—Aenyssa, no como tu madre, como tu reina, ordenó que me digas que sucedió.
—No sucedió nada, majestad.
—¡Tu vestido está desgarrado y estuviste llorando!
—¿Y tú no harías lo mismo sí ves qué el hombre qué amaste se va a casar por conveniencia para hacerle daño a tu madre?
—Oh mi niña. —murmuró. —¿Aemond va a casarse?
—Según dicen. ¿Por qué crees qué es Aemond y no Daeron? ¿Incluso hasta Aegon?
—No soportas a Daeron, Aegon está casado y siempre hubo una llama de deseo entre Aemond y tú.
—Aenyssa suspiró. —mi vestido se desgarró porqué discutimos.
—¿Te iba a hacer daño?
—No, llegué a Storm's End y él ya estaba siendo prometido a una Baratheon. Discutimos cuando dijo que la deuda debía ser pagada.
—¿Qué le dijiste?
—A ambos nos quitaron algo valioso, estamos a mano. —Rhaenyra no dijo nada ante la insinuación de su hija. —conseguiré abanderados madre.
—Descansa por ahora mi niña, Jace y Luke están en Winterfell.
—¿Podría ir?
—Es una buena idea mi niña, ir a High Garden, podrías estar con Thomas y conocer el Jardín. Mi insinuación ha sido clara, hija.
—Lo sé, iré a High Garden madre, y tendré a Thomas, no te preocupes.
[***]
—Princesa, espero que a Nightwar le guste High Garden, y a usted también. ¿Está cómoda?
—Mi lord, gracias por pensar en Night y en mí, estamos muy cómodos, lamentamos irrumpir.
—¿Irrumpir mi princesa? Es un honor tenerlos aquí, tener a tres de cuatro príncipes Velaryon y todos hermosos como dicen las canciones, hasta más.
—Cuidado mi lord, podría creer qué quiere insinuarse a uno de mis hermanos, ellos ya están prometidos, me temo.
—Pero la princesa que me interesa no lo está, según puedo ver.
—¿Desea mi mano, mi lord?
—Su compañía sería el mayor de mis placeres, mi princesa. —Aenyssa rió. —puedo jurar, con su mano o sin ella, la reina Rhaenyra tiene el apoyo de los Tully. Mi unión con usted no sería política o por conveniencia, sólo somos dos jóvenes qué desean que la guerra acabe y vivir libremente, poder explorar los Siete Reinos y explorar los deseos.
—¿Carnales?
—Deseos de deseos. —el castaño rió. —pero sí mi princesa.
—No soy una damisela fácil, mi lord, pero rechazar su mano se me hace indeseable, su propuesta me es muy tentadora, tendrá que hablar con mi madre, la reina Rhaenyra y mi padrastro Daemon, el príncipe regente.
—¿Cree qué unos dragones me dan miedo, mi princesa? —Thomas rió. —por usted y su bienestar dejaría que Hight Garden arda hasta los cimientos.
—Supongo que desea hablar con mi madre.
—Supone bien.
—La reina estaría encantada de hablar con usted, mi lord. ¿Podrá mañana?
—Efectivamente princesa. —dijo y la morena rió, tomando su brazo mientras ambos caminaban.
Thomas cumplió con lo prometido, habló con Daemon y Rhaenyra quiénes le otorgaron su bendición y planearon que la boda sería en cuanto la luna girará.
