Advertencia: Ligero smut.
Ella había sido desposada por el rey Viserys al cumplir su decimoquinto invierno, la Fortaleza Roja se había llenado de risas desde la primer noche de encamamiento, no sentía gran placer con Viserys, normalmente, el hombre sólo miraba su placer, la embestía incontables veces y cuando se derramaba, salía de ella.
De su primer encamamiento nació su amado y preciado primogénito, Aegon II Targaryen, siendo un príncipe amado y respetado por todos, el pequeño peliblanco era coqueto, sin embargo, era perezoso.
Al celebrar su primer día del nombre, fue un gran festejo en King's Landing, unas semanas después, la reina tenía sus piernas alrededor de la cintura del rey, mientras esté embestía dentro de ella, gimiendo cada que sentía que se acercaba, hasta que finalmente se había derramado dentro de ella.
Para el segundo día del nombre de Aegon, ella estaba grávida, su hinchado vientre de nueve lunas era evidencia de lo que había sucedido lunas atrás, y de cómo el rey se mostraba orgulloso al hacer que su familia creciera.
Dio a luz a una preciosa niña, a quién llamó Helaena Targaryen, era la niña mimada del rey, y constantemente solía distraerse de sus actividades, prefería estar en los brazos de su madre que en los de las nodrizas, y lloraba sí la alejaban de los insectos.
Aunque a Aegon siempre lo vestía de rojo y blanco, a ella la vestía de celeste y colores pasteles.
La visita del príncipe Daemon a King's Landing fue motivo de festejo y excitación para el rey, amaba a su hermano, sonreía y reía al hacer chistes que sólo entre varones comprendían.
En la noche, había sido llamada por el rey, tenía un bonito vestido blanco, casi transparente, al llegar a los aposentos de su esposo, lo miró desnudo, ella suspiró, acostándose en la enorme cama, colocando su pierna izquierda arriba de la espalda de su esposo, mientras abría completamente su otra pierna, dando así, una gran entrada al rey, quién sin perder el tiempo, introdujo su miembro en ella, mientras ella miraba al techo, su cuerpo se movía levemente hacía arriba y su cuerpo sonaba contra las sábanas mientras Viserys la embestía, él acarició su rostro y ella no pudo negarse a sonreír, aunque fuese forzado, él jadeó, quitando la mano de su rostro, colocándola en su mano, apretándola, la sábana estorbaba en su pecho, el rey la quitó sin dejar de embestirla, conforme el tiempo pasaba, escuchaba el leve choque de sus cuerpos con los jadeos de Viserys, ella lo detalló un momento, sabía de las heridas en la espalda de Viserys y de cómo él decía con el pasar de las lunas, sin embargo, no pudo pensarlo mucho, Viserys gimió en su cara, derramándose dentro de ella, tan pronto él rodó de encima suyo, la reina salió huyendo de sus aposentos, con la semilla del rey, bajando por sus piernas, al llegar a sus aposentos jadeó, acostándose en su cama, colocando sus piernas hacía arriba mientras pensaba.
Lunas después, en su tercer alumbramiento dio a luz a un niño feroz, más pequeño que Aegon, a quien llamó Aemond Targaryen, el menor solía reírse más de lo que solía llorar y siempre pedía estar con su madre, donde fuese.
Sin embargo, cuando Aemond cumplió su primer día, el rey lo celebró como celebraba a todos los niños Targaryen, con una caza y un enorme banquete, una noche después, la reina se encontraba completamente desnuda en la cama del rey, mientras esté la embestía y jadeaba en su cara.
—Me gusta la vista. —jadeó Viserys, mirando como sus senos se movían a duras penas, colocando su mano, amasando la carne, mientras intentaba acelerar, la menor casi quiso reírse de Viserys, esté oculto su cara en su cuello, dejando un húmedo beso, mientras se derramaba, gimiendo su nombre.
El hombre, quién era mayor que ella quince años, se durmió encima suyo, con su miembro blando dentro de ella. Intentó quitárselo, sin embargo, al hacerlo, el mayor despertó, sonrió al verla desnuda, y al parecer, había soñado otras cosas, tan pronto pudo, su miembro volvió a endurecerse y empezó a embestirla, sin embargo, jadeó, sin derramarse, rodando a un lado, durmiendo.