Segunda parte del one shot anterior.
Advertencia: Leve smut.—¡Lady Martell! ¡Rhaenyra! —el rey gritó, la pelirroja fue la única que se había quedado en la habitación, mirando a su padre y al rey. —salgan. —ordenó y la mayoría de lores salieron. —¿Qué sucede, Otto?
—Mi Alicent jamás le hubiese formado tal desplante, mi rey. —dijo la Mano en el oído del Targaryen.
—Retírate, Otto.
[***]
—¡Arya espera!
—¡No quiero casarme! ¡No quiero, no quiero! ¡No quiero morir en un parto!
—Arya, tranquila. Soy la princesa heredera. Puedo anular su matrimonio. ¿Lo deseas?
—Anula esta mierda, Rhaenyra.
[***]
La boda de la recién reina Arya Martell y el rey Viserys se dio antes del giro semanal, la reina aún era virgen, usando un vestido blanco, la daga de Viserys estando en el fuego mientras se tomaban las manos y un septón hablaba.
Otto y Alicent observaban con desdén la boda, Rhaenyra miraba con leves lágrimas en los ojos y Daemon, oh Daemon.
Ella casi pudo jurar que notó pequeñas lágrimas amenazando con escapar de sus ojos y cuando pidieron que se arrodillaran ante la nueva reina, Daemon inmediatamente lo hizo, pero flaqueo al arrodillarse ante su hermano.
—¡La ceremonia de encamamiento!
—No deseo tal ceremonia.
Y así fue, sin embargo, la joven y nueva reina de quince inviernos fue dirigida a los aposentos de su esposo, sus damas reían mientras la dirigían, ella caminaba junto a ellas con la frente en alto, sin reírse ni mostrarse excitada como ellas.
Arya tenía sus piernas abiertas mientras su esposo empujaba dentro de ella, su cuerpo completamente desnudo mientras observaba la enorme maqueta de la Vieja Valyria. Viserys observaba sus senos mientras empujaba con más velocidad, no estaba bien dotado, no sentía sus venas y su cabeza siquiera intimaba su punto. Jadeaba y gemía.
—Enrosca tus piernas en mis caderas. —y eso hizo. No hubo tal diferencia. Viserys gimió, llegando dentro de ella, incómoda, intentó bajar las piernas, Viserys no lo permitió, endurecido nuevamente. Embistiendo una vez más, tocando descaradamente sus senos y de vez en cuando, lamiéndolos. Sentía a Viserys dentro de ella, raspaba haciéndole cosquillas.
No esperaba que su primer vez fuese tan... aburrida.
Finalmente, Viserys se regó dentro de ella y besó sus labios, antes de salir de ella y finalmente dormirse, Arya miró su miembro, levemente mojado con sus fluidos y su cabeza de doncella. Viserys se veía desgastado y hasta enfermo, quiso alejarse, sin embargo el rey mantuvo su mano en su cintura.
Cuanto deseaba quitárselo de encima.
[***]
La reina Arya Martell había dado a luz al primer varón del rey, a quien llamaron Aegon. Estando encinta de su tercer vástago.
—Rhaenyra. —Arya le sonrió, acercándose a ella. Rhaenyra también le sonrió, colocando sus manos en su vientre. —¿Estás bien dulzura?
—Es el clima, no te preocupes.
—Entiendo sí no quieres acompañarnos, yo tampoco deseo ir. Tu padre insiste con una gran celebración cuando podríamos dársela al pueblo. Un simple banquete...
—Es el hijo más deseado del rey, jamás haría un festejo pequeño.
—Aegon ni lo recordará.
—Sabes que no importa. Él hará lo que los demás le ordenen.
—Tu padre es débil, Rhaenyra. Y eso será un gran problema en el futuro, me temo.
—Rhaenyra, Arya. ¿Qué esperan? Piden nuestra presencia en el Patio para salir a la Caza Real.
Sin embargo, preocupada por Rhaenyra, olvidó completamente el onomástico de su hijo. No durmiendo esa noche y suspirando aliviada al verla, aunque horrorizada a la vez.
Una vez dentro de la tienda, Rhaenyra sollozó y le confesó lo que sentía.
—Tú nunca serás suplantada. Eres la heredera, tú nunca tendrás que preocuparte por una usurpación. —acarició su rostro y pronto Rhaenyra se durmió con su cabeza en su regazo.
[***]
—Príncipe Daemon.
—Sobrina.
—Hermano, has llegado.
—¿Desean ir a ver los tapetes? —Alicent se metió, cargando a Helaena, quién no dejaba de llorar pidiendo los brazos de su madre.
—¿Quieres ir a ver los tapetes? —Viserys rió, dejando salir un gas, cosa que incomodó a los presentes. —él no quiere ver los tapetes.
—Felicidades por su victoria, príncipe Daemon.
—Gracias mi reina.
La noche había sido torturosa para Arya, con el rey entre sus piernas embistiendo dentro de ella, miraba al techo mientras el rey continuaba saliendo y entrando. Jadeó colocando su mano en su mejilla, ella lo miró mientras él se derramaba dentro de ella, haciéndose a un lado y durmiendo finalmente.
Otro niño Targaryen.
[***]
—Mi rey, no hay peor cosa para un padre que escuchar las travesías de su hija.
—¿De qué travesías hablas, Otto?
—El príncipe Daemon llevó a la princesa Rhaenyra a una Casa del Placer.
[***]
—Rhaenyra y Daemon cogieron en una Casa del Placer.
—No es cierto.
—Lo es, mi padre lo dijo.
—No es cierto y el que digas tantos rumores de la princesa te pueden perjudicar, Alicent, ni una palabra de esto, a nadie más. ¿Entendido?
—Por supuesto mi reina.
Al caer la noche, Daemon había sido exiliado de King's Landing y Arya había solicitado un té de luna.
—Mi reina, el rey desea otro hijo.
—Siento que moriré en otro parto. —dijo y Orwyle la miró, sabía que la preparación estaba siendo nula, el té servía en agua caliente, no fría. Observó el debido procedimiento, robando las hierbas y aguas de las Cocinas, bebió el mal hecho frente a Orwyle y llevó el correcto a Rhaenyra.
—La reina.
—Arya. ¿Qué haces aquí?
—Rhaenyra. —ella le sonrió, sacando de su manga el frasco.
—¿Qué es eso?
—Té de luna, consecuencias indeseadas. No sé sí estás pendiente de los rumores, sí Viserys mañana pregunta y te envía el té, ve a él y dile que no has perdido tu cabeza de doncella y entrégale el té, dile que no tienes nada que ocultar. Otto Hightower está haciendo de las suyas. Dijo que estuviste ayer con Daemon en...
—Sí estuve... pero no lo hice con él.
—Rhaenyra...
—Me dejó sola, estaba furiosa y sentía fuego en mi interior, estuve con Ser Criston Cole.
—¿Tu guardia juramentado? —Rhaenyra asintió. —no te preocupes Nyra, guardaré tu secreto. No le confieses a Alicent, niega ante todos. —Rhaenyra bebió el té frente a ella. —quema el frasco, no puede haber evidencia. —Rhaenyra lo hizo, Arya se acercó a la puerta. —recuerda tu reunión con tu padre mañana, Rhaenyra.
—Lo haré mi reina, gracias.
—Ser Criston.
—Mi reina.
Ahora Arya caminaba deseando que el haber bebido el té de luna mal elaborado no afectará a su futuro hijo.