"¡A la carga, valientes!"
Un día después, Liam volvió con las ropas hechas trizas. Sangre oscura y seca manchaba su imagen. Sus ojos no me miraban a la cara. Le preparé un baño caliente, como lo hice antes. Le preparé ropa limpia y ahora, estoy esperando que salga. Las cosas se sienten tensas, pero estoy un poco aliviada de que haya vuelto y no me dejara con el pendiente.
—¿Nina? —Escucho que me llama, muy bajo, dentro del baño. Yo pego el oído y toco la manija.
—¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
—¿Está Poe por ahí? —Escucho que lo dice un poco apenado, pero Poe salió por materiales para escribir el nuevo grimorio y no ha vuelto.
—Salió. ¿Te pasó algo?
—Tengo una herida en el costado y no me puedo poner la playera.
Suspiro, pensando que esto es lo menos alarmante que se me podría ocurrir.
—¿Te ayudo?
Abro con lentitud y noto que Liam lleva sólo los pantalones. Tampoco se ha secado el cabello. Cojo la playera y me le acerco. La herida es profunda, pero no sangra, como si su poder también le diera alguna especie de curación acelerada.
—Ven. —Me le paro enfrente y paso primero su cabeza. Cuando intenta levantar los brazos, hace una mueca de dolor. Supongo hubo una pelea agresiva, con alguna persona que terminó asesinando—. Te secaré el cabello, ven.
Liam se sienta en el suelo y desde la cama, le paso la toalla por la cabeza. La mancha oscura de sus dedos ya no está y me fijo en sus pies para confirmar que allí tampoco.
Termino de secarle el pelo y alcanzo un cepillo de mi buró para quitarle los nudos. Su cabello es muy lacio y ya está un poco largo. Cuando termino, alejo la mano, él recarga la cabeza en el colchón y me mira. Me alegra ver que sus ojos son muy azules y no negros como la sombra.
—¿Ya te sientes mejor? —Le pregunto. Él asiente y se levanta con cuidado para llegar a la alfombra—. Espera —Lo detengo, antes de que se deje caer. Aún no puedo olvidar cuando lo encontré hecho sombra en ese sitio. Además, está herido—. Acuéstate en la cama.
Lo cojo de la mano cuando veo que duda y lo dirijo hacia mi lado de la cama.
—Cabemos los tres, tranquilo. El piso es bastante incómodo.
—Pero ¿si se enoja?
—¿Quién se va a enojar? —Pregunta Poe, apareciendo con libretas y un estuche de escritura.
—Sí, Poe puede dormir en medio.
Me recuesto del otro lado y veo a Poe instalarse en el escritorio y sacar los pergaminos.
—No te quedes despierto hasta tarde. —Le digo, apagando la vela de la cama y Poe dice un ajá. Estoy por cerrar los ojos, pero reparo en Liam primero. Cuando veo que se gira hacia el otro lado, hago lo mismo y me preparo para dormir, intentando ignorar una vocecita en mi cabeza que dice que me le acurruque. Ese maldito vínculo cazador-Arconte.
Cuando despierto, sé que he babeado por el hilo de saliva seca y la almohada húmeda. Me levanto y me da risa encontrar a los muchachos bastante cerca. Casi se besan. Ese Poe que apenas ayer estaba dispuesto a matarlo...
Me alisto, antes de que Adrián aparezca para llevarme y salgo justo antes de que él abra la puerta. Todo para evitar que se repita lo de ayer con Lucas.
Sería mejor guardar el secreto entre unos pocos.
Esta vez, evito aparecerme en la habitación en mi forma astral, para dejarlos trabajar en el grimorio. Esperando que nada malo suceda.
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Eloína
FantasiNina es la Arconte de Râqîa, una ciudad donde la paz y la armonía reinan. Su deber es proyectar su alma al mundo espiritual y vigilar que todo esté en orden. Pero Nina odia su trabajo. Le parece aburrido, solitario y doloroso. Ella solo quiere ser u...