Capítulo 10

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SILVIA

Llego a la casa de Sofia y entro, voy rápido a mi habitación intentando que ella no note que llegué.

—¿Silvia?— dice entrando b mi habitación—¿cuándo has llegado?.

Mierda

—Hace unos poco segundos— dije sin darme la vuelta.

—¿Qué tal con Luis?— pregunta y escucho sus pasos acercándose.

—Bien, he recogido mis cosas, lo he dejado y me he venido para acá— digo aun sin mirarle sacando las cosas de la mochila.

—¿Segura?— pregunta— me parece raro que no te haya dicho nada al respecto...— yo me quedo callada— Silvia...— dice y me coge del hombro para darme la vuelta y me mira el cuello. Rápidamente se lleva las manos a la boca— ¿Eso te lo a hecho él?— yo miro para abajo apenada y las lágrimas no tardaron en salir.

—No solo esto... intentó acostarse conmigo a la fuerza— digo y Sofia me da un abrazo. Ella siempre ha sabido como era Luis, y nunca le calló bien y ahora entiendo porqué.

Cuando estaba conmigo, era un chico muy sobre protector y celoso... la palabra perfecta para definir nuestra relación seria "tóxica".

—Me voy a maquillar el cuello, para ir al trabajo— digo despegándome del abrazo.

—No hace falta que vengas si no quieres.

—No te preocupes, solo me duele un poco— mentí, me dolía mucho pero no podía defraudarla en el primer día de trabajo solo porque sea mi mejor amiga.

Entro al baño y me echo base de mi color hasta ocultarlo, o al menos intentarlo, quedó un poco raro pero como ers de noche y el restaurante no estaba muy iluminado se cubría a la perfección.

Llegamos al restaurante y empecé a atender las mesas que estaban en mi lado.

Iba perfectamente, y la gente me dejaba propina, hasta que oigo la campanita de la puerta sonar, giro para ver quien era y me encuentro con Marc, que cuando me ve sonríe, luego, detrás de él entra Yamal, que también me sonríe y para mi suerte- nótese el sarcasmo- el tercero y ultimo en entrar es Héctor, que ni siquiera me mira.

Los sigo con la mirada y le rezo a dios para que no se sienten en alguna mesa que me toque a mi atender, pero como soy una desgraciada, se sientan en una de ellas.

Cojo la libreta y un boli y me acerco a ellos.

—Hola chicos— digo y los tres me miran. Tenía a Hector a mi derecha y noto como me mira de arriba a abajo— ¿ya saben que van a pedir?— cada uni me dice lo que va a pedir y noto que la mirada de Héctor está clavada en mi cuello.

Mierda, ¿lo habrá notado?

Levanto mi mano derecha para llevarme un mechón de pelo hacia la parte de adelante y tapar un poco el cuello para que Hector dejara de mirarlo, y me fui, pero su voz, su irritante y a la vez sexy voz, suena.

—Falto yo por pedir— dice. Ruedo los ojos y vuelvo hacia la mesa.

—Lo siento, es que eres tan insignificante que no me di cuenta de tu presencia— digo. Marc y Yamal hacen un "uhhh".

—Si, seguro. Bueno, yo quiero una lasaña— apunto su pedido y me voy de esa mesa.

Unos minutos largos mas tarde, cuando el pedido está listo, cojo los tres platos y los llevo a la mesa, dos en mi mano derecha y uni en mi izquierda.

Al llegar a la mesa con los platos sanos y salvos le entrego a cada uno su comida, y cuando se la iba a entregar a Hector mi brazo choca con su bebida y, accidentalmente, se le cae encima de los pantalones.

—¡Perdón!— digo rápidamente y agarro una servilleta que había en la mesa y empiezo a quitarle la bebida de los pantalones rozándola por su intimidad. Segundos mas tarde me doy cuenta de lo que estaba haciendo y decido parar— lo siento— me disculpo.

—¿Dónde está el baño?— dice serio y yo le señalo hacia la derecha. Se levanta y va para allá.

—Joder, mi primer día de trabajo y ya la he cagado—digo limpiando la mesa.

—No te preocupes, nos puede pasar a cualquiera— dice Marc y le dedico una leve sonrisa. Termino de recoger la mesa y voy al baño donde estaba Hector, para ver si necesitaba ayuda.

—¿Héctor?— dije en la puerta pero no escucho respuesta por su parte así que abro la puerta y...  joder. Estaba Hector, en calzoncillos y con la camisa con los botones abiertos dejando ver su torso— Mierda, lo siento— me tapo los ojos, aunque no quiera hacerlo.

—Da igual, puedes destaparte los ojos, dudo que te vaya a asustar ver a un chico en calzoncillos— dice, yo vuelvo a abrir mis ojos y mi vista se va a sur piernas, vaya piernas...— ¿necesitas algo?— pregunta, yo le miro a los ojos rápidamente y rio nerviosa.

—Eso te lo tendría que preguntar yo— digo acercándome y veo que tienes los pantalones puestos debajo del grifo.

—Pues no, no necesito nada gracias.

—De verdad Héctor, lo siento...

—No te preocupes, no es tu culpa... ser tan torpe— dice y frunzo el ceño.

—Yo no soy torpe, esto le puede pasar a cualquiera, incluso a ti— digo cruzándome de brazos repitiendo las palabras que me dijo Marc.

—Dudo ser tan despistado como tu— dice y no puedo aguantarlo mas.

—Esta bien, había venido de buenas a hablar contigo pero veo que eres tan imbécil que no se puede— digo y me salgo del baño.

Una hora mas tarde ya habían terminado de cenar, pagan la cuenta al irse me acerco a su mesa para recogerla y veo la propina que me han dejado. Sonrío pero frunzo el ceño al ver un papelito, dejo los platos que había cogido en la mesa y abro el papel con las dos manos.

"Solo un ciego no de daría cuenta de tu marca en el cuello, si quieres ocultarlo, maquíllatelo más- H."

Arrugo el papel guardándomelo en el bolsillo y vuelvo a lo mío.

Efectivamente, Hector de había dado cuenta de mi marca en el cuello...

𝙲𝙾𝚂𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝙾 (1 y 2) || 𝐇𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora