NARRADOR OMNISCIENTE
Era la una de la mañana, aproximadamente. Todo el mundo estaba en sus habitaciones, dormidos.
Excepto Madison.
Seguía con su vestido y tacones, maquillada y en su escritorio, acabando unas tareas que no había podido hacer durante la tarde.
Habían vuelto de la gala, y el viaje en coche había sido muy incómodo.
En cuanto habían llegado a casa, todos habían ido a sus habitaciones por orden del matrimonio Walter, sin hacer ni un ruido y sin hablar entre ellos.
Afuera había empezado a chispear hacía media hora, pero ahora llovía a cántaros. Aunque eso a la joven la encantaba, por eso tenía la persiana subida mientras veía de vez en cuando el cielo de la noche desde la ventana.
Acabó las tareas y dejó algo recogido el escritorio y se dispuso a ir a la cama.
Pero antes de quitarse los tacones, la entró algo de sed, y sin un ruido (y aún con los tacones y demás) abrió la puerta de su habitación y bajó las escaleras en completo silencio.
Se extrañó cuando la luz más leve de la cocina estaba encendida, y supuso que ahí alguien había.
Se confundió aún más cuando vio a su chico apoyado en la gran mesa del medio, aún con su traje y sus zapatos puestos, al igual que ella.
Este se giró cuando oyó a alguien aparecer en la cocina, y al ver que era su chica, la dedicó una sonrisa.
-Hola- la susurró antes de que esta le plantara un beso en los labios.
-¿Qué haces aquí?- susurró la chica de vuelta.
-¿Y tú?- le preguntó este como respuesta.
-Estaba acabando los deberes- explicó la morena mientras se quitaba las horquillas que tenía en su moño.
-Yo no tenía sueño- comentó este.
La chica frunció el ceño, algo confundida ya que Isaac dormía día y noche.
-¿Pasa algo?
Este negó con una sonrisa, asegurándola que estaba bien. -¿Qué tal Cole?
-Bueno- una leve sonrisa escapó de sus labios y dejó la última horquilla en la mesa. -Me ha dicho que tienes suerte de tenerme.
El mayor de los García dejó de apoyarse en la mesa y agarró la cintura de Madison con una sonrisa.
-Eso ya lo sé.
Los dos se miraron en silencio, conectando miradas y sincronizando sus latidos. La lluvia golpeaba a la fachada de la casa, y ese era él único ruido que se oía.
-Ven- Isaac agarró la mano de la joven con delicadeza, y sin hacer ni un ruido, ambos se acercaron a la puerta principal.
La chica se confundió, sin entender la idea que se le había pasado por la cabeza al otro. Este, en cambio, abrió la puerta y ambos salieron de la casa, antes de cerrarla. La lluvia les mojó un poco nada más salir, aunque el porche tuviera un techo.
-¿Se puede saber qué haces?- la chica tenía una sonrisa en su cara mientras preguntaba al chico.
Como única respuesta, este se separó de ella y bajó las escaleras del porche, tocando el suelo y empapándose con la lluvia.
-¡Isaac!- le gritó esta en un susurro.
-Corre, ven- este la hizo una seña para que se acercara.
Esta dudó, pero al final acabó bajando las escaleras del poche y se puso frente a su chico. Incluso con tacones medía un par de centímetros menos que él, pero eso les encantaba a los dos.
Madison empezó a sentir las gotas de lluvia sobre su pelo, hombros, y todo lo demás. Los rizos se la empaparon y fueron desapareciendo, pero tenía una sonrisa en su cara.
Isaac se quitó su americana gris y se la colocó en los hombros de la chica, a lo que esta la aceptó y metió los brazos en las mangas.
-Sé que tu sueño siempre ha sido bailar bajo la lluvia de noche- el chico dio un paso hacia atrás e hizo una pequeña reverencia, estirando su mano hacia la chica. -Así que... ¿me concedes este baile?
Esta no lo pensó ni dos segundos, agarró su mano y ambos se alejaron de la casa.
Y como si se tratara de un vals real, ambos empezaron a bailar, estaba claro que no eran expertos, pero eso les daba igual.
Su melodía era el choque de las gotas de agua, y sus únicos observadores eran lo altos árboles que habían alrededor del rancho.
-¿Cómo sabías que era mi sueño?- preguntó la chica después de una vuelta que le había hecho dar Isaac, cuando los dos acabaron cuerpo frente a cuerpo.
-Porque Danny me lo dijo, y yo me acuerdo de todo- sonrió.
Y se besaron, y siguieron bailando entre besos, como si fueran las únicas dos personas en ese mundo, como si nadie más importara, solo ellos, y con una sonrisa en la cara.
Mientras que Isaac y Madison tenían su baile real en el patio entre la lluvia. Lee se levantó de su cama, y al no ver a su hermano se preocupó.
Salió de su habitación y fue una por todas las habitaciones, pero en ninguna había nadie.
Bajó a la cocina, donde para su sorpresa toda la familia estaba reunida apoyada en la encimera, asomados al gran ventanal que ahí había, y que ahora la persiana estaba subida.
-¿Qué pasa?- se atrevió a preguntar.
Todos se giraron a mirarle y le hicieron una seña para que se asomara. Y así lo hizo.
Se quedó igual de impresionados que todos anteriormente cuando vio bailar a su hermano y a la chica de la que Isaac estaba completamente enamorado en el jardín, a pesar de la lluvia que caía.
Todos sonrieron ante esa imagen, y una vez más, comprobaron que el amor existiría siempre entre ellos dos.
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𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 (𝙸𝚜𝚊𝚊𝚌 𝙶𝚊𝚛𝚌í𝚊)
FanfictionLa vida de Madison había sido genial. Sus padres eran almas gemelas a los ojos de todo el mundo. Su futuro estaba decidido por una carrera de derecho que iba a hacer desde que tenía memoria. Su grupo era el más conocido en Los Ángeles, al igual que...