Advertencia: Intento de smut.
Aemond otra vez enterró a otra esposa.
Aemond mantenía su cabeza y cuerpo erguidos, los demás bajaron la cabeza al ver que Maris Baratheon había fallecido en el horrible parto de dieciséis horas, con su hijo dentro de ella.
Fue enterrada dentro de Storm's End, Aemond estrechó su mano con Borros mientras esté intentaba no lloriquear.
—Mi lord.
—Mi rey. —Borros intentó hablar. —gracias por permitirme despedir a mi hija. Sí usted lo desea están mis...
—No deseo contraer más matrimonios. Me casé con una Greyjoy, una Bracken y una Baratheon y ninguna me dio mi heredero. —Aemond fríamente habló. —tenga linda tarde, lord Borros.
—Mi hija ha muerto...
—Y descaradamente me ofreció a una de sus hermanas. —Aemond sin gracia rió. —no intente darme clases de moral.
—El reino sabe que usted tiene una responsabilidad, mi hija también lo sabía.
—Y aún así fue tan inútil de no hacerlo.
—¿Abrieron a mi hija?
—El niño murió con ella. Todos dicen que mi padre, el difunto Viserys era Pacífico, él abrió a su primer esposa como un puto pollo y sacó a mi medio hermano Baelon. —también gracias a él nosotros Nacimos y nos hizo sufrir, pensó Aemond. —no soy tan desgraciado como él.
—Vamos hijo. —Alicent fue por el menor. —tenga una linda tarde lord Borros, lamento profundamente el fallecimiento de su hija, la reina Maris era...
—Una gran mujer y esposa, lo sé.
—Por supuesto.
Maris era una perra pagana, golpeando a los niños que veía y tratando mal a la servidumbre, además de estar con el consejero de la moneda, Jason Lannister.
Caminaron lejos de Borros, acercándose a Rhaenyra, observando a sus hijos, Aemond quiso burlarse, Baela y Rhaena estaban encinta. Los malditos bastardos tendrían a su heredero y él no.
Fijó su ojo en su sobrina, la única hija de su media hermana, Aera Velaryon.
Todos lo notaron, Rhaenyra acercó a su hija más a ella.
Rhaenyra sintió pavor.
Daemon vio una oportunidad.
[***]
—No.
—Mi amor...
—He dicho que no Daemon, Aera es mi hija, es una niña.
—Aera ya ha crecido, piénsalo, es tu oportunidad, nuestra sangre en el Trono, cómo siempre debió ser, no entiendo porqué Viserys nombro a ese maldito tuerto rey. ¿Fue por qué le sacaron el ojo? —Daemon rió. —es nuestra oportunidad.
—Pero ella es sólo mi niña. —Rhaenyra tenía sus ojos llenos de lágrimas.
—Aemond fijó su ojo en Aera, Rhaenyra. Todos lo vimos, él la desea.
—Jamás la había notado y ahora sí. ¿Qué quiere él de mi niña?
—Es nuestra oportunidad, Rhaenyra.
—No Daemon, es una niña.
[***]
Rhaenyra peinaba el cabello de su hija mientras ella leía un libro, sintiendo sus ojos humedecer pensando en lo que su hija tendría que soportar sí era reina.