𝙲𝙾𝚂𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝙾 (1 y 2) || 𝐇𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐭

Capítulo 18

SILVIA

Llegamos al hotel y nos subimos todos en el ascensor, yo salí junto con Marc en nuestra planta y caminamos a nuestra habitación.

Entramos dejo el bolso en la mesa, empiezo a sacar las cosas y me doy cuenta de que me falta mí pinta labios gloss.

—Marc— le llamo desde el otro lado de la puerta, el estaba en el baño— voy un momento a la habitación de Sofía.

—¡Vale!— grita desde dentro.

Me pongo mis zapatillas de andar por casa para ir mas cómoda y camino por el pasillo aun con la misma ropa que me he puesto para salir.

Vaya pintas llevo

Subo al ascensor y le doy al botón que marca la planta siete y las puertas de cierran, segundos después se abren y camino a la habitación de Sofia.

Una vez estoy en frente le doy tres toques a la madera de la puerta y unos segundos mas tarde se abre dejando ver a Sofia con su cuerpo enrollado en una toalla.

—¿Silvia, qué haces aquí?— pregunta extrañada.

—Emm, vengo a por mi gloss, pero si te pillo ocupada...— digo.

—Oh, es verdad el gloss, pasa— dice y deja la puerta abierta y entro a la habitación.

Estaba recogida y al llegar al lado de la cama miro y veo a Yamal tumbado dentro de las sábanas.

Estos dos estaban a punto de haces cosas raras...

—Toma— me lo extiende y lo cojo.

—Gracias— me doy la vuelta y al llegar a la puerta me paro dándome la vuelta para mirarles— y chicos, usad protección anda— digo y río cerrando la puerta.

Camino por el pasillo de vuelta al ascensor cuando escucho el sonido de una puerta abrirse y una mano agarrándome del brazo y metiéndome en una habitación.

Me estampa contra la pared y al ver de quien se trataba veo los ojos de Hector clavados en mi.

Su mano estaba en mi brazo y la otra en la pared apoyada bloqueándome salir, su cara estaba muy cerca de la mía y estaba solo con un pantalón de pijama.

—Has tardado mucho— dice.

—Es porque no iba a venir.

—Mientes.

—No miento, no quiero estar contigo.

—Mientes.

—No quiero que me beses...

—Mientes— aprieta el agarre de mi brazo.

—Y mucho menos voy a querer que me folles— digo y acerco mi cara dejándola a milímetros de la suya.

—Mientes— dice y estampa sus labios contra los míos uniéndolos en un beso lleno de pasión.

Coloco mis manos detrás de su cuello para atraerlo mas a mi y el coloca sus dos manos en mi culo apretándolo atrayéndome a él.

Siento el bulto en su entrepierna queriendo manifestarse y lo guío a la cama con pasos torpes y una vez llegamos el se tumba y yo encima de él.

Seguimos besándonos hasta que me empieza a desabrochar el cordón del pantalón chandal que tenía y me lo quita, seguido de mi top blanco y quedo en ropa interior y me lanzo otra vez para besarlo.

Qué labios mas adictivos

Me levanto lentamente cogiéndole de la mano para que él se siente en el borde de la cama.

—¿Qué vas hacer?— pregunta cachondo.

Yo me pongo lentamente de rodillas ante él y le ayudo a quitarse el pantalón, no llevaba calzoncillos ya que era el pantalón del pijama y miro directamente a su polla erecta que estaba señalándome.

Pedazo de polla

Le miro a los ojos y él ya me estaba mirando, levanto mi mano derecha y la coloco en su polla, la aprieto y Hector suelta un pequeño sonido de satisfacción.

Acerco mi cara lo mas lento posible para que pierda los nervios y me suplique que se la chupe.

—A qué coño esperas— dice. Vuelvo a apretarle la polla y suelta otro gemido— chúpame la polla.

Y en cuanto lo dijo, lo hice, me metí su longaniza en la boca, que de milagro me cabe entera, y empiezo hacer movimientos, metiendo y sacándola de mi boca cada vez mas rápido.

Escucho los gemido de Hector que estaba con la cabeza echada para atrás por el placer que sentí.

Me agarra con una mano del pelo y mueve mi cabeza mas rápidamente y los gemidos aumentan.

Noto un líquido caer sobre mi lengua y miro a Hector a los ojos, se había corrido.

—Trágatelo— me ordena y le obedezco.

Luego de eso agarra mis cachetes y me tumba encima de él, me besa como loco y vuelvo a notar su polla erecta en mi entrepierna.

Me desabrocha el sujetador y de un movimientos ágil me coloca debajo de él sin dejar de besarme. Coge con una mano una de mis tetas y la aprieta mientras que la otra la chupa salvajemente, estoy segura de que eso me dejará marca.

—Ahh — gimo y vuelve a subir a mis labios para besarme pero ahora sus manos pasan de estar en mis tetas a bajar y quitarme el tanga quedando completamente desnuda ante él.

Coloca su polla erecta en mi entrada y me agarra de las manos para llevarlas arriba de mi cabeza con los brazos estirados y me penetra con todas sus fuerzas.

—Aaah— gemimos los dos a la vez.

Empieza a acelerar sus embestidas y en la habitación solo se escuchaba el sonido de nuestros gemidos y el de nuestros cuerpos chocando.

—Suéltame— pido entre gemidos. Necesitaba tocarlo, sentirlo, arañarlo. Pero en respuesta recibo un agarre mas fuerte sobre mis manos impidiendo mover los brazos y sus labios se apoyan en mi cuello y deja besos húmedos.

—Voy a correrme— dice jadeando.

—Fuera— pido, ya que no se había puesto el condón.

Unas embestidas mas y saca su polla de mi y noto como las sabanas se mojan de su semen.

Me acurruco en la cama boca abajo cerca de él y le abrazo por el pecho, el pasa un brazo por detrás de mi cuello y cierro los ojos lentamente.

—Descansa rubita— dice y me da un bezo en la frente que provoca que me de un cosquilleo en la barriga. 

—Descansa— digo y cierro los ojos.