ᴠɪɪɪ- ᴅᴇ ᴇɴғᴇʀᴍᴇʀᴏ ᴀ ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏ

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Estaba en mi habitación, en mi cama, sin hacer nada.

Había dejado mi móvil hacia unos minutos y ahora miraba el techo, hasta ya llegaba a pensar que se movía.

Llamaron a la puerta y levanté la cabeza, mirando esta, con repentina alegría pensando en que podía ser Jackie, o Nathan o incluso Lee. Pero mi alegría se acabó de golpe cuando vi al García que no quería en el pasillo.

-¿Qué?- pregunté a Isaac, apoyándome en el borde de la puerta.

Este levantó una bandeja con un montón de vendas, gasas y no sé qué más. Yo le miré confusa y este rodó los ojos y suspiró.

-Déjame pasar- pidió.

Y sin previo aviso, entró a mi habitación y cerró la puerta, dejándonos a él y a mí dentro, solos.

-¿Necesitas algo o vienes a molestar?- inquirí mientras vi como el chico se sentaba en el borde de mi cama y dejaba la bandeja a su lado.

-Katherine había dicho que fuera cualquiera menos yo, pero como todos tenían cosas que hacer he acabado viniendo- explicó mirándome.

Le miré unos segundos en silencio, acercándome a la cama y subiéndome a ella cruzando las piernas. 

Estiré mis manos hacia Isaac y apreté los labios en una línea. -Están bien.

Era mentira, solo me las había lavado con agua, y aunque la derecha solo tuviera alguna zona morada, la izquierda tenía heridas por todos los lados y llevaba toda la tarde sangrando.

-Sé que no nos llevamos bien- Isaac subió la pierna izquierda a cama, doblándola. Levantó su mirada de mis manos y me miró. -Pero si eso se te infecta y te pasa alg... y se te cae la mano- rectificó, pero yo sonreí sabiendo lo que iba a decir. -Katherine me mata, George me cava un hoyo en una tierra y Nathan me entierra.

Mi sonrisa se ensanchó un poco al igual que Isaac.

Al final acabé accediendo y estiré mis manos hacia él.

Solté un quejido cuando el algodón con agua oxigenada tocó una de mis heridas, apreté los labios y cerré los ojos con fuerza.

-Perdón- se disculpó el chico y empezó a hacerlo con más delicadeza.

Estuvimos en silencio unos segundos, mientras que Isaac estaba totalmente concentrado en su labor, mirando mi mano y limpiando la sangre cuidadosamente, y yo miraba como él lo estaba haciendo con tanto cuidado.

Aprovechó cuando tuvo que cambiar el algodón y me miró.

-Lo siento- murmuró.

Por su tono de voz sabía a qué se refería.

-Me porté como un imbécil, no tendría que haberlo hecho- comenzó a hablar mientras sacaba otro algodón y lo llenaba con agua oxigenada. -No te lo merecías.

El silencio inundó la habitación, hasta que esta vez fui yo la que habló.

-¿Por qué lo hiciste?

Isaac dejó el algodón a un lado y me miró.

-No lo sé- suspiró cansado. -Siempre hacemos bromas, pero con esa nos pasamos, me pasé- se corrigió. -Me arrepentí al instante, si es que sirve de algo. Pero no te lo merecías.

-Lo sé- le respondí casi al instante. -Llegué a esta casa pensando que podría olvidarme de mis problemas con mi ''familia''- hice comillas en esa palabra porque yo no lo consideraba una familia. -Lo pasé fatal- miré a Isaac con los ojos cristalizados, recordando ese momento.

Hice una pausa, pestañeando repetidas veces para que no me cayeran lágrimas. Miré a Isaac, que tenía una cara de culpabilidad gigante.

-No quería llevarme mal contigo Isaac- me extrañó llamarle por su nombre y no por un insulto. -Ni antes ni ahora.

En sus ojos aparecieron una chispa de esperanza.

-¿Crees que puedes perdonarme?

Asentí muy lentamente. -Podríamos llevarnos, como conocidos primero.

Al parecer eso le bastó, me dedicó una sonrisa y continuó limpiando las heridas.

𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 (𝙸𝚜𝚊𝚊𝚌 𝙶𝚊𝚛𝚌í𝚊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora