Rhaenyra Targaryen | Alicent Hightower

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Segunda parte del one shot anterior.

Mintras la princesa Rhaenyra estaba en su primer alumbramiento, lady Alicent se encontraba acostada en su cama, escuchando los gruñidos dolorosos de su amiga.

—¿En dónde está mi esposo? —cuestionó, una de las sirvientas la miró.

—Con la princesa Rhaenyra.

—Llamenlo, díganle que su hijo está pateando.

—Lady Alicent, la princesa Rhaenyra está en su primer alumbramiento, el rey Viserys se encuentra allí y no dejarán que el príncipe Maegor venga.

Alicent gruñó, levantándose de la enorme cama, caminando hacía los aposentos de la peliblanca, al llegar, la notó completamente despeinada, mientras Maegor estaba detrás de ella, acariciando su vientre mientras está tomaba fuerzas para pujar.

—¡Y puje! —la nodriza dijo, y Rhaenyra hizo un último esfuerzo, mientras la habitación se llenaba de un agudo llanto, que hizo que Alicent se retirase de allí, acostándose en su cama nuevamente.

—Cuando dejen de estar tan asombrados con el nacimiento del hijo de Rhaenyra, haga que venga un maestre, ya cumplí mis lunas. —dijo y las sirvientas se miraron entre sí, lady Alicent apenas y tenía ocho lunas recién cumplidas. —¿Qué están esperando? Seré su reina, háganme caso. ¡Ya! —gritó y las mujeres se asustaron, retrocediendo y saliendo del lugar.

—Has espantado a esas pobres mujeres Alicent. ¿Qué sucedió?

—Todos están maravillados con el nacimiento del hijo de Rhaenyra, y no me prestan atención a mi, yo también soy su esposa.

—Alicent tu no has empezado tus labores. Maegor por ello no te presta atención. Empieza tus labores.

—Pero aún no son mis lunas.

—¿Y qué importa? Empieza tus labores, si pierdes a tu hijo, Maegor se sentirá culpable, y te prestará más atención que a Rhaenyra.

—No voy a provocarme mi propio parto. Mi bebé correría peligro.

—¿Ni siquiera tienen el nombre?

—Es muy pronto para saber que será.

—Pues, Corlys Velaryon ya nombró a su nieto.

—¿Y qué nombre le dio?

—Jacaerys, Jacaerys Velaryon, un nombre de la Casa Velaryon. Nombra a tu hijo en honor a nuestra Casa, honra la Casa Hightower.

—Pero Maegor no querrá.

—¿Y es que acaso importa, Alicent? Maegor es joven y estúpido. Tú sólo complace a Maegor y él hará lo que órdenes.

—No estoy segura, padre.

—Sí sigues así, Maegor preferirá a Rhaenyra.

—¿Y qué puedo hacer?

—Complacerlo. Haz lo que sea necesario, pero no permitas que Rhaenyra gané, sí Rhaenyra se sienta en el Trono, asesinara a tus hijos.

—Rhaenyra es mi mejor amiga, ella jamás haría eso.

—Tú y Rhaenyra lo comparten todo, hasta esposo. ¿En serio crees qué no es capaz de quitarte a Maegor y a tus hijos? Sí Maegor muere ella desposara a Daemon, es un segundo Maegor el Cruel. Carga a tus hijos sobre tu espalda y cría a esté bebé para ser rey.

—¿Y sí es una niña? Maegor ha dicho que no le importa que sea, él siempre los amará.

—Eso dice, pero Jacaerys al ser varón irá primero al Trono antes que a la niña que des a luz, sé inteligente hija, usa tu cabeza Alicent.

—Maegor ha dicho que su primogénito subirá al Trono, eso siempre sucede.

—Por los Dioses Alicent, si hubieses dado a luz a una hija primero, Maegor jamás la habría colocado en el Trono, aunque no sabemos si hubiese sido así si es Rhaenyra la que la da a luz.

—Maegor no tiene preferencias con nosotras. Ni con nuestros hijos.

—Veremos si en unos años, tu le das más hijos a Maegor, o sí es Rhaenyra quién lo hace. Ambos sabemos como es el acto, hija mía, imagino que no está con las dos al mismo tiempo.

—No te interesa como es con nosotras, padre. Vivo en el Castillo y soy la futura reina, mis hijos y yo tenemos el futuro asegurado.

—No, Rhaenyra tiene todo asegurado, tú no tienes nada. El hijo de Rhaenyra asciende al Trono. ¿Y tú hija? Nos sería útil, futuras alianzas.

—No venderás a mi hija.

—Alicent, tú sabías cual era tu deber con la Casa Hightower, honrar y ponernos orgullosos, tener tu sangre en el Trono de Hierro.

—Mi sangre estará allí, además, Rhaenyra será una buena reina.

—No importa si es Jaehaerys nacido otra vez, Rhaenyra es una mujer.

—¿Qué quieres decir?

—Asumo que conoces la historia de Aegon, Rhaenys y Visenya, Aegon y Visenya se casaron por deber, desposo a Rhaenys por amor, deseo, pasión y poder. ¿Quién eres? ¿Rhaenys o Visenya?

—Soy Rhaenys, Maegor se casó con Rhaenyra por deber.

—Sí has leído los libros, sabrás que las noches que pasaba con Visenya, las pasaba el doble con Rhaenys. ¿Él pasa el doble de noches contigo? Consumaron el mismo día. ¿Cómo fuiste tan inútil de no embarazarte?

—No es mi culpa, él lo hizo con Rhaenyra y de ahí, salió ese niño.

—Ay Alicent, me recuerdas tanto a tu madre. Ambas mujeres tontas y enamoradas del tipo equivocado.

—¿Quién era el tipo equivocado de mamá? ¿Tú?

—Otto rió. —sé inteligente Alicent, no asesine a Jaehaerys y no he ido asesinando a Viserys por nada, al morir Aemma, creí que tú ibas a ser la reina, pero luego ese niñato Velaryon pidió tu mano y el rey se lo concedió, si Maegor no te da tu lugar, ve con el rey Viserys y ayudalo con su luto. Leele en sus aposentos.

—Viserys está feliz por el nacimiento de Jacaerys. ¿Cómo podría consolarlo?

—Sólo como tú sabes hacerlo hija mía.

Alicent suspiró, todos en el Castillo celebraban el nacimiento del futuro príncipe heredero, con grandes Torneos y festejos.

Lady Alicent se acercó a los aposentos del rey, antes de que un guardia la viese y la anunciase, miró a Rhaenyra acostada en la cama de su padre, complemente dormida, mientras el rey arrullaba a Jacaerys y sonreía con lágrimas en sus ojos.

A su lado, estaban las nodrizas y doncellas de Rhaenyra preparando todo para la dormida de Jacaerys.

Miró como Viserys salía de los aposentos, escondiéndose en una columna, aunque gracias a su enorme e hinchado vientre le costó de más.

—Protejan los aposentos de la reina Rhaenyra, con mi muchacho Maegor iremos a elegir el huevo de Jacaerys junto a la Serpiente Marina, la princesa se ha dormido en mis aposentos hoy, protejan el Castillo y avísenme todo lo que suceda.

—Entendido mi rey.

Alicent suspiró de alivio cuando Viserys no la notó, caminó lejos de allí, llegando a sus aposentos.

—Hola mi amor. —sonrió el mayor, besando a la pelirroja. —mi pequeño. —dijo tocando el vientre de la menor, al hacerlo, el bebé pateó. —mi pequeño bebé, tú papá y mamá están felices y ansiosos por verte, conocerás a tu hermano y seremos muy felices. —dijo, dejándole de hablar al vientre. —¿Sucede algo mi amor?

—No mi amor, descuida. —Alicent sonrió, tocando su vientre, la repulsión no tardó en llegar.

Estuvo a punto de traicionar a Maegor.

HOTD OS PT.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora