación sigue siendo un secreto, por eso hay tantas personas escépticas. Quieren evitar los suicidios, dándoles un propósito; derrocar al terrateniente y buscar al Arconte. No pueden contra la incertidumbre.
A mí me da igual. Los que tomen la decisión correcta se salvarán. Muy pronto. Pronto mi padre y todos los que están allá abajo recibirán un alma y podrán renacer.
Y al final, cuando todo allá esté desolado, Poe y los demás se encargarán de restaurar completamente la ciudad. Reescribirán la historia en esas paredes con la esperanza de que esto no se vuelva a salir de control. También por lo que me han dicho, harán a este pequeño el nuevo gobernante, y al resto de los Arcontes que regresen, les darán completa libertad y poder.
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Eloína
FantasíaNina es la Arconte de Râqîa, una ciudad donde la paz y la armonía reinan. Su deber es proyectar su alma al mundo espiritual y vigilar que todo esté en orden. Pero Nina odia su trabajo. Le parece aburrido, solitario y doloroso. Ella solo quiere ser u...