xɪᴠ- ᴅᴇsᴀsᴛʀᴇ ᴄᴏɴ ʟᴀ ʀᴇᴘᴏsᴛᴇʀɪ́ᴀ

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-¡Ya va el postre!- grité desde la cocina.

Cogí una bandeja de buñuelos y me encaminé hacia el comedor, con una sonrisa en los labios.

Llegué justo cuando Jackie iba a hablar en una conversación de la que no había escuchado nada por estar en otra sala. 

-En realidad... podría hacerlo- murmuró la chica.

-¿Te vas a mudar?- preguntó Isaac.

Ni siquiera me dio tiempo a dejar la bandeja en la mesa, me quedé petrificada. La bandeja cayó de mis manos sin que me diera cuanta y chocó contra el suelo, al ser de metal, provocó un gran estruendo, y todos los buñuelos rodaron por el comedor.

Todos se giraron a mirar la escena.

Yo tuve que pestañear un par de veces antes de reaccionar, vi la bandeja junto a mis pies, los buñuelos por todo el suelo y todo el mundo mirándome. Retrocedí un par de pasos y miré a Jackie, algo impresionada por lo que acababan de decir, luego me giré hacia Katherine, que me miraba algo sorprendida.

Di media vuelta y salí de la cocina, subí las escaleras corriendo hasta llegar a mi habitación, la cual cerré de un portazo.

No sabía lo que acababa de pasar, bueno sí, pero me parecía surrealista.

¿Por qué Jackie se iba a ir? Katherine y George la habían tratado como a su propia hija. Los chicos habían empezado a quererla, y yo me llevaba genial con ella.

Me encontré a mí misma sentada en el suelo, apoyada en la cama, mirando a la nada, pensando en Jackie.

Llamaron un par de veces a la puerta, pero ni siquiera me molesté en responder. 

Quizás había sido algo dramática con la escena que había montado, pero Jackie se había vuelto igual de importante que cualquier miembro de esta casa. Y me molestaba que se quisiera ir.

La puerta se abrió y alguien se sentó a mi lado derecho.

No dijo nada, solo se quedó en silencio.

Unos segundos después sentí un brazo rodear mi espalda. Reconocí al instante las pulsera de Isaac, que me atrajo hacia él suavemente, causando que apoyara mi cabeza en su hombro izquierdo.

-¿Se irá?- murmuré rodeando mis piernas con los brazos.

Oí un suspiro de su parte. -La verdad que no lo sé.

-¿Pero por qué?- inquirí, separándome de él y mirándole a los ojos.

Como única respuesta, Isaac se encogió de hombros y apretó los labios en una línea.

-¿Sabes?- el chico se giró, para cruzarse las piernas colocándose como un indio y mirándome, para luego sonreír. -Aún recuerdo cuando vine aquí. Fue hace años, muchos años, pero George y Katherine me acogieron como si fuera su hijo.

Isaac hizo una pausa y me miró con una sonrisa melancólica. 

-Jackie se irá por sus razones, pero ninguna de ellas es por si la han tratado mal aquí- sentenció.

Yo no dije nada, solo le miré a los ojos y acabé asintiendo.

-Me caías mejor cuando nos llevábamos mal Isaac- me burlé, cambiando el ambiente. -No eras tan melancólico.

El moreno cambió su cara a una de diversión. -Tú también me caías mejor antes, me gustaba esconderte los zapatos.

Sonreí recordando las veces que Isaac llegó a hacer eso.

Nuestros ojos se miraron unos segundos. Y por aluna extraña razón, me entró un pequeño cosquilleo.

𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 (𝙸𝚜𝚊𝚊𝚌 𝙶𝚊𝚛𝚌í𝚊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora