Capítulo 8

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SILVIA

Me encontraba con Sofia en la puerta de su portal, esperando a Marc que iba a venir a recogernos. Estábamos hablando tranquilamente cuando escuchamos el claxon de un coche, miramos a ver de dónde provenía y vinos un cochazo parando en frente nuestra.

Nos quedamos mirando extrañadas cuando la ventana del conductor, que era de cristales opacos, baja dejando ver la cara de Marc.

—Hola chicas— saluda.

—Hola Marc— digo entrando a l parte de atrás.

—Hola primito— dice Sofia sentándose al lado de él en el asiento del copiloto.

Una vez ya estábamos con los cinturones puestos, arranca. Miro por la ventana, se ve todo bastante claro, no se ve opaco como lo había visto antes.

Unos minutos mas tarde noto que el coche para, en el parking de una casa.

Bajamos del coche y observo la casa, no perdón, casoplón que tiene  Marc.

—¿Vives solo?— pregunta Sofía.

—No, con unos amigos, ahora los presento, os van a caer genial— dice Marc sacando las llaves de su bolsillo y abriendo.

—Oye Marc— digo observando la casa una vez dentro y el me mira—si no es mucha molestia preguntar... ¿en qué trabajas?.

—Soy futbolista— dice.

—¿De veras, en qué equipo juegas?— digo girando a la izquierda siguiendo a Marc, él abre una puerta y entramos.

—En el Barça— dice y antes de procesar la información mi mirada se posa en un chico, mejor dicho, en Fort.

Su mirada también se posa en mi y frunce el ceño extrañando.

—¡Marc!— saluda Yamal levantándose del sillón en el que estaba sentado y saluda a Marc con una palmada y unos toques en la espalda. Luego mira a Sofía, que le sonríe y le da dos besos. Y finalmente me mira a mi, y se sorprende— ¿qué haces aquí?— pregunta extrañado.

—Chicos, os presento a mis invitadas— se acerca a nosotras— Sofia, mi prima— señala a Sofia—!6 Silvia, su mejor amiga— dice y me señala— y chicas ellos son Yamal, Hector y Balde— dice señalando a cada uno.

Con que se llama Hector...

—Si ya la conocíamos...— dice Yamal mirándome.

—¿Si?— pregunta Marc extrañado— ¿de dónde?.

—Una larga historia— habla al fin Hector levantándose del sillón— ¿empezamos con los juegos o qué?.

Todos decidimos empezar a jugar. Jugamos al juego de gestos, que consistía en coger una carta y representarla en menos de un minuto.

Hicimos grupos; Marc, Sofía y yo y Hector, Balda y Yamal.

La primera en salir es Sofia, coge la carta y comienza la cuenta atrás.

—¡Correr!— grito.

—¡Patinar!— grita Hector, Sofía hace un gesto como diciendo "casi" y pienso. Observo bien como arrastra los pies en el suelo y ya se la respuesta:

—¡Esquiar!.

—¡Sii!— dice ella y mi grupo celebra.

No pude evitar mirar a Hector con una sonrisa triunfadora y el rueda los ojos.

1-0 querido Hector y esto solo acaba de empezar...

Seguimos jugando y las cosa entre Hector y yo estaban muy agresivas, era super competitivo al igual que yo y ninguno estaba dispuesto a perder.

Pero... uno de los tenía que perder y ese fue él.

—¡Ganamos!— grito y miro a Hector para luego sacarle el dedo corazón con una sonrisa burlona. El ríe y yo aparto mi mirada de él para mirar a mi equipo.

Me ha encantado restregarle mi victoria en la cara, me ha encantado ver como perdía y me encanta odiarle para regodearme.

—Necesito agua estoy seca, ahora vuelvo— digo, me levanto del sofá y bajo las escaleras hasta llegar a la cocina.

Abro los muebles, buscando agua cuando en uno de ellos veo unos cereales, pero no unos cereales cualquiera, eran mis cereales favoritos.

Cojo la caja y los observo mejor, si, eran estos, no me lo puedo creer.

—¿Nunca te enseñaron en no hurgar en la cocina de los demás?— dice una voz detrás de mi y me sobresalto, me doy la vuelta con los cereales detrás de mi y veo a Hector apoyado en el marco de la puerta.

—Emm, yo no..— me interrumpe.

—¿Qué tienes ahí?— dice serio, acercándose a mi.

—Nada— digo pero el me mira no muy convencido por mi respuesta.

—¿Y por qué está el mueble abierto?.

Mierda

—Ya estaba así— digo pero ya estaba enfrente de mi— esta bien... era esto— digo mostrándole los cereales.

—¿Por qué los has cogido?— pregunta y los coge.

—Es que son mis favoritos, y hacia años que no los veía porque dejaron de venderlos, ¿cómo los has conseguido?.

—Los he comprado, removí cielo y tierra para conseguirlos, porque también son mis favoritos— dice y abro los ojos como platos.

—Oh, pues que casualidad— río nerviosa.

—Si... ¿quieres?— pregunta y me pilla por sorpresa.

—¿Porque tan amable conmigo?— pregunto extrañada.

—¿Es raro que te ofrezca de tus cereales favoritos?— dice y asiento.

Nos quedamos un rato mirándonos, el se acerca a mi y nuestros cuerpos están a una distancia peligrosa, luego levanta el brazo en el que tiene los cereales y los guarda en el mueble haciendo que nuestros cuerpos choquen. 

Inspiro y huelo su colonia, una colonia de hombre que se acababa de convertir en mi nuevo olor  favorito.

Cierra el mueble y baja su mirada hacia mi, nuestras caras están muy cerca y el me miraba los ojos y luego baja su mirada a mis labios.

—¿Chicos?— habla Sofia y nos separamos rápidamente.

¿Qué acaba de pasar?

—Sofia, ¿que pasa?— pregunto.

—Os estamos esperando para el próximo juego— hace una pausa.

—Si, vamos ya— digo y empiezo a caminar rumbo a la puerta dejando a Hector ahí.

—¿Interrumpo algo?— pregunta una vez no nos puede escuchar nadie.

—No— digo nerviosa.

¿Por qué estoy nerviosa?, ¿por qué Hector se ha acercado de esa manera a mi?, no os lo iba a negar, tenía ganas de besarle.

Recuerda que lo odias, Silvia

Ya, si... pero en ese momento se me había olvidado que le odiaba y la verdad es que tenia muchas ganas de besarle.

Espero no haber sido la única en sentir eso...

𝙲𝙾𝚂𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝙾 (1 y 2) || 𝐇𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora