ᴠɪɪ- ᴍᴏʀᴇɴᴀ ᴄᴏɴᴛʀᴀ ᴘᴇʟɪʀʀᴏᴊᴀ

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-¡Buenos días a mi familia favorita en todo el universo!- elevé el tono de mi voz justo al aparecer en la cocina.

Todos en esa sala se giraron a mirarme con una sonrisa, algunas más grandes que otras.

-Buenos día preciosa- Katherine pasó un brazo por mi espalda y me dio un beso en la cabeza.

Pasé por delante de Lee, que estaba buscando algo en el frigorífico y fui directa a por mi café, que estaba en una taza azul eléctrico.

<<El color favorito de mi madre>> pensé con una sonrisa.

-¿En serio vas a desayunar eso?

-Es pizza de jamón y setas, tiene todos los grupos alimenticios- explicó Lee a su tía.

-Y todas las probabilidades de que te dé diarrea- apunté.

Hoy me había levantado de buen humor, no sé porqué, porque me había costado abrir los ojos.

Había escogido un conjunto de ropa precioso: unos pantalones vaqueros blancos con un top rojo y negro, una chaqueta corta negra y unos botines con algo de tacón. Me había recogido el pelo en una coleta y me había maquillado sencillamente, como de costumbre, además de ponerme un collar, unas pulseras y unos pendientes de perlas.

Me senté en una silla de la pequeña mesa redonda al lado de Nathan y cogí una tostada de un plato que había en el medio.

-Ey, que son mías- se quejó el mayor de los García cuando mordí el primer bocado.

Con la tostada entera menos un mordisco se la extendí dejándosela a un centímetro de su nariz.

-Toda tuya.

Isaac agarró la tostada y de repente y para mi sorpresa me dedicó una sonrisa y sin dejar de mirarme se llevó la tostada a la boca.

-¿Qué tal está?

-Hay cosas mejores- me dedicó una sonrisa coqueta.

Nathan empezó a toser, casi ahogándose por completo, mientras que Lee se tapaba la cara, intentando ocultar su risa.

...

-Con su papel de huerfanita se lleva a todos los tíos.

Oí la voz de Paige al otro lado de la puerta del servicio.

Me había metido ahí para mandar un mensaje a Katherine sobre uno de sus pacientes caninos, y de repente estaba escuchando una conversación ajena.

Sé que eso estaba mal, pero por la primera frase que escuché, sabía que se refería a Jackie.

-¿Sí verdad? es la novedad del instituto- dijo otra voz. -Ya pasará, como todo.

-Eso espero. ¿A ti te parece guapa?

-¿Guapa? Ja.

Me empecé a enfadar. No las permitiría hablar así de Jackie, no a Paige y a Ruby.

Salí del baño y las dos chicas se sorprendieron al verme, dejaron de mirarse al espejo y se dieron media vuelta.

-¿Quién es la huérfana?- las pregunté sin rodeos.

Las dos se miraron entre ellas sin saber que decir. Luego, Paige me miró duramente y después sonrió de una manera falsa.

-Tú amiguita Jackie.

Estaba a punto de quedarse del mismo color que su pelo.

-Aunque, ahora que lo pienso, ¿tú no eras huérfana?

Se acabó.

Eso fue suficiente.

Di un par de pasos y al estar frente a ella, levanté mi mano en un puño y le estampé contra su mejilla izquierda.

-¡Ah!- chilló la pelirroja, provocando que el grito se hubiera oído hasta el pasillo.

Levantó su mano y me pegó una cachetada, y como no me iba a quedar de brazos cruzados, la agarré del pelo y tiré de ella fuera del baño.

Afuera, un corro de gente nos esperaba. Algunos se sorprendieron cuando me vieron sacar a Paige por el pelo, pero a mí me dio completamente igual.

De un fuerte golpe pegué a la chica contra la taquilla. Mi mano derecha chocó con la de al lado, que estaba abierta, y sentí un hilo de sangre correr por mis nudillos pero no me importó.

-Escúchame bien maldita zorra- me acerqué a su oído ignorando sus súplicas sobre que la soltara. -Vuelves a meterte con alguno de mis amigos y tu padre va a necesitar más que unas gafas para reconocerte. ¿Me has oído?

Miré a Paige peo no obtuve respuesta alguna.

-¿Qué si me has oído?- la grité.

Antes de que la chica pudiera responder, noté a alguien rodearme de la cintura y tirar de mí fuera de todo ese alboroto.

Me giré aún enfadada y cuando vi al responsable de que no hubiera podido acabar la pelea, rodé los ojos.

-Danny.

-No, ni Danny ni nada- me calló el otro. -¿Estás loca?

El timbre que indicaba el final de las clases sonó, y el mayor suspiró cansado. -Venga a casa.


𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 (𝙸𝚜𝚊𝚊𝚌 𝙶𝚊𝚛𝚌í𝚊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora